El Consejo Regulador señala que a los daños sufridos por el incendio, aún sin cuantificar, hay que sumar también los provocados por la climatología
Propone la creación de un foro de debate para hablar sobre los incendios, la inversión en prevención y las políticas forestales
El viñedo hizo de cortafuegos en algunas zonas.
¿Los protocolos de actuación de extinción del incendio son los adecuados?¿La inversión en prevención es suficiente y adecuada? ¿Las políticas forestales son las adecuadas? Estas son algunas de las cuestiones que han llevado a que el pleno del Consejo Regulador de la Denominación de Origen de Vinos La Palma, reunido ayer acordara proponer la creación de un foro de debate integrado por todos los agentes implicados (Ayuntamientos, Cabildo, Consejerías, Asociaciones de Agricultores y Productores, Grupos Ecologistas, Asociaciones de Consumidores, Administración general del Estado etc), en el que se pongan sobre la mesa todas estas cuestiones.
Respecto la viña, según inform el Consejo Regulador, la estimación de los daños provocados por el incendio son muy difíciles de cuantificar. Se observan daños que están relacionados con el estado de vida de la planta, daños relacionados directamente con la calidad de la uva y daños en infraestructuras. Hay que tener en cuenta que a los daños producidos por el incendio, se suman los producidos por el golpe de calor los días previos y posteriores al mismo. Además, el viñedo sufría un importante retraso en la maduración debido a la irregularidad en la brotación, lo que ha provocado que el incendio pillara la uva “sin llenar”, frenando toda posibilidad de maduración de los racimos. “Todo ello, explican desde el Consejo Regulador, nos hace suponer que 2016, será una de las peores cosechas de la historia de la Denominación de Origen de Vinos La Palma”.
Se estima que la superficie afectada en mayor o menor medida por el incendio en los municipios de Fuencaliente y de El Paso abarca unas 40 hectáreas, de las cuales en la vendimia del año 2015 se contabilizaron unos 130.000kg de uva controlados por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen de Vinos “La Palma”, pero “el daño real no lo podremos conocer hasta que finalice la campaña de vendimia 2016. A todo lo anterior hay que añadir, los daños que se producirían en el caso de lluvias fuertes en invierno al quedar el terreno desprovisto de cobertura vegetal”.
Hay que tener en cuenta, añaden desde el Consejo, que el viñedo actúa como un importante cortafuegos y que muy difícilmente arde hasta el punto de quemarse y calcinarse. “Esto nos tiene que hacer pensar, que el mantenimiento del paisaje del viñedo es una necesidad y una gran ayuda en caso de incendios como los que en los últimos tiempos están ocurriendo en las zonas de medianías de la Isla”. “En este momento, el viñedo se ha convertido en el refugio de la fauna silvestre”, se asegura desde el Consejo Regulador que añade “tendríamos que estudiar y conocer el coste que ha tenido para la administración, sofocar los incendios ocurridos este verano en La Palma y cuantificar cuantas zonas de cultivo podríamos mantener con ese dinero”.
“Creemos fundamental -indican desde el Consejo- trabajar en la prevención. La prevención de la que se habla no requiere de un mayor número de recursos económicos. Requiere del establecimiento de un plan integral de recuperación de la viticultura en las zonas de montaña. Para ello sería necesario trabajar en distintas líneas de actuación: legislación, administración y búsqueda de subvenciones para la mejora de infraestructuras, formación, investigación y promoción”.
“Es imprescindible -agregan desde el Consejo Regulador- revisar los planes gestores de los Espacios Naturales Protegidos, dado que están obstaculizando el desarrollo y protección de los mismos. Se requiere facilitar la tarea de los gestores del medio rural (agricultores y ganaderos) que son quienes con su trabajo diario, sin coste para la administración, protegen con sus cultivos a la población de posibles incendios forestales. Así mismo son los que mantienen con su actividad, las vías de acceso en perfecto estado para que en el momento de la extinción puedan ser utilizadas, además, generan economía en el medio rural; se hace necesaria revisar la política forestal de gestión de los montes de manera que permita una mayor agilidad a la hora de otorgar permisos”.
Desde el Consejo Regulador se entiende además que “es necesario trabajar en la búsqueda de subvenciones para la mejora de infraestructuras en el medio rural, de cara a posibilitar la implantación de sistemas de riego, hay que tener en cuenta que cada vez los inviernos son menos lluviosos”. Igualmente, indica, se hace necesario agilizar el pago de las ayudas al viñedo en tiempo y forma ya que “el retraso continuado de las mismas está provocando un importante desánimo con el consiguiente abandono (viñedo abandonado, es terreno colonizado por el pinar y en el peor de los casos por el rabo de gato en el que tantos esfuerzos ha invertido la administración para erradicarlo, sin éxito)”.
También se considera fundamental realizar una fuerte campaña de concienciación de consumo de producto local. “El gestor del medio rural quiere producir para vender su producto y obtener rentabilidad de su tierra, son ellos quienes mantienen el fuego a raya”, afirman desde el Consejo Regulador..
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