Con un acto institucional y la celebración de una misa oficiada por el obispo Bernardo Álvarez, se reabrió ayer de nuevo al culto la iglesia de San Blas de Villa de Mazo que llevaba dos años cerrada por obras.
Los trabajos, en los que se han invertido 780.000 euros financiados por el Cabildo y el Obispado, contando con la colaboración del Ayuntamiento de Villa de Mazo y de la aportación de los feligreses, han consistido en la restauración de las cubiertas y la torre de la iglesia.
La presidenta del Cabildo, Guadalupe González Taño, destacó la importancia del acto para los fieles del municipio, que "durante dos años han visto desplazados sus cultos, pudiendo recuperar ahora su querida parroquia".
Por su parte, la alcaldesa de Mazo, Nieves Lady Barreto, agradeció el trabajo realizado por los vecinos y feligreses para llegar al día de la feliz reapertura del templo, mientras que el obispo Bernardo Álvarez destacó sus sensaciones positivas por la realización en su totalidad de la obra.
La iglesia de San Blas es un ejemplo de arquitectura religiosa canaria cuya recuperación se viene a sumar a la de otros inmuebles que la Institución insular ha restaurado en los últimos años, como la iglesia de San Juan Bautista, en Puntallana, la ermita de San Vicente Ferrer y las iglesias de San Francisco y La Encarnación, en Santa Cruz de La Palma, o el templo de San Mauro, en Puntagorda.
La actuación consistió en la rehabilitación de la cubierta, ante las deficiencias en la protección e impermeabilización que han afectado al sistema estructural y el armazón con la aparición de humedades, pequeñas fisuras y deformaciones.
El objeto del proyecto ha sido la rehabilitación y reparación integral de las cubiertas, con aumento de su capacidad aislante, mejoras térmicas y de ventilación.
Este templo se halla enclavado en el casco de Villa de Mazo, a la que se accede por una empinada calzada empedrada que comunica la iglesia con el resto del pueblo. Una pequeña ermita erigida en 1512 fue su origen, a la que se le añade, siglos más tarde, dos naves más, dándole forma a su actual planta basilical.
Entre los muros de esta arquitectura, de raíces mudéjares, se encuentra un retablo central de caoba creado bajo las pautas barrocas. Un hermoso conjunto de imágenes flamencas del siglo XVI conviven en este lugar de recogimiento, entre las que destaca la talla del patrón San Blas. Junto a la iglesia está la casa parroquial, recientemente restaurada, edificación de gran valor por su estilo y antigüedad.
