Tras la celebración ayer de la tradicional Romería, Barlovento pone el broche de oro a sus fiestas patronales en honor a la Virgen del Rosario con la representación de La Batalla de Lepanto, que congregó numeroso público en esta cita tradicional que está declarada Bien de Interés Cultural.
“A la nave, que de dónde vienes y adónde vas…” inicia el diálogo entre la nave y la fortaleza, contemplada, a distancia, por los espectadores, en compañía de la imagen de la Virgen del Rosario, que fue trasladada previamente hasta el mirador de la Fuente del Llano.
Desde el otro lado del barranco del Pilón se escuchan los primeros síntomas del enfrentamiento entre las fuerzas turcas, con Alí-Bajá al frente, y las cristianas encabezadas por Juan de Austria. Mientras comienzan a sucederse las explosiones de pólvora, que levantan una gran polvareda.
Enfrentamiento que llegó a su cenit con la victoria alcanzada por el ejército cristiano, que trasladó por Barlovento a los prisioneros otomanos hasta la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, donde se produjo la tradicional conversión de los musulmanes al cristianismo. Para terminar rindiendo honores a la Virgen arrodillándose ante ella en medio de los aplausos del numeroso público que no quiso perderse esta representación alegórica.
Una función que, de la mano de la Asociación Cultural La Naval, ha experimentado este año novedades, como el cambio de parte de los uniformes de los participantes; el castillo elaborado con distinto material al papel o el hecho de que la Banda Municipal de Música también vaya con la vestimenta de los cristianos. Trabajos que, sin duda, contribuyen a mejorar esta expresión festiva y cultural del municipio de Barlovento.
Archivado en:
Más información
Últimas noticias
Lo último en blogs
charcoverde
Aparte de la escenografía.
Si porque El día del Corsario celebra que Pata de Palo saqueo e incendió toda la Capital y sus autoridades y habitantes salieron huyendo sin presentar resistencia.
El hecho más dramático que ha sufrido en su historia la Suidad.
Ni siquiera son capaces de cambiar la celebración a unos 50 años más tarde, donde la reconstruida Capital rechazo con éxito el ataque de Francis Drake y tuvo que mandarse a mudar rumbo al Caribe a probar suerte.
Es que somos masoquistas.
Por lo menos en la batalla de Lepanto aunque con una pérdidas enormes se consiguió frenar la expansión morisca y eso fue una victoria.
Es como si en un clásico Tenisca-Mensajero y gana el Tenisca por 3-0, el Mensajero y su afición celebra su derrota.
Sarna con gusto no pica.
Leer más
Ama Marla
Está bien… Pero es mucho mejor El Día del Corsario.
Leer más