La Danza de los Mascarones llena de alegría la ciudad

El desfile de los Mascarones tomó las calles de Santa Cruz de La Palma, repartiendo ilusión y diversión entre los más pequeños, que corrieron delante de las brujas para no recibir un escobazo o se acercaron a sus personajes favoritos de los cuentos, pero también entre los mayores, que disfrutaron del pasacalle de estos peculiares gigantes y cabezudos, cuya familia no para de crecer.

Las dos nuevas incorporaciones, El Liliputiense y el Médico Chino, que iban cerrando la comparsa, despertaron mucha expectación, casi tanta como la del mítico Biscuit y la entrañable Luna de Valencia. Próximamente habrá nuevas sorpresas y se incorporará algún que otro miembro nuevo muy unido a un suceso ocurrido en Santa Cruz de La Palma y relacionado con el mundo del circo.

Es la gran fiesta de los niños, pero, por contraste, el momento más emocionante de la tarde fue la entrada de los mascarones en el Hospital de Dolores, donde regresaron después de años y fueron recibidos en el patio del geriátrico por los residentes, que disfrutaron de la simpatía de la comparsa.

El protagonismo de los gigantes estuvo, sobre todo, en la plaza de España, donde las figuras realizaron una contradanza, perfectamente orquestada y celebrada por el numeroso público que llenaba este espacio.