Archivo. Playa de Punta Larga.
Canarias ha registrado este año un total de cuatro playas con ‘bandera negra’, según recoge el informe de la ONG Ecologistas en Acción presentado en Pontevedra que analiza los arenales en peor estado del litoral español por su contaminación o la mala gestión.
Concretamente se trata de la franja marina de Fuencaliente, en La Palma, la playa de El Médano (Tenerife), La Francesa, en la isla de La Graciosa y el puerto de Corralejo, en Fuerteventura.
La ONG también ha distinguido a otros enclaves costeros tras considerar aspectos como la urbanización de la costa, a veces incluso invadiendo el Dominio Público Marítimo-Terrestre, que ha motivado 17 banderas negras; los vertidos, deficiencias en los sistemas de saneamiento y graves problemas de depuración, que están detrás de 12 banderas negras; la contaminación química, lumínica o acústica, motivo de seis enseñas, igual que el número de banderas negras a consecuencia de las afecciones a la biodiversidad.
Asimismo, tres banderas negras se han designado a playas por acumulación de basuras marinas; otros dos arenales fueron ‘premiados’ por dragados o ampliaciones portuarias sin justificación y por primera vez una playa, la de A Calzoa (Vigo-Pontevedra) ha obtenido una bandera negra por ser designada como apta para perros sin prever el “grave impacto ambiental que se ha generado”.
Ecologistas en Acción entrega 48 ‘Banderas Negras’ desde el año 2005, dos por provincia y una por cada ciudad autónoma, para denunciar cada año los problemas ambientales a los que se enfrentan los 8.000 kilómetros del litoral español. Sin embargo, la ONG denuncia que más allá de esta representación de arenales con las afecciones ambientales más graves, “podrían ser muchas más”.
Uno de los principales problemas, recurrentes desde 2005 es la turistificación y urbanización de las costas españolas y como novedad, figuran las playas caninas.
A ese respecto, Ecologistas en Acción señala en su informe que pasear con perros por entornos naturales se ha convertido en una actividad muy popular en todo el mundo, pero esta costumbre plantea una serie de problemáticas medioambientales y desafíos que deben ser abordados de manera responsable por parte de las administraciones y de la sociedad.
La ONG advierte de la existencia de numerosos estudios científicos que evidencian el elevado impacto que el paseo con perros causa sobre la fauna litoral, principalmente a las aves, pues es el hábitat exclusivo de alimentación, descanso y reproducción para muchas de ellas. De hecho, asegura que los efectos negativos de esta actividad se cuantifican muy por encima del resto de tipos de molestias analizadas.
Aunque la ONG argumenta que no se trata de “demonizar a ningún animal ni a las personas que los acompañan”, sino de entender la interacción que se produce entre ellos: las aves perciben al perro como predador y éste a ellas como presa.
“Cuando permitimos que un perro persiga a las aves, aunque no las atrape, causamos en ellas un importante estrés, les impedimos o dificultamos la obtención de alimento, las privamos de descanso y las obligamos a invertir un elevado gasto energético en tener que huir”, precisa la portavoz de Ecologistas, Ana Aldarias.
De ese modo, la ONG lamenta que estas playas caninas sean una iniciativa en auge tomada por ayuntamientos en la que, habitualmente, no se tienen en cuenta criterios medioambientales y en la que son seleccionadas aquellas playas consideradas de menor valor turístico, que paradójicamente suelen coincidir con las que presentan mayor valor ecológico cuando. En su opinión, debería ser justo al revés.
Asimismo, Aldarias destaca que algunas playas repiten bandera negra por “atentados ecológicos que parecían en vías de solucionarse, pero cuya resolución está aletargada en el trámite administrativo, cuando no atrapada en el laberinto judicial que resulta de una legislación garantista con quien comete la infracción.
Ese es el caso, por ejemplo de la “ocupación ilegal de terreno público” por parte Petronor en la ría de Barbadun, o la prorrogación de la concesión a la factoría de celulosa de ENCE a orillas de la ría de Pontevedra.
Precisamente, el Tribunal Supremo ha fallado a favor de la pastera a pesar de un dictamen judicial previo de la Audiencia Nacional que ratificaba el fin de la concesión 75 años después de actividad de la planta de ENCE.
Entre las mejoras, celebra que se hayan paralizado gracias a la movilización ciudadana la futura construcción de la nueva depuradora de Barbate (Cádiz); el arreglo del emisario más las obras de puesta a punto del tratamiento terciario en Roquetas de Mar (Almería), la limpieza de la playa Hípica en Melilla o las iniciativas políticas, administrativas y judiciales espoleadas por la presión social llevadas a cabo en el Mar Menor (Murcia).
En ese sentido, Aldarias celebra estas mejoras pero insiste en hacer hincapié en que los atentados ecológicos se seguirán reproduciendo mientras prevalezca el crecimiento económico sobre cualquier otro criterio y el respeto ambiental brille por su ausencia.
Por comunidades autónomas, las banderas negras de 2023 en Andalucía han recaído en La Antila y la Ría de Huelva (Huelva); Tarifa y Vejer (Cádiz); las playas de Málaga; La Herradura y la playa del Pozuelo-La Rábita (Granada); El Algarrobico y Roquetas de Mar (Almería).
En Asturias: la regasificadora del Musel y la Playa de Bañugues; en Cantabria: Bajo Asón y Liencres; Cataluña: Delta del Ebro y La Savinosa (Tarragona), Vallarca y Badalona (Barcelona); Begur y Golfo de Rosas (Gerona); en Ceuta: Montehacho y la bahía norte; en País Vasco: Urdaibai y el río Barbadun por Petronor (Vizcaya), La Concha y Mutriku (Guipúzcoa); Galicia: A Calzoa, en Vigo y la ría de Pontevedra (Pontevedra), Mina de San Finx en Lousame y Mina de Touro (La Coruña), Playa de Areoura y la Factoría de Alcoa en San Cibrao (Lugo).
Además, han obtenido Bandera Negra las Islas Baleares por la proliferación y descontrol de las motos náuticas y por las fiestas náuticas nocturnas en la Colònia de Sant Jordi.
En la ciudad autónoma de Melilla destaca la construcción de una pasarela que una la cala de Galápagos con la de Trápana y la contaminación por vertidos fecales en la bahía de Melilla.
En el turno de la Región de Murcia, las banderas negras han sido otorgadas a Mar Menor y a Portman y la Sierra Minera; mientras que en la Comunidad Valenciana las enseñas son para Orihuela y el arenal de Jávea (Alicante), las Playas de Valencia y la Playa del Arbre del Gos (Valencia) y la Playa del Fortí y de Surrach (Castellón).
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