Narvay Quintero con Berasategui.
Desde que llevo las riendas de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas del Gobierno de Canarias, tuve muy claro que la singularidad exquisita de muchos productos canarios debían tener una correspondencia gastronómica en lo que hoy en día se llama la alta cocina. Desde los años en los que representé como senador a esta Comunidad Autónoma, dadas mis muy cercanas relaciones con diferentes líderes vascos, pude comprobar cómo la cocina vasca y muchos de sus cocineros estrella, célebres a nivel nacional e internacional, se habían convertido en prescriptores, en líderes de opinión que desde televisiones y otros influyentes medios de comunicación hablaban de las excelencias de los productos del sector primario vasco y reclamaban para su nacionalidad el atractivo de un turismo gastronómico. A la vuelta de los años, nadie sería capaz de negar hoy en día que la fórmula ha funcionado, y que el País Vasco, además de por otras singularidades, es actualmente conocido en el mundo por sus excelencias gastronómicas.
Al mismo tiempo que ocurría esto y sobre todo a partir de los años 80 del pasado siglo XX, cuando ya Canarias era una comunidad puntera en turismo, no paraba de escuchar ese discurso tópico de que Canarias solo ofrecía sol y playa: cero cultura en general y cero cultura gastronómica en particular. De hecho, aún es relativamente fácil y triste escuchar este topicazo en boca incluso de muchos canarios. Decididos a cambiar ese cliché dañino, desde el Gobierno de Canarias, en particular desde la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas, nos reunimos con representantes del sector primario pero también del sector turístico para exponerles un proyecto que ya es una realidad y que llamamos El chef viajero, una serie de documentales donde los principales maestros cocineros demuestran las excelencias de los productos canarios para garantizar resultados de altísima cocina. Chefs tanto nacionales como internacionales y por supuesto canarios como Erlantz Gorostiza, Martín Berasategui, Gamonal, Paolo Casagrande, Diego Guerrero y Pepe Rodríguez, entre otros, o bien ya han colaborado o bien están a punto de hacerlo en este proyecto que ha logrado ilusionar al sector primario pero también al sector turístico, pues se trata de invitar a hacer un viaje gastronómico a través de las peculiaridades de nuestro Archipiélago. Queremos demostrar que se puede hacer turismo en Canarias con la gastronomía y el producto canario como protagonistas.
Al principio parecía que todo era imposible y, hoy en día, cada vez son más las personas que se suman a una filosofía ilusionante, la de unir sectores económicos, caso del sector primario y del turismo que, como ya he dicho en otras ocasiones, están más unidos de lo que a priori pudiera parecer, pues también a nivel paisajístico nuestra agricultura funciona como reclamo. De esta forma, estamos integrando en la estrategia de marca turística de Canarias también los productos canarios como elementos que aportan un gran valor al destino, pero también, desde hace más de un año, hemos empezado a establecer mecanismos de colaboración en relación a la producción, comercialización y distribución de productos agrícolas y ganaderos canarios a través del tejido hotelero. De esta forma, a través de la colaboración, se avanza hacia un modelo de desarrollo más competitivo, diversificado e innovador, generando economía y empleo y haciendo nuestro sector primario un nicho de empleo mucho más atractivo también para los jóvenes del siglo XXI. La agricultura, la ganadería, la pesca no solo son importantes porque nos dan de comer, sino porque son un orgullo y agrupan una serie de valores y virtudes fundamentales para entender el pasado, el presente y el futuro de Canarias. Así lo han entendido los artistas de la gastronomía, los chefs, y así nos lo explican en estos documentales que pronto empezarán a emitirse en numerosas televisiones para ayudar a deshacer ese tópico mentiroso de que en Canarias no hay gastronomía.
Narvay Quintero Castañeda es consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas del Gobierno de Canarias.
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PedroLuis
Claro que en Canarias hay gastronomía, porque la gente, como en todas partes come, o por lo menos se “entulla”.
¿Pero qué come?: ¿Lo nuestro o lo importado? ¿Lo fresco o lo congelado?
La respuesta, mucho tiene que ver con el precio.
¿Confundimos valor con precio?: Probablemente, pues si alto es el valor de nuestros productos, a los que se supone una calidad innata, alto debe ser el precio pagado a nuestros paisanos (agricultores, ganaderos o pescadores). Y si alto no, suficiente para que su “cultivo” sea rentable, que no es otra cosa que vivir con dignidad.
¿Lo es en las actuales condiciones de distribución y comercialización?
No trabajo en el sector primario (soy docente, funcionario, que cobra puntualmente por la gracia de “Liborio”, es decir, la “teta de papá Estado”, como con inteligente retintín apuntan los que sí trabajan la tierra o la mar), pero por lo que se escucha, como cultives papas (quien dice papas, dice cabras, o salemas) y no entres por el “arco de triunfo” de los que comercializan o distribuyen los productos, las “papas” se las tiene que comer el sector primario sin conducto ni nada, y las que sobran tirarlas “reventadas pal barranco”. Porque a los restaurantes y hoteles de “alta cocina” van los que las comercializan y distribuyen; los paisanos “pal pajero del amigo” a disfrutar de la gastronomía de “parrilla y tostador”, donde hablan de sus miserias y donde la calidad humana, la sinceridad y el afecto, se distribuye pero no se comercializa.
Enhorabuena Sr. Consejero, don Narvay Quintero, por su iniciativa y esfuerzo. Aunque no lo parezca, se lo reconocemos. Uno “expresa estas cosas”, porque antes de cobrar de Liborio, malvivió y vio malvivir del campo… Y “el campo”, como el Coronel de don Gabo, no tiene quien le escriba.
Saludos cordiales.
PD.- ¿“Liborio” me paga por esto? No sé, porque tampoco se lo pregunto. Y eso es una suerte, un privilegio, otro más, que pocos tenemos. Soy consciente de ello. Y qué dure.
Como dice un amigo, que también fue Senador, hasta la próxima, y si alguno a de faltar, que no sea por mí.
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