El Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma y la compañía Endesa firmarán un acuerdo para la recuperación y puesta en uso con fines culturales, museísticos y turísticos de El Electrón, la antigua central hidroeléctrica que convirtió a Santa Cruz de La Palma en la primera ciudad de Canarias en disponer de luz eléctrica en 1893.
El alcalde, Juan Ramón Felipe, se ha reunido con el director de Generación de Endesa en Canarias, Ramón Rodríguez Tomás, para establecer los destalles de esta colaboración a través de un convenio que deberá ser ratificado por el próximo pleno de la corporación. A la reunión también han asistido los concejales de Cultura, Alejandro Hernández, y Obras, Infraestructuras y Servicios Públicos, Antonio Acosta, y Mauro Fernández Felipe, ex Subdirector Regional de Transportes y Distribución Eléctrica de Endesa y gran conocedor de la historia de la electricidad en La Palma.
Juan Ramón Felipe ha expresado su "enorme satisfacción" por un acuerdo "que permitirá recuperar y dar a conocer una parte importante de nuestra historia a la vez que habilitamos un inmueble de indudable valor patrimonial en un entorno natural privilegiado, y ganamos un atractivo espacio con fines turísticos y culturales". El alcalde ha valorado asimismo, la generosa predisposición mostrada por Endesa a la hora de colaborar con el consistorio capitalino "no sólo en este proyecto sino a la hora de establecer futuras líneas de colaboración conjunta que iremos perfilando en una nueva reunión antes de que finalice el mes de mayo".
Durante 56 años, desde 1893 y hasta 1949, el suministro eléctrico de Santa Cruz de La Palma fue dotado por la primitiva empresa El Electrón, de la que es heredera Endesa. La antigua central hidroeléctrica se halla situada en el barranco de El Río, en una parcela de 14.600 metros cuadrados, conservándose aún en la actualidad buena parte de la infraestructura original, cuya propiedad detenta la empresa energética.
El convenio entre el ayuntamiento y Endesa contempla la cesión de uso del inmueble por un periodo de cincuenta años con la finalidad exclusiva de explotar la propiedad como centro de interpretación y recurso cultural, museístico y turístico. El ayuntamiento se compromete a sufragar los gastos de adaptación de la propiedad y sus accesos para este uso.
