El alcalde de Breña Baja pide ayuda a Soria para el parque tecnológico y un centro de talasoterapia

Como la creación de Parques Tecnológicos es algo que pretenden practicamente todos las islas del archipiélago; publique hace unos días un artículo en el periódico El Día, que reproduzco en su integridad por ser de obligada necesidad tener las ideas claras en este asunto:
PARQUES TECNOLÓGICOS ¿NECESARIOS?
En Canarias la respuesta es NO. Aunque un si sería la respuesta comúnmente adoptada, dedicaré las siguientes líneas a desmontar la falsa creencia de que son necesarios para la diversificación económica y la creación de empleo.

Los parques tecnológicos en Canarias han surgido como iniciativas urbanísticas de ámbito local o regional destinadas a estimular la inversión en actividades de alta tecnología, fomentar la comunicación entre los sectores investigador e industrial y crear empleo mediante la concentración física de empresas de base tecnológica. Por ello, y exceptuando al parque científico-tecnológico de la ULPGC, el primer error de los parques tecnológicos en Canarias, ha sido su concepción como iniciativas urbanísticas, así en Fuerteventura, Tenerife y La Palma se empezó con la búsqueda de suelo, y los problemas asociados a ese suelo: Planeamiento, propietarios, coste, etc. Lo cual en el caso de Tenerife provocó un mayor apoyo a los emprendedores, ya que en la práctica el Parque Científico y Tecnológico de Tenerife se ha convertido en una unidad de promoción de empresas. Este ejemplo, y otros que se dan por toda la geografía española demuestran como hay que dejar en un segundo plano a las infraestructuras (parques tecnológicos concebidos como iniciativas urbanísticas) para financiar ideas y proyectos. Si las grandes cantidades de dinero que se han destinado y que se pretenden destinar a infraestructuras (edificios y urbanización de áreas principalmente), se dedicarán a financiar ideas innovadoras y a monitorizar los proyectos que las desarrollen, el nivel de emprendimiento en nuestras islas sería similar al de otras comunidades autónomas con menor número de desempleados.

Los éxitos logrados por los entes parques tecnológicos de Tenerife y de la ULPGC no radican en la construcción de infraestructuras sino en los programas de apoyo a los emprendedores, donde los propios espacios (algunos virtuales) de las universidades o del recinto ferial en el caso de Tenerife son sede de nuevas empresas, y donde los programas Tenerife Invierte, o empresas semilla en Las Palmas han demostrado su más que necesaria contribución a la generación de riqueza. Si estos necesarios programas requieren de una entidad que se denomine parque tecnológico, adelante, pero alejándose del concepto parque tecnológico – iniciativa urbanística.

Los parques tecnológicos funcionaron en un momento determinado a nivel regional como concentradores de actividades empresariales, sin embargo en Canarias se plantean 4 ó 5 parques, que se basan en un concepto antiguo: La puesta a disposición de terrenos y edificios para las empresas, pensando en la zona de baja tributación (la zona ZEC) como principal atractivo para el establecimiento de las empresas, cuando en todo el territorio nacional y en Canarias, hay edificios vacíos que pueden albergar a cualquier empresa, a pesar de ellos se están construyendo 16 naves nodrizas cuando sólo las industrias requieren de un espacio delimitado para establecerse como zona ZEC. Por otra parte son muchos los parques planteados, que van a competir unos con otros: Fuerteventura, La Palma, Telde, Tenerife, y en menor medida el de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Por tanto, los parques tecnológicos, tal cual están planteados no son necesarios, porque no existen tantas empresas de base tecnológica que quieran establecerse en Canarias y generar los cualificados empleos que todos deseamos. Lo cual no quiere decir que no sean necesarios los viveros de empresas, las unidades de promoción de empresas, la transferencia de conocimientos desde las universidades que incentiven la creación de empresas, etc.

El concepto antiguo de ceder suelo a las empresas, no es actualmente la solución para la generación de riqueza, porque de ser así, se multiplicarían por todas partes la cesión de infraestructuras. Los nuevos problemas que afronta nuestra sociedad se resuelven con nuevas soluciones, por tanto no se trata de poner más dinero (entiéndase infraestructuras más grandes con parques tecnológicos más grandes), sino de ponerlo mejor.

¿Y qué pasa si una gran empresa del exterior quiere instalarse en nuestras islas y no contamos con la infraestructura necesaria? Muy sencillo, la respuesta tiene que estar en el marco normativo que permita su establecimiento en tiempo record, algo que la maraña legislativa canaria impide; esa misma maraña legislativa que el Gobierno de Canarias propicia cada día con sus acciones. Por tanto el contar con 100.000 metros cuadrados en Telde, 800.000 metros cuadrados en Fuerteventura con un edificio de 9.000 metros cuadrados, 260.000 metros cuadrados en el enclave de Cuevas Blancas en Tenerife o con un edificio de servicios de 50.000 metros cuadrados en La Palma, etc. nos engaña al pensar que son los lugares propicios para el asentamiento de empresas, sin embargo el coste que significan todos esos metros cuadrados y su acondicionamiento impedirá apoyar a muerte a la empresa generadora de empleo que quiera establecerse en Canarias. Los parques tecnológicos con miles de metros cuadrados construidos ejercerán una inercia negativa en la generación de empleo y diversificación económica.

Los 9 millones de euros requeridos para el edificio central del parque tecnológico de Fuerteventura, los 15 millones de euros anunciados para el edificio de servicios del parque tecnológico de La Palma, los 3,5 millones de euros que costará la urbanización del parque tecnológico de Telde, etc. Son, sin un contrato que asegure el establecimiento de las empresas interesadas, un brindis al sol, que sólo ayudará a las empresas constructoras, no a la diversificación económica.

Indicar que la no construcción de estos parques llevaría a Canarias a perder ayudas del estado y del fondo tecnológico FEDER, sin antes indicar la cofinanciación requerida por parte de nuestras administraciones, o sin antes realizar un análisis coste-beneficio de las mismas que demuestren su viabilidad, o sin valorar la conveniencia de destinar el dinero a cofinanciar a otras actividades, demuestra un uso torticero de la información, sobre todo, porque la mayor parte de las ayudas se reciben en forma de préstamo o de anticipo reembolsable.

Argumentar y explicar la no conveniencia de los parques tecnológicos en Canarias, cuando los gestores públicos están obcecados en su construcción, puede ser un trabajo infructuoso, por ello voy a indicar una vez más lo que hay que hacer con el dinero que se pretende dedicar a esas infraestructuras. Primero, detectar a las empresas semilla, y continuar con los programas de fomento del emprendimiento. Segundo, apoyar a las empresas semillas y a todas las que se quieran establecer, cambiando el método tradicional de creación de empresas basado en un plan empresarial, unos objetivos y un producto acabado para pasar al método de las hipótesis, de los experimentos y de las pruebas de mercado, creando productos viables mínimos que luego se mejoran. Tercero, poner a la gente a trabajar, incorporando talentos y financiando las nuevas iniciativas que tendrán que ser ayudadas en aspectos tales, como el marketing y la gestión empresarial.