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Opinión
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José David Cáceres Rodríguez, profesor de inglés

Reflexión sobre la situación de la Escuela Oficial de Idiomas

  • "Lo que queremos transmitir es nuestra preocupación por su futuro inmediato"
  • La reducción de grupos y profesores ha dado como resultado la pérdida de alumnos

Aunque estas líneas puedan parecer una especie de cronicón de la Escuela Oficial de Idiomas capitalina, lo que queremos transmitir con ellas es nuestra preocupación por su futuro inmediato.

La Escuela Oficial de Idiomas de S/C de La Palma fue creada en febrero de 1994, con tres profesores: dos de ellos impartían inglés y un tercero que daba alemán. La escuela tuvo su primera sede en unos locales cedidos por el Cabildo junto al hospital de Dolores. El número de alumnos era elevado. Superaba los 160 para las clases de inglés y los 120 para alemán. La asistencia era bastante regular, teniendo en cuenta el carácter no obligatorio de estas enseñanzas. La escuela estuvo en estas instalaciones dos cursos y pasó a su sede actual en la primavera del año 1996. Ya en Camino Velachero, la escuela contó con dos profesores para inglés, un profesor de alemán, a lo que se añade que la extensión de Los Llanos de Aridane dependía del centro capitalino y contaba con un profesor de inglés. El año 1997, la extensión de Los Llanos se convertiría en escuela de idiomas autónoma.

En un primer momento, la escuela contó con un alumnado entusiasmado y con ganas de aprender; tendencia ésta que se mantuvo durante bastantes cursos hasta el punto de ser necesaria la implantación del francés para atender la demanda, y que fue un importante éxito. Eran años de bonanza económica; seguían llegando a las islas importantes partidas procedentes de los Fondos de Cohesión de la Unión Europea, y ello dio lugar a una inflación de escuelas; pero esta iniciativa se adoptó sin hacer una previsión con vistas al futuro, a medio y largo plazo y, por tanto, sin saber, a ciencia cierta, de qué manera se iban a mantener, con ciertas garantías de éxito, tales centros de enseñanza, sobre todo en materia de financiación y de rentabilidad social.

La tendencia cada vez mayor, por parte de la Consejería de Educación, a la reducción de grupos y profesores ha dado como resultado la pérdida de alumnos y, en su caso, la saturación de grupos, sobre todo en el caso del inglés, propiciando una mayor desmotivación por parte del alumnado, al ver que sus expectativas de aprendizaje se reducen considerablemente, ante unos grupos que superan con mucho la ratio de alumnos que sería deseable ofertar.

La situación que acabamos de describir explica que el alemán haya perdido el nivel avanzado y que el nivel intermedio de este idioma se ofrezca un año en S/C de La Palma y otro en Los Llanos; que el francés mantenga únicamente el nivel básico y que no tenga perspectivas de ampliación de oferta. Como consecuencia de lo anteriormente expuesto, de tener 5 profesores de inglés en 2007 pasamos a 2,25 profesores en 2013; de 2 profesores de alemán en 2007, hemos pasado a 1, y de tener más de un profesor en francés hemos pasado a un profesor sin horario completo.

De todo lo dicho se impone una reflexión que debe ser serena y ponderada. No es bueno caer ni en triunfalismos ni en derrotismos. Las escuelas de idiomas se fueron creando en Canarias a sabiendas de que casi el 80% de nuestro P.I.B. es generado por la afluencia turística de europeos que hablan mayoritariamente el inglés y bastantes el alemán. Parece que en lo inmediato tendremos que contar con el ruso, porque se está tratando de captar a este importante grupo de potenciales visitantes. Ante esta realidad no podemos cerrar los ojos. Hoy es muy difícil hallar trabajo en el sector de los servicios a no ser que tengamos conocimiento claro de alguna de las lenguas que hemos expuesto. A esto se añade que para ir a trabajar en cualquier país de la U.E., a la hora de firmar un contrato de trabajo, lo primero que le preguntan al aspirante es si habla o no el inglés o el alemán en su caso. De no ser capaz de hablarlo, tendrá – si quiere trabajar – que aprenderlo y en poco tiempo, so pena de ocupar los empleos reservados a la mano de obra sin cualificar.

En la hora presente, no es nada fácil dar con un puesto de trabajo que nos permita vivir con dignidad. Por ello se impone un toque de atención al alumnado potencial y a aquél que no completó, por la causa que fuere, sus estudios en la escuela y que ahora quiera hacerlo. ¿Vamos a permitir que nos cierren la escuela para luego hacer un lamento? ¿A dónde iríamos a estudiar idiomas por nuestra cuenta, con lo costoso que es hacerlo lejos de casa? No olvidemos que si las escuelas de S/C de Tenerife o Las Palmas tienen una oferta amplia en idiomas es porque hay demanda de matrícula, sin olvidar que hallar plaza en las escuelas ante citadas es bastante difícil o muy difícil en atención a esa demanda de la que hemos hablado.

Queda, como conclusión, que nuestra escuela tiene las puertas abiertas a quienes tengan deseos y ganas de aprender.

José David Cáceres Rodríguez es profesor de inglés de la Escuela Oficial de Idiomas de la capital.

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