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Las fiestas siguen y vivimos con alegría natural y gozosos

La Virgen de El Pino, Alcaldesa Honoraria y Perpetua de la Ciudad de El Paso

Allí en la Ciudad de El Paso, después del Sagrado Corazón, le viene otra fiesta llena de tradiciones y costumbres populares con eco de acción de gracias por los frutos y bienes gozososa felicitarla y felicitaciones.

La Virgen de El Pino, que desde su Ermita cada tres años visita la Ciudad se El Paso, haciéndolo en este año 2018, y en su honor fue nombrada Alcaldesa Honoraria y Perpetua de su Ciudad, en el 2016. Es una advocación mariana católica, es venerada en su Ermita, se encuentra en las laderas de la Cumbre Nueva en la ciudad pasense.

Ella baja acompañada desde su Ermita el sábado día 18 de agosto, por romeros de todos los pueblos de la Isla y de los que regresan a su pueblo para asistir a los actos en su honor, con carrozas típicas, parrandas, grupos folklóricos… Con la bienvenida a la Virgen de Nuestra Señora del Pino, desde las Casas Consistoriales, y a continuación la imagen es llevada hasta el Templo de Nuestra Señora de Bonanza.

Pronto entramos en el mes de septiembre y empieza un nuevo curso en nuestras facetas diarias. Las vacaciones se quedan atrás. Quien mas, quien menos, se ha oxigenado y puesto a punto para caminar y emprender su vida diaria.

El mes de septiembre, es tiempo de recolecciones, de trabajadores y trabajadoras y de labradores y labradoras, pues su trabajo y sudores se han convertido en pan y vino para el futuro. Al terminar el verano y empezar ya casi el otoño con hojas amarillas y amaneceres tibios, la Iglesia y el pueblo cristiano siguen celebrando sus Fiestas Patronales en nuestra Isla de La Palma.

Culminan las fiestas en su honor el primer domingo de septiembre día 2, con Santa Misa en la Iglesia de Nuestra Señora de Bonanza, en procesión hacia su Casa, luego comida de romeros, recital de poesía.

Miramos a María en este tiempo otoñal, como mujer y modelo del deber cumplido. Supo ser fiel hasta el final; había empeñado su palabra y la cumplió sin miedo y, sobre todo, expresó en frutos abundantes de aceptación, de servicio, de heroísmo hasta llegar a la Cruz. Lo había prometido, y por eso la llaman bienaventurada, pues ha cumplido la voluntad de Dios.
María, la mujer del deber cumplido.

ESCRIBE: Miguel Pérez.

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