Ginés de Haro es Ingeniero Agrónomo.
Uno de los mayores problemas a los que se enfrentan año tras año los agricultores, además de la mosca blanca o la cochinilla, es el SIGPAC. Un mal que ataca cada campaña sin aviso previo y que puede generar cuantiosísimos daños económicos.
Para aquellos que no estén familiarizados con el término, es conveniente explicar que, en pocas palabras, el SIGPAC (Sistema de Información Geográfica de Parcelas Agrarias) es una aplicación que se utiliza para definir en un mapa los diferentes usos y cultivos que hay en un territorio según una división del terreno den polígonos, parcelas y recintos (frutales, viñedos, cítricos, pastos arbustivos etc…). Se trata de una herramienta que, bien utilizada, permite obtener mucha información sobre una finca, su ubicación, su superficie, si es al aire libre o en invernadero, su evolución a lo largo del tiempo (resiembras, daños por viento…) y hasta su estado agronómico.
La importancia del SIGPAC viene dada porque es la referencia por la que se pagan las ayudas por pérdida de renta del plátano y otras como las subvenciones de modernización, las agroambientales o las aplicables a zonas menos favorecidas y de montaña. También, y desde hace una campaña, sirven de referencia para definir los recintos de cara al seguro colectivo del plátano, sustituyendo a los recintos que hacía en su finca el agricultor en base a caminos, cultivos o cortavientos.
La actualización del SIGPAC se realiza a partir de las fotos aéreas tomadas de forma periódica. En teoría, lo que se pretende es ir adaptando y mejorando los mapas para que sean un reflejo más fiel de la realidad del territorio. Y es ahí, con cada modificación, donde comienzan los problemas. Porque los cambios que se derivan a partir de la información fotográfica de cada vuelo se hacen sin aviso previo al agricultor o a las Organizaciones de Productores. Por tanto, la ficha que tiene la OPP con cada recinto de sus cosecheros (que es de la que dispone la Consejería) se queda desfasada, esto es, la información no coincide con los últimos datos actualizados en el SIGPAC.
En la práctica, esta diferencia entre el contenido de la ficha y la información que consulta en cada momento la Consejería genera varios problemas:
– Bloqueos con el pago de las ayudas por pérdida de renta, debido a que en la Consejería de Agricultura aparecen recintos que no existen (por cambios en las divisiones) o por diferencias de superficie. (Es frecuente que se produzca el Milagro de las Fincas Menguantes: con cada actualización, una parcela ve reducida su superficie cada vez que vuela la avioneta. Lo habitual es que esta merma se produce a medida que se va afinando la delimitación de las parcelas y se van eliminando caminos, eriales o terrenos no productivos, pero a veces no es así: recintos idénticos tienen diferentes superficies de agosto a, por ejemplo, febrero ).
Algunas parcelaciones reúnen en un mismo recinto a fincas con dos titulares diferentes, lo que produce un error en las subvenciones.
Confusión en la peritación de las fincas ya que los datos que están en la póliza en el momento en la que se contrata, en verano, pueden haber variado en el tiempo que va desde esta contratación hasta el momento de un siniestro, generándole al perito y al agricultor un quebradero de cabeza para identificar los recintos antiguos y los nuevos.
Para corregir estas diferencias, el agricultor y los responsables de estos temas en cada organización tienen que aportar diferente documentación para justificar estos supuestos "errores", al margen de la preocupación que supone la posibilidad de ver mermada la imprescindible ayuda por una variación administrativa ajena a él.
No sería necesario decir que es imposible que el agricultor esté pendiente cada semana del SIGPAC para comprobar si hemos tenido cambios en nuestras fincas en previsión de problemas. Tampoco lo pueden hacer en las Organizaciones de Productores, en las que hay cientos de agricultores con miles y miles de recintos. En la práctica, el SIGPAC, o más bien la forma en la que se actualiza, constituye un continuo quebradero de cabeza. Es decir "SIGPAC" en esas oficinas de las OPP, y ver a los administrativos tomando paracetamol para la jaqueca.
La solución al problema parece sencilla: bastaría con que desde el organismo que diseña la aplicación y sus modificaciones se remita un listado de los cambios habidos en las fincas a las Organizaciones de Productores para, de ese modo, ponerlo en conocimiento de los titulares y actualizar las fichas. Lamentablemente, por muchas cartas que se remitan en este sentido desde las Organizaciones, no hay manera de que estos cambios se comuniquen en forma de listado. Algunos piensan, no sin razón, que es más fácil resolver el conflicto árabe-israelí que conseguir el listado de cambios en el SIGPAC.
Puestas así las cosas, no es de extrañar que en ocasiones se puedan observar algunos cosecheros tirándole piedras a cualquier nave que sobrevuele su finca ante las sospechas de que le estén haciendo fotos para revisarle el "mapita".
Es de suponer que detrás de una aplicación tan compleja habrá personas preparadas para dar respuesta a las necesidades de aquellos que se ven beneficiados o afectados por el SIGPAC. No parece, a priori, tan difícil comunicar los cambios, agrupándolos si es preciso por Organización de Productor. Y sí lo fuera, deberían ponerse todos los medios para evitar a miles de agricultores y técnicos el repetido engorro de tener que justificar que la finca sigue siendo la misma, con los mismos lindes, las mismas matas, los mismos caminos y las mismas zonas de erial. El tiempo (y por tanto, el dinero) necesario para corregir y aclarar supuestos errores que no son tales es de difícil cuantificación.
Es momento de exigir que el SIGPAC, como todos los organismos, se ponga al servicio de los usuarios para facilitar las cosas. No se puede seguir haciendo oídos sordos a las repetidas sugerencias y peticiones de los cosecheros. Si el origen del problema es una dificultad técnica, subsánese de una vez. No es aceptable que un año tras otro se juegue con el tiempo y el dinero de miles de personas que contribuyen, con sus impuestos, al mantenimiento de ese servicio.
Ginés de Haro, Ingeniero Agrónomo.
*Artículo publicado en la revista Agropalca nº 21. Abril-Junio 2013.
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escarabajo
y cada dia mas dificultades para actualizar las fichas catastrales y las escrituras de propiedad para ponerlas en concordancia..asi es.
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sacul
la consejería de agricultura (FEOGA) tiene en cuenta estas modificaciones, lo que pasa es que el SIGPAC es un programa de apoyo no una realidad, todos sabemos que tiene las lagunas que tiene pero lo que no podemos hacer es si el SIGPAC dice 1000 metros, eso es lo que ponemos, cuando se puede apreciar muy bien que dentro de los 1000 metros hay pistas, caminos , pajeros, etc.. Y claro por estas razones después hay penalizaciones por solicitar mayor superficie que la permitida .
Dejo claro que Ginés tiene TODA la razón y yo no defiendo que el funcionamiento del "mapita" sea bueno, pero es que hay veces que queremos ser avariciosos por cobrar unos eurillos mas que al final y al cabo miremos lo que pasa
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DavidLana
No sé porqué me asombro al saber que, tras 9 años de tener mi primer contacto con el SIGPAC, siguen con la misma problemática que ya se señaló a la consejería desde la OPFH Cocampa en los años 2005, 2006, 2007, 2008 hasta que dejé Cocampa, no sé después y hasta ahora.
Mi recuerdo y felicitaciones a los técnicos que en las navidades de 2004 revisaron más de 3000 recintos de múltiples cultivos, hicieron casi 1000 alegaciones para que a la entrada en vigor el 1 de enero de 2005 pudiera estar todo en orden y que los socios de Cocampa no tuvieran problemas por razón de las superficies y usos asignados por la Administración a sus Parcelas y Recintos (subparcelas de cultivo homogéneo). Si con el plátano tienen problemas, imaginen con más de 30 cultivos de medianías y tropicales.
Efectivamente, cada nueva modificación fue causando más y más problemas a personas diferentes, cuando se solicitó por escrito la infomación alfanumérica del SIGPAC, para cruzarla con los 4000 recintos que llegó a tener Cocampa en sus Bases de Datos y detectar los errores antes de remitirlo al organismo pagador del FEOGA, desde la Consejería de Agricultura nos contestaron que eso era imposible, lo cual es FALSO, es una información PUBLICA y no cumplen el artículo 6.1 del Real Decreto 2128/2004 que regula el SIGPAC.
Además de no facilitarte la información y el trabajo, en el caso de las Ayudas por KG a las frutas y hortalizas de mercado local, si la superficie declarada es mayor a la del SIGPAC te sancionaban la ayuda en esa proporción, sin derecho a nada, aunque la superficie la hubiera reducido la propia administración y tus KG sean realmente de tu parcela sin rebasar los rendimientos máximos que establecían.
Lo más curioso es ver cómo los agricultores no se han organizado legalmente contra esto, como sugerí al Consejo Rector de COCAMPA una denuncia ante la justicia aclararía que los ciudadanos tienen derecho a esa información, que la administración no está cumpliendo la Ley de Procedimiento Administrativo ni la normativa de aplicación en materia de Ayudas y Subvenciones. No queremos sólo las fotitos en la pantallita una por una, sino todas las parcelas de Canarias en una base de datos pública y accesible con la que trabajar, ahora esa información sólo la poseen unos elegidos. De esos polvos vienen estos fangos.
Tengo que decir que el Consejo Rector de Cocampa no se atrevió a denunciar a la Consejería, por pérdidas de ayudas de decenas de miles de euros al año, de personas sin culpa ninguna, costes añadidos de gestión administrativa que pagaban los agricultores de Cocmapa de más de 10.000€ al año, daños en la imagen de la OPFH ante sus propios socios, etcétera, ahí se quedaron con sus problemas, yo hice mi trabajo y me fuí, si los socios no se mueven o se dejan engañar…
Suerte a los que tienen que lidiar con esa Consejería, salvo excepciones, vaya panda…así va la agricultura
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DavidLana
No sé porqué me asombro al saber que, tras 9 años de tener mi primer contacto con el SIGPAC, siguen con la misma problemática que ya se señaló a la consejería desde la OPFH Cocampa en los años 2005, 2006, 2007, 2008 hasta que dejé Cocampa, no sé después y hasta ahora.
Mi recuerdo y felicitaciones a los técnicos que en las navidades de 2004 revisaron más de 3000 recintos de múltiples cultivos, hicieron casi 1000 alegaciones para que a la entrada en vigor el 1 de enero de 2005 pudiera estar todo en orden y que los socios de Cocampa no tuvieran problemas por razón de las superficies y usos asignados por la Administración a sus Parcelas y Recintos (subparcelas de cultivo homogéneo). Si con el plátano tienen problemas, imaginen con más de 30 cultivos de medianías y tropicales.
Efectivamente, cada nueva modificación fue causando más y más problemas a personas diferentes, cuando se solicitó por escrito la infomación alfanumérica del SIGPAC, para cruzarla con los 4000 recintos que llegó a tener Cocampa en sus Bases de Datos y detectar los errores antes de remitirlo al organismo pagador del FEOGA, desde la Consejería de Agricultura nos contestaron que eso era imposible, lo cual es FALSO, es una información PUBLICA y no cumplen el artículo 6.1 del Real Decreto 2128/2004 que regula el SIGPAC.
Además de no facilitarte la información y el trabajo, en el caso de las Ayudas por KG a las frutas y hortalizas de mercado local, si la superficie declarada es mayor a la del SIGPAC te sancionaban la ayuda en esa proporción, sin derecho a nada, aunque la superficie la hubiera reducido la propia administración y tus KG sean realmente de tu parcela sin rebasar los rendimientos máximos que establecían.
Lo más curioso es ver cómo los agricultores no se han organizado legalmente contra esto, como sugerí al Consejo Rector de COCAMPA una denuncia ante la justicia aclararía que los ciudadanos tienen derecho a esa información, que la administración no está cumpliendo la Ley de Procedimiento Administrativo ni la normativa de aplicación en materia de Ayudas y Subvenciones. No queremos sólo las fotitos en la pantallita una por una, sino todas las parcelas de Canarias en una base de datos pública y accesible con la que trabajar, ahora esa información sólo la poseen unos elegidos. De esos polvos vienen estos fangos.
Tengo que decir que el Consejo Rector de Cocampa no se atrevió a denunciar a la Consejería, por pérdidas de ayudas de decenas de miles de euros al año, de personas sin culpa ninguna, costes añadidos de gestión administrativa que pagaban los agricultores de Cocmapa de más de 10.000€ al año, daños en la imagen de la OPFH ante sus propios socios, etcétera, ahí se quedaron con sus problemas, yo hice mi trabajo y me fuí, si los socios no se mueven o se dejan engañar…
Suerte a los que tienen que lidiar con esa Consejería, salvo excepciones, vaya panda…así va la agricultura
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CANELO
Enhorabuena por el artículo. A mi un jefe de servicio de la consejería de agricultura me amenazó, no sólo con no otorgarme la subvención, sino con ponerme una multa por falsear datos, prque el tamaño de un recinto no coincidía con el del SIGPAC. Una diferencia despreciable en metros.
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Mencey
Interesante artículo!
Este año, cuando el viento, sufrí en mis carnes lo que el autor dice aquí.
Gracias Ginés!!
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