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Opinión
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Burros porfiados

Vamos a empezar por el principio. No pretendo con este título faltar al respeto a nadie. Pero, en busca de una expresión canaria que describiera esta situación tan absurda, le pregunté a ChatGPT y estas fueron las dos opciones que me dio: burros y porfiados.

Ahora bien, ¿qué palabra elegirían ustedes si un día alguien decidiera cambiar el nombre de su barrio sin ninguna justificación? ¿Si ignoraran 300 años de historia y colocaran en una señal cualquier denominación que se les antojara?

Si lo piensan bien, hay que ser burro y porfiado para seguir obstinadamente en algo que se sabe que está mal. Para insistir en un error, a pesar de conocer la verdad, a pesar de saber que molesta a mucha gente. Hay que ser burro y porfiado para actuar conscientemente en contra de la historia y de la identidad de un lugar.

Y de eso precisamente estamos hablando: de “San Nicolás”, en el barrio de Las Manchas.

Nicolás Massieu Van Dalle y Rartz, destacado militar y empresario de La Palma en el siglo XVII, expresó en su testamento del 12 de diciembre de 1676 su deseo de construir una ermita en honor a San Nicolás de Bari en su hacienda de Las Manchas.

Aunque falleció el 14 de septiembre de 1696 sin ver cumplida su voluntad, sus herederos la hicieron realidad, levantando la hermosa ermita de San Nicolás de Bari a principios del siglo XVIII en el barrio de Las Manchas.

¡A principios del siglo XVIII! ¡Hace más de 300 años! Y desde entonces, esta zona del barrio de Las Manchas ha mantenido su nombre: “San Nicolás”.

El Instituto Geográfico Nacional dispone de mapas oficiales de La Palma con más de 200 años de antigüedad donde ya se menciona San Nicolás. Google Maps y Apple también lo registran en sus plataformas. Incluso en la fiesta de Las Manchas, cuando se elige a sus romeras y romeros, se hace entre los cuatro barrios más habitados: Jedey, El Paraíso, Las Manchas de Abajo y… San Nicolás.

Hasta la Asociación de Vecinos ha solicitado formalmente que se corrija esta situación y que se reemplace esa señal.

Sin embargo, los responsables de la reconstrucción de la LP2 (con las instituciones mirando para otro lado) han decidido ignorar la historia y rebautizar arbitrariamente esta parte de nuestro barrio.

Ahora, pretenden que “San Nicolás” pase a llamarse simplemente “Las Manchas”, reduciendo así la identidad del gran barrio de Las Manchas a algo mucho menor de lo que realmente es. Y borrando del mapa nuestro nombre.

Es una falta de respeto a todos los mancheros. Una absoluta falta de respeto. Y, sin ánimo de ofender, una actitud propia de burros porfiados.

Respetar la historia de un lugar es respetar a sus habitantes. Puede que a algunos no les importe o no les interese nuestra historia, pero no por eso deja de ser nuestra. Y nuestro nombre es el que es. Y nos pertenece.

Las Manchas colinda con Fuencaliente por el sur y se extiende hasta el Callejón de la Gata por el norte. ¡Todo eso es Las Manchas! El Charco, Jedey, Las Manchas de Abajo, El Paraíso y… ¡San Nicolás! Así está reflejado en los mapas oficiales de los barrios de los ayuntamientos de El Paso y Los Llanos de Aridane.

Y a pesar de todo esto, han seguido adelante con su empecinamiento y, en estos días, han fijado en el suelo con hormigón una señal que pretende borrar nuestra identidad y nuestra historia. Imagino que don Nicolás Massieu estará retorciéndose en su tumba.

Quienes han cometido este error deben corregirlo asap. Porque esto no va de una señal: va de nuestra historia. Y nuestra historia merece respeto.

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