La Pandorga llenará de luz y colorido las calles de Santa Cruz de La Palma. Foto de Saúl Santos. Archivo.
Niños y adultos participaron ayer en el desfile de la Pandorga, uno de los actos más populares de la Bajada.
El encanto y el colorido de la Pandorga.
Desfile de la Pandorga 2010.
Desfile de la Pandorga 2010.
Desfile de la Pandorga 2010.
Desfile de la Pandorga 2010.
La belleza y el colorido de la Pandorga.
Niños y adultos participan en la Pandorga, uno de los números más importantes de la Bajada.
Los niños son los principales protagonistas del desfile de la Pandorga.
Los niños fueron los protagonistas de la noche de La Pandorga.
Las pandorgas formaron una gran hoguera al término del desfile.
Las pandorgas representaban, entre otras cosas, personajes de ficción infantil.
Un barco viquingo en el desfile de las pandorgas.
Un dragón gigante animaba el desfile.
Una pandorga con la Copa del Mundo encabezaba el desfile.
Los niños acompañados de sus padres portaban las pandorgas
Las pandorgas formaron una gran hoguera al término del desfile.
Más de mil personas entre niños y adultos participaron ayer al caer la noche en el desfile de la Pandorga, uno de los números importantes de la Bajada con el que comienza la Semana Grande de las Fiestas Lustrales y que cada cinco años recorre durante varias horas las principales calles de la capital palmera que estaban abarrotadas de gente, había unas 45.000 personas según la Policía Local, llenándolas de luz y colorido.
Cientos de farolillos chinescos de colores y formas diferentes fueron encendidos y portados por un "ejército" de niños, acompañados por familiares, iluminando las calles, (parecían pequeñas luciérnagas), para anunciar la llegada de la Virgen de las Nieves.
La comitiva estuvo acompañada en todo el recorrido por las bandas de música San Miguel y La Victoria de Santa Cruz de La Palma, y San Juan de Puntallana, además de la banda de cornetas y tambores Gayfa, que ensalzaron aún más si cabe este sencillo pero bonito acto lustral detrás del que se esconden muchas horas de trabajo de las más de setenta personas que confeccionaron con imaginación y mucho esfuerzo los farolillos chinescos que, por unas horas, transformaron la imagen de la capital, que olía a velas encendidas. El desfile, que estuvo encabezado por una joven que portaba un farolillo dedicado con la Copa del Mundial del Fútbol que ha ganado España y en el que se piropeó en numerosas ocasiones a la Virgen y a la propia Selección Española de Fútbol, concluyó con la quema de los farolillos en el cauce del barranco de la Avenida de las Nieves pasadas las doce de la noche.
Los faroles de la Pandorga se construyen con varillas de madera y papel de colores (papel de seda, celofán, cartulina, papel de charol, etc), al que se une una vara de madera, de un metro o más de largo, que eleva el farolillo y sirve asimismo como asidero. Por ello, la noche de Pandorga da luz a la ciudad y anuncia la venida de la Virgen.
En La Palma, las primeras noticias conocidas de la Pandorga se documentan en la recepción hecha al obispo de la Diócesis Nivariense Luis Folgueras Sión en su visita a la isla en diciembre de 1830, año de Bajada: «Los primeros días, luego que cesó de llover, el venerable clero de la ciudad celebró la venida de su ilustrísimo prelado con regocijos públicos, una noche con el carro y la danza de niños y música, y otra con una iluminación abundante, que los naturales llaman la Pandorga, además de las iluminarias de las tres noches primeras, y repiques generales que son de costumbre».
A lo largo del siglo XIX, los testimonios se multiplican en cada edición. En 1860, el periodista José María Fernández Díaz (Santa Cruz de La Palma, 1806) comentaba en su crónica de las fiestas lustrales que la Pandorga, «al decir de los extranjeros y peninsulares, y demás forasteros, es puramente palmera. Esta fiesta siempre gusta, y a pesar que iba algo desordenada y escasa de caperuzas, estuvo buena».
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