64 VPO de Tazacorte. Archivo.
Los vecinos que están esperando por las 64 viviendas de protección oficial que la constructora Pérez Castillo empezó a construir en 2005 en la calle prolongación Pedro José Viña Díaz y que todavía hoy no han sido entregadas a sus compradores, dicen, en una carta abierta dirigida a la empresa, que se sienten "engañados", que están aburridos y cansados de tanto esperar, y que están decididos a empezar a movilizarse si no se entregan en un plazo de un mes.
" Si en la próxima reunión no se nos da una respuesta coherente y no nos dicen que las viviendas serán entregadas en un plazo máximo de un mes, tomaremos las medidas necesarias para que de una vez por todas, las 64 familias tengamos estas viviendas", aseguran, indicando que varios vecinos ya han comenzado a hacer trámites para adquirir otro tipo de vivienda y otros están iniciando proyectos para tener por fin su merecida casa", pues añaden que "nosotros no somos los culpables de que la denominada burbuja inmobiliaria; nosotros somos compradores y como tal nos han engañado porque ha habido un incumplimiento del contrato de compra- venta".
Los afectados recuerdan que las 64 viviendas fueron compradas por familias y personas solteras, que depositaron con ilusión todos los ahorros de muchos años de trabajo, para poder disfrutar de lo que se denomina vivir en una "vivienda digna". Estas cantidades, señalan, ascienden a más de 10.000 €, un 20% del precio que estos pisos de VPO fueron tasados. Pero, insisten en que "quienes hemos comprado estos pisos estamos ya cansados de tanto esperar y de que se juegue con nuestro dinero" y en que "los compradores que ya no queremos adquirir estas viviendas, queremos la devolución de nuestros ahorros, un billete encima de otro, como nosotros hicimos allá por el año 2005".
Los afectados piden a la constructora una respuesta clara, en la que se diga la realidad sin ocultismos a todos los compradores porque, advierten, "con el dinero no se juega y para nosotros es un gran sacrificio poder llegar a fin de mes, y que a día de hoy nos sigan engañando como a un niño pequeño".
Los vecinos afectados dicen desconocer además el estado en el que se encuentran estas viviendas porque el edificio está cerrado a cal y canto. "Esperemos que los compradores no tengan que acometer reformas por el tiempo que ha pasado al estar ese edificio cerrado a cal y canto, lo que puede que haya provocado humedades".
Los afectados además de reunirse con la alcaldesa y con el concejal de Vivienda, con quienes tienen previsto mantener un nuevo encuentro en breve para intentar busca una salida a este conflicto, también se han puesto en contacto con el Instituto Canario de la Vivienda, dicen, sin recibir respuesta, y que tampoco la han tenido del Cabildo. "Los ciudadanos para estos políticos que nos representan somos un simple voto", se quejan.
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