La Casa de la Cultura de El Paso acogerá este miércoles, a partir de las 19:30 horas, la tercera película dentro del ciclo de "Cine Alemán y Vinos Palmeros", esta vez con la proyección "Alicia en las ciudades" y que irá acompañada del vino Tamanca Tinto Pedregal 2012. Este vino está elaborado a partir de las variedades baboso, vijariego negro, castellana, negramoll y almuñeco con una estancia de 4 meses en barricas de roble francés y americano. Y su color es rojo picota, de capa media alta, con tonalidades violáceas, glicéricas, limpias y brillantes.
La película narra la historia del periodista alemán Félix Winter que recorre los Estados Unidos buscando temas para escribir un libro, pero como ni siquiera consigue empezarlo, su editor cancela el contrato. Cuando Félix decide regresar a Alemania, en el aeropuerto conoce a una mujer, y como no hay vuelos hasta el día siguiente pasa la noche con ella. La mujer desaparece, pero le deja un recado: que vaya con su hija Alicia, de nueve años, a Ámsterdam para reunirse con ella. "Alicia… proviene de una canción de Chuck Berry, Memphis. Por la letra, al principio uno cree que se trata de una mujer, pero al final descubrimos que se trata de su hija de seis años".
Tamanca Tinto Pedregal 2012
En la película, Philip compara el resultado de su fotografía con la realidad y no parece satisfecho. En el vino, la cámara fotográfica es la maceración prolongada, que consigue que el color sea el deseado.
Los personajes viven inmersos en la oscuridad y a medida que avanza la película va mejorando su estado anímico, como el vino después de pasar unos instantes en la copa.
Sus aromas propios de su paso por barrica son de fruta roja madura combinada con matices especiados y torrefactos.
La permanencia del vino en botella consigue el ensamblaje entre los taninos de la madera y el vino, dando como resultado una buena armonía y un final largo y persistente en la boca.
El encuentro entre Alicia y Philip irá cobrando forma como el Tamanca pedregal en la copa, lo que marcará su unión definitiva, llevándolos de la soledad a la aceptación de que se necesitan mutuamente. Este tinto para su mayor esplendor necesita la amistad entre barrica y botella.
