El Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma está llevando a cabo los trabajos de reparación y acondicionamiento del Barco de la Virgen, uno de los principales símbolos de las Fiestas Lustrales y escenario, junto al Castillo de la Virgen, del popular Diálogo del Castillo y la Nave, considerado uno de los actos más antiguos de los festejos.
Debido a su permanente exposición a la acción de la maresía y el sol, y a las inclemencias meteorológicas, los elementos de la Nave de María sufren un continuo desgaste, lo que obliga a su reparación coincidiendo con cada ciclo lustral. El casco del barco fue pintado en su totalidad el año pasado, pero ahora se están realizando las oportunas reparaciones en el interior de la cubierta.
Un equipo de cuatro personas está acometiendo la reposición de todos los cabos y flechastes (escalas de acceso a la cofa y los palos) así como las jarcias (los cables de acero). Igualmente se están pintando diversos elementos, como las cornamusas (piezas que sujetan los cabos) y se tiene previsto reponer uno de los palos de proa.
Asimismo se ha fabricado un nuevo ancla, realizado por el taller de cerrajería municipal aprovechando elementos de uno antiguo recuperado del fondo marino. También se trabajará en el embellecimiento de los cañones del barco, al igual que se hará con la batería de cañones del castillo, recientemente reparadas pero a los que se proporcionará una capa de pintura protectora.
Los trabajos se prolongarán a lo largo de todo el presente mes de forma que el Barco presente su mejor imagen en la mañana del domingo 12 de julio, momento en que la Virgen de Las Nieves entra de forma solemne en la ciudad.
En esa jornada grande, sólo repetible una vez cada cinco años, una treintena de marineros, encaramados en los palos del navío, saludarán en formación el paso de la imagen de la Virgen y realizarán las vistosas maniobras de despliegue y repliegue de las velas, cuyo peso puede llegar a alcanzar los 200 kilos. Volverá entonces a sonar la conocida controversia de la Nave con el Castillo en los versos de Antonio Rodríguez López, que datan de la Bajada de 1885, y que en este año, por primera vez, sonarán en boca de una mujer.
