Santa Cruz de La Palma se cubrio de blanco un año más con la llagada de los Indianos.
Miles de personas, muchas de ellas venidas desde Tenerife y Gran Canaria, participaron ayer en el desembarco de los Indianos, el número más emblemático y genuino del Carnaval palmero, cubriendo de blanco la ciudad sin que al final hiciera acto de presencia la lluvia que estaba anunciada.
Desde primera hora de la mañana empezaron a llegar Indianos, unos más acertados que otros en la vestimenta, que ya a las doce del mediodía eran multitud cuando hizo su aparición en el atrio del ayuntamiento, en medio de la música y del sonido de las maracas, la Negra Tomasa desatando la alegría colectiva y a partir de ese momento no paró de sumarse gente a la fiesta cargada con botes de polvos de talco.
La música de los distintos grupos que estaban dispersos por la ciudad tampoco dejó de sonar durante todo la jornada aunque mucha gente echó en falta más parrandas y grupos de música cubana que son los que diferencian a los Indianos palmeros de las copias que se están haciendo en otras islas, algo en lo que el ayuntamiento debería hacer hincapié por el bien de esta celebración palmera.
A la hora de comer, los restaurantes se llenaron pero también las casas y en la avenida Marítima hubo gente que optó por un bocadillo o por comer en los coches junto al mar para después sumarse al reparto de polvos de talco que llevó a cabo el ayuntamiento frente a Correos a las cinco de la tarde, aunque ya a esa hora las calles estaban cubiertas de blanco y la nube de polvo era inmensa y con ello empezó el desfile por la calle Real. La fiesta se prolongó hasta que el cuerpo aguantó.
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