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La artesanía de la seda y el Borrachito Fogatero, declarados Bienes de Interés Cultural

  • El Gobierno los ha incorporado al catálogo del Patrimonio Histórico de Canarias

Extracción de la seda, un proceso arduo y laborioso. Archivo.

El Gobierno de Canarias ha dado luz verde a los decretos por los que se incorporan al catálogo del Patrimonio Histórico de Canarias, como Bienes de Interés Cultural con categoría de Ámbito Local, a la Artesanía de la Seda de El Paso y a El Baile del Borrachito Fogatero de Mazo, ambas manifestaciones de la cultura popular, arraigadas en la isla de La Palma.

La sericultura es una actividad con dos tareas bien diferenciadas: La cría del gusano y la transformación de la fina fibra en ese tejido de suave tacto, peculiar brillo y extraordinaria textura que es la seda. Respecto a la primera cabe decir que la Isla goza de un clima óptimo y condiciones naturales para dicha cría. Debido a la gran voracidad de los gusanos, la rentabilidad y calidad del producto final pasa por disponer de gran cantidad de morales o moreras cuyas hojas tiernas constituyen su alimento y se necesitan muchos capullos para rentabilizar el trabajo.

La elaboración es compleja y consta de varias etapas, cada una precisa de una herramienta y un trabajo especializado. Ahora, al igual que hace cientos de años, todo comienza con la recolección de los capullos incubados antes de que tenga lugar la eclosión de la crisálida.

La atractiva sencillez campesina de la seda palmera se contrapone al concepto universal de la suntuosidad de las sedas orientales. Los telares a dos y cuatro lizos tejen puntos de tafetán, corazoncillos y cordón. Después de más de cinco siglos, el tiempo parece no haber pasado por la artesanía de la seda y hoy todo su proceso considerado, con sus más de doce pasos diferentes, como único en Europa, sigue siendo totalmente manual.

El Baile del Borrachito Fogatero es una de las manifestaciones festivas más singulares de cuantas se convocan anualmente en La Palma. Con su puesta en escena se han sabido conjugar numerosos elementos de la cultura popular que corrían el riesgo de desaparecer. El Borrachito Fogatero ha supuesto la salvaguarda de uno de los componentes festivos más enraizados de la Isla, los fuegos artificiales y sus numerosos derivados.

En 1979, los vecinos del Hoyo de Mazo idearon este acto para los festejos en honor de la Virgen de los Dolores en su ermita de Lodero. Consiste en la danza de un muñeco de unos tres metros de altura que desprende fuego a su alrededor, a la vez que se acompaña de una lluvia pirotécnica desde el perímetro de la plaza. Conviene recordar el enorme arraigo en La Palma de toda clase de fuegos artificiales; cohetes o voladores, ruedas de fuego y cañonazos han sido ejes de la historia lúdica insular.

Además, la denominación de Borrachito Fogatero enlaza la fiesta con dos aspectos de la tradición local: la gran tradición vitivinícola del Hoyo de Mazo y la pervivencia del habla ancestral de La Palma influenciada por los pobladores portugueses llegados hasta esta tierra, y de lo que el vocablo "fogatero" es un vivo testimonio.

Las fiestas en honor de Nuestra Señora de los Dolores deben haberse celebrado desde la creación del templo en Lodero en 1761. La referencia más antigua es una descripción del semanario El Time en 1865, en la que se registra la bendición de la nueva ermita. En el Hoyo de Mazo, el día grande se celebraba el 24 de agosto pero la fiesta se trasladó al fin de semana más próximo y así prosigue en la actualidad. Aquellas fiestas reunían muchos actos populares: aparte de las celebraciones religiosas se preparaban loas, cuadros plásticos, danzas coreadas, etc. En la actualidad el programa se reparte en tres jornadas y en él tienen cabida un festival de música tradicional, carreras de caballos y deportes tradicionales.

 

 

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