El alcalde pide la colaboración del Gobierno canario para equipar la playa

Zonzamas, su opinión es muy respetable, por supuesto. Pero permítame que difiera y le exponga el porqué:

1.- todas las ciudades europeas están, hoy en día, potenciando sus Zonas Comerciales Abiertas a base de reducir o eliminar completamente el tráfico rodado. Son dos cosas incompatibles.

2.- en la Avenida, la mayoría de terrazas donde sentarse y pasar un ratito agradable deben soportar altos índices de contaminación por el paso constante de vehículos (ligeros y pesados). Mucha gente tiene problemas con eso y simplemente no soporta más de 5 minutos expuesto a estos gases. Sin este problema, la recaudación de estos locales aumentaría sustancialmente al incrementarse el público potencial de dichas terrazas y bares.

3.- pasear, ir en bici, hacer jooging… son todas ellas actividades sanas y saludables y, por definición, incompatibles con una sobreexposición de gases nocivos provenientes de los vehículos. Si se reduce el número de vehículos y, por tanto, también se reduce el índice de contaminación, automáticamente aumentará el número de personas (tanto de Santa Cruz como de los alrededores) que acudan a este entorno para disfrutar de él de una manera más sana que la actual. Este aumento del flujo de personas posibilita también el aumento de las actividades comerciales.

4.- En todas las ciudades en que se ha procedido a restringir el tráfico en Zonas Comerciales Abiertas se ha producido la misma controversia:

a- rechazo frontal por parte de un sector muy refractario a los cambios

b- tras los cambios, mejora económica de toda la zona con repercusiones beneficiosas incluso para aquellos que seguían sin reconocer que se habían equivocado.

Pues si planteo estas alternativas, a mi juicio sencillas y efectivas, es porque tengo la remota (y absurda) esperanza de que los responsables de turno quizás lean estas y otras ideas en este medio y decidan aplicar la creatividad con el fin de mejorar la cosa pública, que es para lo que les hemos hecho responsables al votarles.
Pero uno ve las noticias y lee ese inacabable rosario de corrupciones, del uso indebido de lo público para el beneficio privado, y se pregunta si, al fin y al cabo, estas y otras obras que se nos presentan todas ellas como mejoras inapelables de la cosa pública (con el dinero de todos), no son más que excusas para mover dinero entre unos cuantos y que se acaben lucrando los de siempre. Así se entendería que acciones simples y baratas no sean de ningún interés (sobre todo si existen partes de nuestra sociedad muy polemizantes y vociferantes ante cualquier cambio de costumbres) pues de lo que se trata es de acometer obra pública cara que justifique el movimiento de grandes partidas de dinero.

Con todo ello y ya para terminar y no aburrirles demasiado: la playa de Santa Cruz, un 10. Pero si no se corrige el tráfico de esta Avenida, convirtiéndola en una zona más adecuada para los viandantes (y así, de paso, estimular su languideciente vida comercial), la playa habrá sido dinero (de todos) tirado al mar, pues las sinergias que pudieran generar la regeneración integral de la Avenida, habrán quedado reducidas a la mitad.