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San Andrés y Sauces

El puente de Los Tilos cumple una década

  • Inaugurado el 18 de diciembre de 2004, se ha convertido en un símbolo
  • "Una obra ejemplar, una construcción a imitar"

Hoy se cumple una década de la inauguración del puente de Los Tilos. Aquella era una mañana soleada de un 18 de diciembre de 2004. Una jornada histórica para San Andrés y Sauces y, en definitiva, para el conjunto de la Isla. Muestra de ello es que multitud de personas tomaron las calles de Los Sauces para celebrar la puesta de largo de este prodigio de la ingeniería que se ha convertido en un símbolo del Norte de La Palma. El viaducto se hizo realidad tras casi tres años de trabajo y otros muchos más de planificación (el primer proyecto se concluyó en 1994). Diez años en los que su presencia imponente, atravesando el barranco de Los Tilos suspendido en el aire, no deja de cautivar.

Pese a que el mundo ha dado un giro brutal en esta década, el arco de Los Tilos permanece sólido. Aquel 2004 nadie atisbaba ni de lejos la crisis económica brutal que iba a sufrir occidente, cuya crudeza España padecerá como casi ningún otro país. Eran los tiempos de las grandes inversiones públicas, de las obras faraónicas, algunas necesarias y otras producto de la megalomanía de cierta clase dominante.

Aquel año de 2004 fue cuando José Luis Rodríguez Zapatero accedió a la Presidencia del Gobierno. Su por entonces ministra de Fomento, la andaluza Magdalena Álvarez, acudió a San Andrés y Sauces a la inauguración del puente de los Tilos. La acompañaba en el acto Adán Martín, que falleció años después, como presidente del Gobierno de Canarias; Antonio Castro Cordobez, como consejero de Obras Públicas; José Luis Perestelo, presidente del Cabildo, y Nieves Dávila, por entonces alcaldesa de San Andrés y Sauces.

Era uno de esos días en que los políticos crecen varios centímetros ante el éxito de una intervención pública, de un carácter muy singular y con una gran atracción mediática. Los codazos se dejaron sentir entre las autoridades para robar un plano. La clave estaba en situarse lo más cerca de la ministra que era donde enfocaban las cámaras. Perestelo y Manuel Marcos Pérez, entonces secretario insular del PSC-PSOE, como todavía lo es hoy de forma interina, cruzaban miradas, y uno y otro trataban de ganar protagonismo en el que también era su pueblo en una rivalidad eterna, aunque ahora voten lo mismo en el Parlamento. Anécdotas aparte, aquel fue un día importante para San Andrés y Sauces, que veía en el puente, no solo un medio para mejorar las comunicaciones, acortar las distancias, sino como un acicate para potenciar la economía de la comarca.

Presente

Diez años después, el actual alcalde de San Andrés y Sauces, Francisco Paz, destaca que "este puente era una necesidad y la solución menos impactante para sortear un tramo de carretera de dos kilómetros muy peligroso como el del barranco de Los Tilos sin afectar a este privilegiado entorno natural". Eso ha permitido "mejorar las comunicaciones y acortar las distancias con puntos tan estratégicos como el puerto, el aeropuerto, y el hospital general", algo que en su opinión "no es baladí".
Otro aspecto que resaltó el regidor local es que esta obra de ingeniera ha permitido unir al municipio y a los vecinos que ahora incluso van caminando desde el casco hasta Las Lomadas o Los Galguitos, que son los barrios más alejados, y viceversa, sin necesidad de coger el coche.

"Se ha convertido en un símbolo para los vecinos y en un reclamo para el visitante porque hay gente que viene a San Andrés y Sauces a verlo porque no hay muchos puentes de su altura y características, de modo que entiendo que ha sido beneficioso para nuestro pueblo", concluyó el alcalde que no se atrevió a señalar si ha supuesto, como se esperaba, un acicate para el impulso económico de la zona porque la crisis se ha notado y mucho en el municipio y en la comarca pero con todo insiste en que ha sido una obra buena y necesaria.

Notas técnicas

El arco de Los Tilos, con sus 255 metros de luz, ocupa la decimotercera posición entre los más grandes del mundo, según se desprende de un trabajo publicado por Santiago Pérez-Fadón, José Emilio Herrero Benítez, Juan José Sánchez y Marcos Sánchez, encargados del proyecto y todos ellos ingenieros de Ferrovial (la construcción la llevó a cabo la UTE Ferrovial y Vías y Construcciones). Entre lo que están construidos con hormigón es el mayor de Europa.

Al margen del complejo proceso constructivo, el estudio antes citado recoge que "el problema principal que se encontró cuando se comenzó a estudiar la fórmula de trabajo, fue la mala calidad de los áridos de la Isla". "Por una parte, la resistencia a compresión simple de los basaltos de la zona era mucho menor de lo esperado (…) y, por otra parte, respecto a la disponibilidad en la isla del árido fino, no existía arena de río y es sabido que la de machaqueo da hormigones menos dóciles".

De esta manera, deciden traer arena en barco desde Las Palmas, donde había una empresa que comercializaba arena del desierto. Sin embargo, "al recibir 12 de las 27
primeras muestras de aquella arena, un simple análisis visual determinó que contenía pequeñas conchas, es decir, se trataba de arena de mar. Esto fue confirmado después por ensayos de laboratorio que pusieron de manifiesto alto contenido en cloruros. De modo que hubo que conformarse con arena de machaqueo".

En junio del año 2001 iniciaron la construcción del puente, "empezando por los estribos del tablero, ejecución de los anclajes al terreno, excavaciones de las laderas, inyecciones bajo los estribos del arco y construcción de los viaductos de acceso".

"En el mes de abril del año 2002, se montaron los carros y empezó el proceso constructivo de avance en voladizo con diagonales temporales propiamente dicho".

"El 10 de junio de 2004, cuando los dos semiarcos alcanzaron el centro del arco, se procedió a la operación de la apertura en clave".

El 3 de noviembre de 2004 se llevó a cabo la prueba de carga, en la que intervinieron treinta camiones de 26 toneladas cada uno. Encontrar una caravana de estas características en La Palma, ya fue de por sí difícil. Durante esa jornada se hicieron varios tipos de medidas: estáticas y otras dinámicas, haciéndolos circular a velocidades reducidas (35 km/h) y más rápidas (65 km/h). El puente, como es obvio, pasó la prueba.

Por último, recogemos las palabras de Javier Manterola, Ingeniero de Caminos, catedrático de la Escuela Superior de Ingenieros de Madrid y miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en su obra Ferrovial en la mirada de José Manuel Ballester, extracto que se encuentra en el blog de esta empresa:

"Hay pocas obras de ingeniería más hermosas que la resultante de la construcción de un puente arco, limpio, estricto y ordenado, saltando entre las laderas de dos montañas. El equilibrio y la potencia que transmiten configuran nuestra manera de ver las obras en la naturaleza. Siempre he dicho que se aprende lo que es un arco viendo puentes arco, y este es muy hermoso. Se aprende a ser estricto, justo, exacto cuando se enfrenta el cruce del valle de los Tilos con esta simplicidad y orden, y este ser estricto y justo es lo que va creando en nosotros el concepto estético de lo que es una obra, de lo que es un arco.
Debemos ser estrictos, exactos y mínimos cuando enfrentamos los 255 metros de luz de este puente. Del Salgina Tobel de Maillart se dice que es la perfecta formalización del puente arco y no es verdad. Parece como si la robustez de este arco de 90 metros de luz fuese a contener dos rocas que se desploman una contra otra.
Los Tilos no está utilizando las laderas para sujetarlas, los Tilos utiliza las laderas para apoyarse, para transmitir los empujes del arco en su dirección más favorable. Es una relación relajada y exacta.
Esto da sentido a la forma y a la relación entre obra y paisaje. Siempre el paisaje sale favorecido en esta relación. El arco diseña otro paisaje más entendible, más racional, más humano, y no por la huella de lo humano, sino por el mejor entendimiento de la naturaleza.
A veces los humanos tenemos un pudor grande, como si no nos atreviéramos a afirmar que generalmente, como no lo hagamos muy mal, mejoramos la estética de la geometría natural, la ordenación, y sobre todo la definimos. Mirar el paisaje a través del arco de los Tilos es mejor que antes de que estuviera construido, estéticamente hablando.
Qué gran oportunidad, y qué bien aprovechada. Una obra ejemplar, una construcción a imitar".

 

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