El Consejo Insular de Aguas estudia convertir un paraje de indudable valor natural y paisajístico como La Caldereta de Mazo en una balsa. Prueba de ello es que este organismo en su última sesión celebrada el pasado jueves aprobó realizar un "estudio de viabilidad ambiental, ubicación y capacidad de una balsa en la zona de La Caldereta, Mazo", por un importe de 10.000 euros.
Esta posibilidad ya ha empezado a despertar la preocupación entre los expertos en Biología, que consideran este enclave de un alto valor tanto en su flora como en su fauna, además de la consiguiente riqueza paisajística que encierra (es de esos poco puntos de visión que quedan en La Palma desde donde la vista se puede estirar a lo lejos sin encontrarse con ninguna edificación o cableado).
En La Caldereta de Mazo se encuentra, según nos informan expertos en Biología, un reducto de los bosques termófilos (término acuñado en 1980 por el biólogo palmero Arnoldo Santos para este tipo de enclaves) y que hoy en día, pese a su abundante presencia en el pasado, se encuentran muy mermados en la geografía insular por la intensa actividad humana en las medianías. Ejemplares de sabinas, acebuches o almácigos se pueden encontrar en este cono. Además existe una fauna que aún está por investigar y que podría ver perjudicada su existencia con una obra en la zona.
Como ejemplo del indudable valor paisajístico hay que recordar que a finales del año pasado, el Ayuntamiento de Villa de Mazo anunció la construcción de un nuevo mirador en la zona de La Caldereta. Un área que, según reconocía textualmente la corporación mazuca, "está dotada y preparada para la contemplación y disfrute de las vistas excepcionales hacia la costa y hacia el monte que se divisan desde el lugar. Desde esta ubicación es posible divisar áreas en las que predomina el suelo de protección paisajística y espacios naturales protegidos, como el monumento Natural de la Montaña del Azufre".
Ahora, con este estudio por parte del Consejo Insular de Aguas, se abre la incertidumbre sobre el futuro de este enclave y nos preguntamos si desde su mirador nos consolaremos con contemplar el agua embalsada.
