El sistema de limpieza óptica TMT alcanza un hito en su diseño

Los equipos de Óptica e Ingeniería de Sistemas del Telescopio de Treinta Metros (TMT) realizaron recientemente una evaluación técnica del sistema de limpieza óptica de los espejos primarios, marcando un importante hito en su diseño, según informan desde este consorcio que aún mantiene a La Palma como alternativa a Hawái para su implantación.

El Sistema de Limpieza Óptica (CLN) para el espejo primario segmentado (M1) de TMT, así como los espejos secundarios (M2) y terciarios (M3) pasaron con éxito la Revisión Preliminar de Diseño (PDR) en agosto 2020, durante una reunión de conferencia a distancia.

Cada pocas semanas, los espejos M1, M2 y M3 se limpiarán cuidadosamente del polvo y otros contaminantes que puedan acumularse gradualmente con el tiempo, durante el ensamblaje y la operación del TMT. El más grande de ellos, el espejo primario (M1) de treinta metros de diámetro, compuesto de 492 segmentos de espejo hexagonales, es la pieza central del TMT. Cubriendo un área de casi 670 m2, el M1 requiere un robusto sistema de limpieza que maximice la reflectividad de la superficie del espejo para que el TMT entregue datos científicos excepcionales. Es crítico mantener los tres espejos tan limpios como sea posible para que el TMT recoja los fotones de los objetos más débiles del cosmos.

Limpiar la arquitectura y el diseño

El Dióxido de Carbono Líquido (CO2) ha sido identificado como el fluido adecuado para el proceso de limpieza del espejo TMT. Este gas licuado de CO2 incoloro, inodoro y no inflamable será presurizado en las plataformas Nasmyth del TMT y entregado a los brazos robóticos de limpieza donde se expandirá para generar nieve de CO2. La nieve de CO2 será rociada sobre la superficie del espejo. Bajo condiciones estrictamente controladas, cuatro brazos robóticos girarán como limpiaparabrisas sobre el área del M1, y empujarán el CO2 comprimido a través de las líneas hacia las boquillas de pulverización.

El procedimiento de limpieza de la nieve de CO2 se llevará a cabo con el telescopio bloqueado en una orientación que apunte al horizonte, y la nieve expulsará cualquier partícula de polvo de la superficie óptica y hacia el suelo, a través de la gravedad. Durante el uso del telescopio, los brazos se guardarán en reposo en una posición bloqueada en la circunferencia exterior del M1, para que no obstruyan el camino óptico durante las observaciones nocturnas.