Querido papá, el próximo 23 de junio habrán pasado diez años desde que nos dejaste. El tiempo ha ido pasando para todos, algunos de tus amigos ya están contigo, seguro que han jugado alguna partida pendiente al dominó, una de tus pasiones. Te he recordado todos los días, al principio con mucho dolor y tristeza, después con resignación e intentando seguir adelante por toda la familia, porque la vida fue……muy injusta, ¡tenía tantas cosas que consultarte, tantos sueños que compartir!
Tus nietos están fuertes y guapos, los chicos juegan al fútbol, seguro que te hubiera gustado acompañarnos por los campos de fútbol de la isla, incluso cuando le ganamos a tu equipo, El Mensajero. Y llegó la niña, muy lista y algo cabezota.
Estas palabras son para recordar tu memoria, tu dedicación en cuerpo y alma por el pueblo, Breña Alta, como director del colegio Manuel Galván de las Casas, como presidente de la Sociedad Atlántida, centro cultural del municipio de aquellos años, en el Ayuntamiento, en tu época de alcalde, ¡el primer alcalde de la democracia!, en una época muy dura y distinta a la actual, donde dedicarse a la política era realmente por vocación de servicio, no como ahora. En el Cabildo, organizando los torneos de dominó y otras tantas actividades durante toda tu vida.
Han pasado diez años y no quiero dejar pasar la ocasión para seguir dándote las gracias por tus enseñanzas, por escuchar, por dialogar, por ser un buen maestro en todos los sentidos. Quiero compartir aquí, con estas palabras el sentimiento de respeto y cariño que muchos de los que te conocieron me siguen trasmitiendo cuando me los cruzo por la calle, esas calles que tu caminaste, cuando la mayoría eran de tierra, esos terreros de lucha en busca de una bonita agarrada, como buen aficionado que fuiste, recordando tu juventud en la que también fuiste luchador, esa plaza que sirve de balcón al mar. Este pueblo que ha crecido, y por fin se han concluido algunos de tus proyectos, ya ves, el tiempo pasa por todos.
Te quiero mucho.
