El tiempo que pasan los preadolescentes y adolescentes canarios en los espacios digitales (redes y videojuegos) ha aumentado en los dos primeros trimestres de 2023/2024 frente a 2018/2019, según se refleja en el II Barómetro Digital para evaluar los hábitos digitales de la población del archipiélago más joven en el Museo Elder de la Ciencia y la Tecnología, en Las Palmas de Gran Canaria, y que también detecta una bajada del control parental.
La muestra estadística, que supera los 1.700 estudiantes, la ha presentado este viernes el consejero de Educación, Formación Profesional, Actividad Física y Deportes del Gobierno de Canarias, Poli Suárez, junto al director del museo, José Gilberto Moreno, y el autor del estudio, el experto en redes Armando Ojeda, según ha informado la Consejería regional de Educación.
Este trabajo permite ofrecer una perspectiva sobre cómo han evolucionado los hábitos digitales del alumnado canario en cinco años, para conocerlo el Museo Elder ha celebrado microsesiones didácticas impartidas al alumnado dentro de los recorridos guiados que completan por el centro, a cargo de los monitores del museo.
En estas charlas interactivas, se comparte con los estudiantes su conocimiento de las redes sociales y se ofrecen pautas básicas para conocer y controlar mejor el impacto de la huella digital, la seguridad en las redes, la gestión del tiempo y el uso responsable de canales sociales y videojuegos.
Previa a estas sesiones, el alumnado ha completado un cuestionario similar al que ya se utilizó cinco años atrás para conocer qué redes usa, cuánto tiempo están en ellas en el móvil, si padecen molestias físicas por su manejo en el móvil, si los padres controlan su actividad digital, sus hábitos en cuanto a la privacidad, si quedan en persona con contactos que han conocido en sus perfiles y con qué frecuencia juegan a videojuegos.
En este sentido, el barómetro de los dos primeros trimestres del ejercicio 2023/2024 recoge que en la comparativa entre el alumnado que ahora cursa 5º y 6º de Primaria y 1º, 2º y 3º de la ESO con lo que manifestaron los estudiantes en esos mismos cursos cinco años atrás refleja que siguen utilizando redes sociales similares pero en mayor número. En concreto, la media se ha elevado de 4,5 a 6 redes por alumno.
Así son YouTube, WhatsApp, Spotify, TikTok, Instagram, Snapchat y Pinterest las plataformas preferidas por los estudiantes, si bien ellas se decantan más por redes como Pinterest o BeReal y ellos por Twitch o Discord.
Además el alumnado de 4º de Primaria tiene una media de cuatro perfiles sociales activos.
MÁS DE LA MITAD DE JÓVENES PADECE DOLENCIAS FÍSICAS POR EL USO DE MÓVIL
Por otro lado, el alumnado que confiesa padecer dolencias físicas por usar mucho el móvil se sitúa en el 51 por ciento (un 48 por ciento admite estas dolencias “a veces” y un 3 por ciento “a menudo”) a diferencia del 45 por ciento hace cinco años.
Ampliando la perspectiva con los datos recabados en estos últimos meses, la mitad del alumnado de 4º de Primaria confiesa padecer estas molestias, proporción que “se dispara” hasta el 61 por ciento de los estudiantes de 4º de la ESO.
Añaden que el impacto físico del uso del móvil corresponde con el aumento del uso “todos los días” de las redes en el móvil, que ha pasado del 54 por ciento al 62 por ciento en cinco años. El alumnado también es más proclive a instalar nuevas redes sociales (un 63 por ciento lo hace regularmente o a veces por el 52 por ciento registrado en el estudio anterior).
En cuanto al control parental indica que “parece haberse relajado”, ya que si cinco años antes el 58 por ciento del alumnado manifestaba estar vigilado a diario por sus padres en los espacios digitales, actualmente “se ha reducido ligeramente, al 55 por ciento, incrementándose considerablemente” el porcentaje de estudiantes que admiten tener este control “a veces”.
Agrega que este segmento se sitúa en el 31 por ciento, cuando hace cinco años se reducía al 23 por ciento de los alumnos.
Así apunta que “cada vez más las familias vigilan a sus hijos pero lo hacen de forma más esporádica” que antes, si bien lo que “no cambia es la mayor atención” que tienen las chicas por encima de los chicos en este apartado. Madres y padres controlan regularmente a la mitad exacta de los chicos (así lo admite el 50 por ciento de los encuestados), por el 62 por ciento de chicas que dicen tener esta observación permanente de sus progenitores.
Por otro lado, en el curso 2018/2019 el 74 por ciento de los estudiantes mantenía todas sus cuentas sociales como “privadas” (en su concepto de privacidad para administrar quiénes pueden seguirles y quiénes no), sin embargo este porcentaje desciende hasta el 55 por ciento en este curso.
El uso del nombre real en los perfiles sociales debe considerarse un indicador de riesgo digital en estas edades, sin embargo una cuarta parte del público encuestado (25 por ciento) afirma que sigue usando su verdadero nombre en las redes, dato que disminuye en cinco puntos con respecto al barómetro anterior pero que continúa “siendo significativo”.
Asimismo un hábito consolidado y extendido es el de quedar “en persona” con contactos que se han conocido a través de las redes sociales. En este caso, un 17 por ciento del alumnado lo hace ocasionalmente actualmente y un 7 por ciento ha procedido de esta manera “varias veces”.
Si antes el 81 por ciento de los estudiantes en estos cursos nunca había manifestado este comportamiento, ahora el porcentaje se reduce al 75 por ciento. Es decir, en este curso 2023/2024 uno de cada cuatro alumnos “ha quedado” con un comportamiento que ya se detecta desde 4º de Primaria y que se intensifica en la ESO.
Finalmente, en lo que se refiere a la intensidad de uso de los videojuegos actualmente el 40 por ciento del alumnado admite jugar “todos los días”, por el 36 por ciento registrado en el curso 2018/2019. Además lo hacen más los chicos (43 por ciento) que las chicas (38 por ciento), en otra demostración de que la inmersión en los espacios digitales también se intensifica en la población más joven.
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kawalapalma
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No hay equilibrio…
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Y muchos pillando móviles para crios de 4 años ; tan grandes y caros que les cuesta cargarlos.
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Yo como soy pobre y alfabeto de esas cosas modernas ni entiendo ni puedo.
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jovenes_sin_futuro
El uso temprano de móviles y redes sociales por parte de los niños es un tema complejo que afecta a toda la sociedad. Cada vez más niños tienen acceso a móviles y redes sociales a edades tempranas, a pesar de que muchas plataformas limitan su uso a mayores de 13 años. Este acceso prematuro presenta varios riesgos que muchos padres desconocen, ya que a menudo no están familiarizados con la tecnología y, por lo tanto, les resulta difícil establecer límites adecuados para sus hijos.
Las redes sociales generan dopamina, creando una dependencia similar a la adicción a los juegos de azar. Por ejemplo, el “scroll infinito” que se quiere eliminar en Europa, activa el cerebro de manera similar a las máquinas de los casinos. Esto puede llevar a problemas de salud mental y adicciones en el futuro, especialmente entre los más jóvenes, que pasan largas horas conectados a estos dispositivos.
Según estudios similares al de esta noticia, un alto porcentaje de adolescentes tiene acceso a móviles e internet desde los 10 años, con un uso promedio de más de 5 horas diarias en redes sociales durante los fines de semana. Esto incrementa los riesgos de sexting, ciberacoso y contacto con desconocidos, entre otros problemas. Además, la falta de supervisión por parte de los padres agrava estos riesgos. Solo un pequeño porcentaje de padres establece normas sobre el uso de estos dispositivos, lo que deja a muchos niños sin la guía necesaria para un uso seguro y responsable. Pero insisto, muchos padres no tienen herramientas ni conocimiento para proveer de esa guía a sus hijos.
El uso excesivo de pantallas en edades tempranas también afecta el desarrollo cognitivo, emocional y físico de los niños. Estudios han demostrado que los niños menores de 2 años necesitan interacción práctica y social con sus cuidadores para desarrollar sus habilidades adecuadamente, y que el tiempo excesivo frente a pantallas puede llevar a retrasos en el desarrollo, problemas de salud y alteraciones en el sueño.
Es evidente que abordar este problema requiere un esfuerzo colectivo. Padres, educadores y legisladores deben trabajar juntos para establecer un uso equilibrado y seguro de la tecnología, protegiendo así el bienestar de las generaciones futuras. Es crucial que los padres se informen sobre los riesgos y aprendan a usar y configurar los controles parentales para guiar a sus hijos en el uso responsable de la tecnología.
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quien son peores, los padres o los abuelos ?
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