Los cabezudos, junto a los gigantes, irrumpen el 7 de septiembre en la Plaza de Nuestra Señora de Candelaria para anunciar que en tan solo unos instantes, el Diablo llegará para llenar de color y pólvora la plaza y los aledaños de El Pueblo de Tijarafe.
No obstante, desde hace varios años -por lo que podemos hablar ya de tradición-, los cabezudos hacen una excepción en su descanso anual, que solo se ve interrumpido el 7 de septiembre, para visitar a los niños y niñas del Campus de Verano y escuela infantil, así como a los usuarios del centro de día y de la residencia.
Así, durante unos minutos, los más pequeños se acercan a una de las mayores tradiciones del municipio, la Danza del Diablo. Mientras que los mayores recuerdan la sensación que produce ver las caras burlescas que bailan junto al Diablo. “Es una gran alegría ver cómo nuestros niños y mayores disfrutan de la presencia de algunos de los que integran uno de los actos más esperados por todos los tijaraferos. Estoy segura que los niños que hoy miran con cierto recelo a los cabezudos, danzarán junto a ellos en tan solo unos años, siendo partícipes de una de las mayores tradiciones de Tijarafe”, señala Yaiza Cáceres, concejal de Servicios Sociales.
Lo Cabezudos también visitaron a los más pequeños.
Por su parte, Marcos Lorenzo, alcalde del municipio, indica que “un año más, los pequeños y mayores del municipio vuelven a disfrutar de la compañía de los cabezudos, días antes de que salgan a la Plaza de Nuestra Señora de Candelaria para acompañar la danza de nuestro Diablo, orgullo de los tijaraferos y tijaraferas, que esperan con ansias que el calendario vuelva a marcar el 7 de septiembre”.
