Buracas, en Garafía.
El Cabildo de La Palma, a través de las consejerías de Turismo y Transportes y de Educación, Cultura y Patrimonio Histórico, con la colaboración de ADER La Palma, desarrollará un proyecto encaminado a la protección y puesta en uso de la zona arqueológica del Caboco de Buracas, en el barrio de Las Tricias, de Garafía.
Las actuaciones que tienen previstio desarrollar y que cuentan con un presupuesto cercano a los 40.000 euros, persiguen garantizar la preservación de la zona arqueológica-etnográfica y ofrecer a los visitantes una información precisa que permita hacerse una idea de su uso entre los benahoaritas.
Los trabajos se harán con el máximo respeto por el entorno y ocasionando un impacto visual mínimo. Así, durante el recorrido por el caboco se colocarán una serie de paneles informativos sobre la importancia del agua, el hábitat prehispánico y los grabados rupestres. Además se procederá a la limpieza, restauración y protección de los dos grupos de petroglifos, y se realizarán una serie de catas estratigráficas en una de las cuevas para verificar si su potencia arqueológica es lo suficientemente importante como para llevar a cabo una excavación intensiva del yacimiento.
Finalmente, se adecuará una de las cuevas para mostrar cómo sería su uso mientras los benahoaritas vivieron en su interior, para lo cual se procederá a su delimitación y colocación de reproducciones de los diferentes objetos de uso cotidiano, como vasijas de barro, piezas líticas, objetos de madera o piel.
El yacimiento arqueológico de Buracas es uno de los más emblemáticos de La Palma. Fue dado a conocer en 1941 por A. Mata y E. Serra. En esos momentos su interés se centraba en la estación de grabados rupestres de tipo geométrico con el predominio de las espirales y meandriformes, ejecutados con la técnica del picado. En realidad, se trata de dos grupos ubicados en ambos extremos del caboco.
Su estado de conservación es considerado por los técnicos como aceptable, si bien en los últimos tiempos, ante la creciente avalancha de turistas sin ningún tipo de control, han sufrido un deterioro acelerado ante el relleno de las inscripciones con tiza e inscripciones recientes.
Pero Buracas es mucho más que una estación de grabados rupestres, ya que su núcleo principal lo constituye un gigantesco caboco, que interrumpe el cauce del Barranco del Corchete, en cuyos riscos se superponen tres pisos de cuevas naturales que fueron utilizadas por los benahoaritas como lugar de vivienda permanente. Su ocupación continuada durante más de 1.000 años ha creado una potencia estratigráfica muy importante en la que destacan las gruesas capas de cenizas. En sus inmediaciones se encontraba, además, la necrópolis en que enterraban a sus seres queridos.
En Buracas no sólo es interesante la huella aborigen, sino también su gran aprovechamiento en época histórica. Ello puede estar relacionado con la presencia de La Fuente de Buracas y sus lavaderos, que abastecían de agua a las personas y el ganado que moraba en Las Tricias.
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