Acaba de publicarse una monografía sobre la iglesia y centro parroquial de Breña Baja, uno de los mejores ejemplos en Canarias de arquitectura sacra del siglo XX. La obra, escrita por Elías Manuel Bienes Fernández, se titula El Centro Parroquial de Breña Baja: paradigma de la arquitectura posconciliar en Canarias y se centra en los antecedentes, construcción y significación del nuevo templo de San José.
El trabajo se estructura en tres capítulos: una breve descripción histórica del antiguo templo parroquial, un minucioso relato del proceso que llevó a construir este edificio, obra de Miguel Arricivita Calvet, y por último su análisis arquitectónico, donde se establecen analogías a estilos y corrientes artísticas de la época, no solo en el archipiélago sino también de otros lugares de España. El ensayo se completa con abundante documentación gráfica, y un prólogo a cargo de la arquitecta Miriam Arricivita, hija del autor del proyecto.
Según Elías Bienes, esta edificación supone “la transposición de un estilo desarrollado en la península y que se apoya en la normativa emanada del Concilio Vaticano II de manera rigurosa, frente al antiguo modelo tridentino de las iglesias tradicionales en La Palma”.
El volumen constituye el segundo libro de Elías Bienes, cuya trayectoria ha girado en investigaciones sobre la historia, la etnografía y la cultura de la isla, en especial en el municipio de Breña Baja. Además, cabe señalar que esta monografía completa una serie de charlas, exposiciones y artículos desarrollados por el autor en los últimos ocho años.
La obra, que constituye el número 8 de la colección “Cuadernos Insulanos” de Cartas Diferentes Ediciones, ha contado con la colaboración del Ayuntamiento de la Villa de Breña Baja.
Martelero
He visto polígonos industriales donde su arquitectura incite más a espiritualidad que el citado edificio, que es mas horroroso que una nevera por la parte de atrás.
No niego que tenga su interés arquitectónico, como lo tiene la música Música Electroacústica, pero lo mires por donde lo mires, lo mejor es demoler ese adefesio arquitectónico y hacer otra cosa. Casi cualquier otra cosa vale, puesto que costará superar en atrocidad estética a la presente construcción.
Leer más