El Instituto Geográfico Nacional (IGN) advierte de que un terremoto de la magnitud del de Marruecos (6,8) puede ocurrir en España.
Itahiza Domínguez, sismólogo del IGN, explica en redes sociales que los mapas de peligrosidad sísmica tienen “un problema”: se basan en el conocimiento del pasado, pero si éste es limitado, o los tiempos de recurrencia de los terremotos son largos se puede “menospreciar” el peligro.
Y esto cree que es lo que sucedió con el terremoto de Marruecos, ya que el mapa preexistente daba una probabilidad más baja en la zona del hipocentro en comparación con otros puntos del país, y en general del norte de África.
En la Península Ibérica, los puntos de mayor peligrosidad están señalados en el mapa en las provincias de Granada y Murcia, donde se registraron sendos terremotos en 1884 y 2011 con el saldo de más de 1.000 fallecidos en el primer caso, y siete en el segundo.
Por eso, Itahiza Domínguez indica que “no es descartable” que se produzca un nuevo terremoto “destructivo” en el sur de la Península Ibérica.
En declaraciones a EFE, este especialista del IGN abunda en que los mapas de peligrosidad sísmica se basan en “terremotos que han ocurrido en el pasado”, su localización, magnitud y la intensidad con que han sido sentidos, teniendo en cuenta la sismicidad en época instrumental y también la histórica.
“Si en Marruecos se subestimó el peligro es porque los datos que hay son los que son”, insiste Domínguez, quien desliza que “a lo mejor” el tiempo de acumulación de energía en el subsuelo se prolongó “cientos de años”.
Aquí radica “uno de los problemas de la sismología”, subraya el experto, porque a diferencia de los volcanes, “los terremotos no avisan”.
Si la información con la que cuentan los expertos en la materia es “sesgada”, porque en un territorio han transcurrido 500 años desde el último terremoto, “no hay forma de saber cuál es el peligro real”, en contraste con zonas “más trilladas”, como por ejemplo Japón, donde existe una mayor concienciación y prevención.
En sismología no existen modelos predictivos y la forma de trabajar se sintetiza, según Itahiza Domínguez, en una frase: “si ha pasado, puede volver a suceder, las fallas no desaparecen”.
Explica que hay varios estudios que trabajan en modelos de predicción de terremotos pero “ninguno es concluyente”, porque algunos han estado precedidos, por ejemplo, de emisiones de gas radón pero otros, no, lo mismo que con el comportamiento anómalo de los animales.
Considera “más prometedor” un artículo científico que apunta a la ocurrencia de pequeñas deformaciones en las fallas horas antes de los grandes terremotos.
En el caso de Canarias, explica Domínguez, la sismología es volcánica y no está exenta de riesgo, pues se han dado intensidades VII en La Palma, Tenerife y Lanzarote con la erupción de Timanfaya.
Itahiza Domínguez desvincula por último la actividad sísmica registrada en la zona del volcán de En Medio, entre Tenerife y Gran Canaria, del terremoto de Marruecos, porque aquella fue anterior.
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