Una imagen de rabiosa actualidad. Nada puede acabar con la fiesta de los palmeros, ni siquiera la crisis.
Indianos para siempre. Más claro, imposible.
Las calles de la capital estaban a reventar de Indianos.
La alegría y el color de los Indianos, una fiesta única en el mundo.
Los Indianos de Santa Cruz de La Palma, una fiesta única y con mucha azúcar.
El futuro la fiesta está garantizado con estos dos indianitos perfectamente ataviados y provistos de los polvos de talco.
Indianas en Santa Cruz de La Palma recién llegadas de Cuba.
Elegancia Indiana. Bellísimas.
Indiana con su maleta de viaje y su jaula. Es uno de los personajes ya tradicionales del Carnaval capitalino
Calle Real capitalina llena de Indianos a media mañana de ayer.
La Negra Tomasa en la plaza de España.
La Negra Tomasa bailando en la plaza de España capitalina.
Indianos bailando en la plaza de España capitalina. archivo.
Bellísimas mujeres Indianas.
Original tocado llevado con mucho arte por esta guapa Indiana.
El "servicio" rosa de los Indianos.
La Negra Tomasa, el espíritu de los Indianos. Arhicvo.
La Negra Tomasa se ha convertido en una de las banderas de los Indianos.
Una gran multitud esperaba a la Negra Tomasa, procedente de Cuba, a su llegada al Puerto capitalino. Sólo faltó la ambientación musical para amenizar la espera.
La Negra Tomasa a su llegada al Puerto de Santa Cruz de La Palma en el barco de Fred Olsen. Archivo.
La Palma vibró un año más al ritmo de los Indianos. Entre 85.000 y 90.000 personas, según los datos de la Policía Local Santa Cruz de La Palma, es decir, tanto como la población total de la Isla, celebraron este lunes de Carnaval, que se ha convertido en un auténtico polo de atracción para muchas personas del resto del Archipiélago que acuden seducidos por su singularidad.
De hecho, este año, la jornada arrancó dando la bienvenida a un numeroso grupo de indianos que procedían de Tenerife y que arribaron en el puerto capitalino en el barco de Fred Olsen a las doce del mediodía. Si bien, la numerosa comitiva que se dio cita en el muelle, entre la que se encontraba la corporación liderada por el alcalde, Sergio Matos, estaba a la espera de un pasajero muy especial, que por primera vez llegaba a bordo de un barco, la Negra Tomasa, todo un símbolo y un referente de Los Indianos. La Negra Tomasa descendió del barco danzando, ante un público entregado que la jaleaba gritando su nombre.
Multitud de personas aguardaban su llegada, mientras se interpretaba otro de los momentos señalados de la mañana del lunes del carnaval, La Espera. La Negra Tomasa fue recibida al ritmo del son cubano y con una inmensa nube de polvos talcos.
La alegría y el ambiente festivo se había adueñado de las principales calles de Santa Cruz de La Palma. Pasadas las dos de la tarde, poco a poco, los grupos de Indianos fueron retirándose para comer en las casas o restaurantes de la zona.
Pasadas las cuatro, las calles comenzaron a llenarse de nuevo, esta vez sobre todo en el entorno de la plaza de La Constitución de donde partió el desvirtuado desfile. Desde ese momento, la calle Real, la Avenida Marítima, La Alameda y el llamado cuadrilátero se rindieron ante un pueblo con ganas de pasarlo bien hasta la madrugada.
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