La Palma despierta hoy con sus cruces engalanadas. Desde una modesta flor hasta las joyas más valiosas procedentes de las Américas, heredadas de una generación a otra, recubren el madero, símbolo de la cultura cristina. Un gesto de devoción y también de un patrimonio cultural que se mantiene vivo en buena parte de los municipios de la Isla, aunque es en las localidades de Breña Alta y Santa Cruz de La Palma, donde concentra una mayor expresión social, municipios a los que hay que sumar también Breña Baja y Mazo.
Multitud de personas se acercaron desde anoche hasta San Isidro para iniciar el recorrido de las cruces desde La Pavona. A la belleza de las joyas que adornan la cruz, se suman los decorados que se elaboran con distintos motivos: religiosos, tradicionales, artísticos, y en los que emplean materiales como telas, flores, semillas naturales, etc para su confección.
Todo un arte y un esfuerzo colectivo, que comienza con el enramado y que concluye con la satisfacción del trabajo bien hecho en un día como hoy en el que cientos de personas se acercan a contemplar la belleza de las cruces.
Es admirable el empeño y el ingenio que ponen los vecinos para cada año sorprender a los visitantes por el Día de la Cruz. Tanto en Breña Alta, como en el resto de las localidades donde esta tradición continúa viva.
En el caso de Santa Cruz de La Palma, los mayos continúan también despertando la admiración del público por el ingenio y la laboriosidad de estos muñecos que representan, en tono burlesco, escenas reconocibles de la vida local, presente o pasada. Este año, las fiestas tradicionales, por ejemplo, ha sido uno de los motivos de las representaciones, escenificando desde el Diablo de Tijarafe, hasta los Enanos de la Bajada de la Virgen
Atila
Me parece muy bien que fomenten las tradiciones, el arte y la devoción por las cruces, para los que sean devotos. Otra cosa diferente es que en muchas de las cruces siempre se reúnen un grupo de individuos que “GARTITOS” de vino se dedican al lanzamiento de un gran arsenal de voladores, cada año más estridentes, durante buena parte de la noche, volando sin pudor el descanso de vecinos y sus mascotas a varios kilómetros a la redonda. Si tan buenos cristianos son que tengan un poco de respeto por el resto de mortales.
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