Dado que la experiencia demuestra que hasta que se ponga al día, la Justicia es lenta, llega tarde y a veces no llega, con la nuevas tecnologías, una de la formas que tiene la ciudadanía para acabar con la corrupción política cuanto antes es que tenga el apoyo de los medios de comunicación y adquirir el compromiso mutuo con la prensa de que al político inepto y corrupto con razonamientos lógicos hay que machacarlo día a día, para expulsarlo de la vida pública.
Contando con la prensa digital, que al momento de salir la noticia permite al ciudadano dar su opinión de manera sucinta y clara, lo que enriquece el debate, formando a la gente y creando opinión pública.
Los ciudadanos comprometidos tienen que aprovechar esa oportunidad, ese recurso de poder hacer ver día a día a la ciudadanía que el gobernante corrompido que se tiene que marchar, que no se le admite, que él no vale para gestionar lo público, que ha engañado al ciudadano que confió en él y que le dio su votó; reiterarle hasta la saciedad que ha vulnerado la Constitución que juró o prometió respetar, y que políticamente eso tiene su precio, que lo ha de pagar marchándose a casa ya.
Y hacer un control de la prensa, analizando a diario si se ve que hay algún periódico o medio de radio o TV, aunque sea privado, que se aparta de su labor informativa, ocultando a diario noticias relacionadas con políticos ineptos y corruptos, o incluso publicando noticias pero privando del derecho de opinar a sus lectores u oyentes, denunciarlo públicamente en otros medios.
Denunciando esas prácticas de oscurantismo informativo, y dando nombres, se consigue que la prensa sea independiente y este libre de injerencias extrañas e interesadas o manipulables de grupos de presión política y económica.
Y luego -lo más importante – que hay que ir a la raíz del problema.
Con publicar la noticia en la prensa a diario, comentarla, no se resuelve el problema de raíz.
Hay que analizar las medidas legales preventivas y represivas que existen; si se cumple el principio de legalidad; ver si ley penal contempla estas conductas, y si no las contempla o reformar o modificarlas para que las recoja. Y que regulación existe en las leyes y reglamentos sectoriales, contratación, personal, etc. sobre control y fiscalización de la actividad administrativa en cada materia donde son más frecuentes los casos de corrupción.
Para esto hacen falta parlamentarios – diputados y senadores – comprometidos que tomen la iniciativa legislativa, para reformar las leyes. Los políticos con denunciar públicamente en TV o criticar a los corruptos, con la cara que estos tienen, eso solo, no nos vale.
Su trabajo está más en el Congreso o en el Senado mejorando las leyes, o haciendo proposiciones de nuevas leyes, y reformas en todos los ámbitos y sectores de actividad pública, y controlando la actividad reglamentaria del gobierno, para que no pase lo que esta sucediendo, y ese es el trabajo del que tienen que dar cuenta periódica a los ciudadanos.
La experiencia nos demuestra que los legisladores de anteriores legislaturas, no han hecho lo que tenían que hacer en esta materia o lo han hecho mal o muy mal, por cuanto existen muchas lagunas legales por donde escapa el político corrupto. Los tipos penales están muy mal redactados; admiten interpretaciones a favor del reo corrupto, y las normas sectoriales no establecen eficaces mecanismos de control de la actividad pública.
– Las noticias y los comentarios que se los dejen a la prensa, y a los ciudadanos de a pie; con los hechos nos basta; sobran los comentarios de los políticos.
Y a los dirigentes de cada partido político a diario, día tras día, hay que machacarlos a preguntas sobre cual es su postura sobre este tema de la corrupción política, para que el ciudadano aprecie de viva voz lo que dicen y sepa antes de acudir a votar, cual es la postura de cada opción política.
Y poner de manifiesto con el ejemplo, ante todos, la solución que le dan a la situación en la que se encuentra un político determinado implicado o encartado en procedimiento penal por corrupción, con plenas pruebas evidentes de su participación o autoría, aún cuando en trámite de instrucción goce de la presunción de inocencia, y el hecho por el vacío legal existente no sea constitutivo de delito.
Que la gente vea si le amparan, si le protegen, o simplemente no hacen nada, ignorando los hechos; preguntarles si no creen que es más acertado apartarle de militancia, y suspenderle de su actividad política; que presente la dimisión de inmediato en los cargos públicos, aunque sea de manera cautelar, entre tanto se aclara su situación.
Si ven lógico y razonable que si la instrucción penal dura varios años, y que el político sigue en la vida activa, haciendo de las suyas, como ha sucedido en varios casos de políticos que han sido procesados varias veces, por conductas delictivas reiteradas afines las unas a las otras.
Si no creen que para castigar estas conductas se deben reformar el Código Penal en esta materia, estableciendo claramente las conductas típicas castigadas penalmente, y por otro lado endurecer las penas contra estos delitos, y dada la gravedad de los hechos y alarma social que crean, estableciendo en todos ellos la pena accesoria de inhabilitación absoluta para empleo o cargo público, para que jamás puedan aparecer por la vida pública.
Y a los Diputados y Senadores de los diferentes partidos, preguntarles que han hecho contra la corrupción política en esta legislatura; como están afrontando los casos de corrupción en materia legislativa. Preguntarles que leyes o reformas han promovido para luchar contra la corrupción en todos los ámbitos de la vida pública, y lograr que no existan lagunas legales para que queden impunes las conductas de estos elementos corruptos.
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