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Despedida

La Congregación de las Hijas de la Caridad deja el Hospital de los Dolores tras 115 años de labor

  • El Cabildo les rendirá un homenaje este viernes a las 10:30 horas en Los Dolores
  • Llegaron a la Isla en 1894 a petición del Ayuntamiento capitalino

La Congregación de las Hijas de la Caridad concluye durante esta semana su labor en el Hospital Insular de Nuestra Señora de los Dolores, al que se han dedicado durante 115 años realizando una importante labor asistencial.

Esta decisión, adoptada desde la congregación, la motiva el hecho de que las últimas hermanas que permanecen hoy en el Hospital Insular están en edad de jubilación y pasarán a dedicarse a una labor de carácter más pastoral. Sólo una de las hermanas y, probablemente dos más que llegarán con posterioridad, continuarán con el trabajo asistencial donde sean requeridas.

Desde el Cabildo de La Palma se reconoce el esfuerzo y trabajo incansable desarrollado por las hermanas desde que llegaron a la Isla, una labor encomiable para la que no existe suficiente agradecimiento, y le brinda su apoyo a la congregación en cuantas acciones futuras deseen emprender.

Asimismo, el Cabildo,  en reconocimiento a esta congregación y al trabajo desarrollado en la Isla, ofrecerá un homenaje de carácter público a las hermanas el próximo viernes, 18 de diciembre, en el Hospital de Nuestra Señora de los Dolores, a las 10:30 horas y una celebración eucarística que tendrá lugar en la iglesia del Hospital a las 17:00 horas.

La Congregación de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl llegó a la Isla en el año 1894, a petición del Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma, siendo cinco las primeras hermanas que se dedicaron al cuidado de enfermos y niños en el Hospital de Nuestra Señora de los Dolores.

Estas cinco religiosas, Sor Bernardina, Sor Dolores Coll, Sor Candelaria, Sor Teresa y Sor Dolores Martos fueron las primeras de un total de 50 que llegó al tener la congregación en este centro.

En los primeros años su dedicación fue permanente también con los militares, las personas sin recursos y los enfermos de tuberculosis que, después de la Guerra Civil española, aumentaron y tuvo que destinarse un pabellón completo del citado Hospital, en esos años también Centro Cívico – Militar.

En estos últimos años, su esfuerzo se ha centrado en el cuidado de las personas mayores, siendo esta actividad la que más reconocimiento despierta por parte de la sociedad palmera.

 

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