Mi nombre es Rebeca, tengo treinta años y soy natural de La Palma. El pasado curso me presenté a las oposiciones de secundaria por la especialidad de Lengua y Literatura Castellana. Mi familia y amigos me daban ánimos para soportar la espera pues hicimos el examen teórico y práctico, en junio y octubre respectivamente, y no obtuvimos las calificaciones hasta pocos días antes de Navidad.
Creía -inocente de mí- que los Reyes Magos me traerían un gran regalo. Me había esforzado muchísimo y tenía claro que aunque no consiguiera plaza, podía promocionar en las listas de interinos y/o sustitutos. Fue una gran sorpresa aprobar, como también conocer de manos de un funcionario de la Consejería – hace pocos meses- que no iba a promocionar hasta al menos el año 2011/2012 -y que además subiría pocos puestos en la lista de sustitutos-. Al principio pensé que era una broma; me reí incluso, busqué un guiño cómplice de aquel ser que sólo cumplía con su trabajo, pero no la obtuve y me di cuenta entonces, de que comenzaba mi pesadilla. No iba a trabajar hasta dentro de muchísimo tiempo.
Pese a todo, he de reconocer que me sentí aliviada al ver que no era la única desdichada en aquel edificio. Había una veintena de aprobados sin plaza de distintas especialidades que como yo, buscaban respuesta. Intercambié teléfono y mail con algunos de ellos y a la semana, recibí un correo donde me indicaban que existía un foro en Facebook donde podían ayudarme: http://www.facebook.com/l/9f363;www.aprobadosinplaza.info. Lo visité con cierto escepticismo pero descubrí que no estaba sola.
Somos muchas las víctimas de este sistema injusto e ilegal. Somos más de tres mil afectados entre maestros y profesores de Infantil, Primaria, Secundaria y Formación Profesional, así como parados, sustitutos e interinos, timados y pisoteados por la actual gestión de las listas de reserva. Somos la otra cara de la realidad que debe conocer el ciudadano. Y somos también, padres, madres e hijos que luchan cada día y que siguen manteniendo la esperanza.
Esperamos con ello que la justicia nos dé la razón. No queremos nada que no nos toque por derecho, mérito y capacidad.
