Todo huele a esperar y esperanza.
Empezamos el camino de la Navidad, estando en el último mes del año: Diciembre. ¡Cómo pasan los días! Parece que fue ayer cuando nos poníamos a preparar para el Adviento y la Navidad pasada y celebrar las fiestas del Año Nuevo, nos encontramos aquí en nuestra Isla de La Palma, en forma de corazón y con el verde platanal, y en todos nuestros catorce municipios: Santa Cruz de La Palma, Los Llanos de Aridane, El Paso, Breña Alta, Tazacorte, Breña Baja, Tijarafe, Puntallana, Puntagorda, San Andrés y Sauces, Garafia, Barlovento, Fuencaliente y Mazo, que transcurran estos días repletos de esfuerzos y tareas, y también de bendiciones del Señor.
Esto es lo que seguimos ansiando y esperando cada hombre y mujer. Aunque de distintas maneras, todos vamos a intentar vivir las fiestas más tradicionales del año, envueltos en un hondo sentimiento navideño. Son días de unión familiar, de tranquilidad, reposo, de hablar con serenidad con los hijos, de renovar, para cada uno y especialmente para los demás, los más firmes y sinceros deseos de paz y felicidad.
Si queremos, como creyentes ser hombres de adviento, no podemos resignarnos a añorar tiempos pasados y caducos, que nada o muy pocos nos pueden ofrecer y aportar. Tenemos que mirar con valentía y decisión el futuro, lo “nuevo”. Y hasta podemos soñar… y, sobre todo, trabajar por un mundo feliz, bello y en justicia, en el que hombres y mujeres puedan vivir en paz, aprender a compartir progreso y trabajo en libertad.
Diciembre que cierra el Año 2017 que se nos va. Porque Diciembre y Enero van de la mano. El fin y el principio se tocan. No hemos terminado el año, en el que quizá no nos ha ido demasiado bien, y el nuevo año 2018, ya estamos deseando que comience.
Dios nos regala un nuevo año 2018, lleno de vida, de color y de ilusión, un regalo que sólo podemos acoger, entregándolo y ofreciéndolo a los demás. Con todos y para todos, absolutamente en Navidad. ¡Muchas felicidades!
ESCRIBE: Miguel Pérez.
