"Mil millones por aquí, mil millones por allá y pronto tienes dinero de verdad". Everett Dirksen, senador por Illinois, en la década de 1950.
Escribir unas líneas sobre la actual situación económica, de modo que puedan resultar coherentes y comprensibles, no es fácil, se necesita ser economista y yo no lo soy, pero como muchos amigos me preguntan la razón del porqué de esta situación que llamamos crisis económica, me he puesto a leer documentación sobre ella y aquí va una explicación de la que ya adelanté alguna idea en mi artículo anterior sobre las elecciones europeas de mayo. Al hilo de la crisis económica han ido saliendo toda una serie de libros, que si no resuelven, aclaran el estado actual de cosas.
¿Tiene algo que ver la crisis de 1929 con la actual? Creo que sí. Aquella crisis fue el resultado del proceso de reconstrucción de Europa tras la Primera Guerra Mundial y se hizo fundamentalmente con capital americano. Los USA viven un clima de optimismo y especulación que se vio bruscamente frenado por la crisis de la bolsa de Nueva York en octubre de 1929, que progresivamente llevó a la quiebra a todo el sistema bancario norteamericano, quebraron 6000 bancos y se extendió luego a la industria y a la agricultura; de los USA pasó a Europa, fuertemente endeudada con los bancos norteamericanos y al resto del mundo. La crisis produjo un colapso total de la actividad capitalista: "stocks" invendibles, cierre de fábricas, despidos, caída del comercio nacional e internacional.
En Alemania las consecuencias fueron dramáticas y la incapacidad de reacción del gobierno de la república de Weimar sirvió de base para el acceso al poder del partido nazi; en Italia ocurrió algo parecido con el fascismo mussoliniano. En USA y Europa los gobiernos se vieron obligados a intervenir para reactivar la economía incapaz de salir de la crisis. Luego, la Segunda Guerra Mundial, vendría a resolver el problema del crack de 1929.
Pero por aquel entonces el planeta no presentaba los graves problemas que hoy sí que son evidentes.
Yo decía en mi artículo anterior que el capitalismo es un sistema que no puede dejar de crecer, le ocurre lo mismo que al ciclista; como deje de pedalear, se cae. Es una idea apuntada por el profesor Serge Latouche y la entiende todo el mundo. Pero el sistema capitalista en el que estamos inmersos, único desde la caída del muro de Berlín en 1989, debe atender desde finales del año 2011 a 7.000 millones de personas. Todos los seres humanos tienen derecho a ser tratados con dignidad. Ahora bien, con este sistema, cuyo esquema es el aumento exponencial de la riqueza de una minoría, pero minoría, minoría, resulta que la mitad de esos 7.000 millones quedan excluidos del sistema. No les llega nada o casi nada y luego la otra mitad tampoco anda muy holgada que digamos.
Susan George, investigadora, escritora, conferenciante norteamericana residente en París desde 1953, establece en su informe Lugano II, publicado en Deusto en 2012, pero en traducción española de Febrero de 2013, dice- no lo dice exactamente así, pero para entendernos queda más sencillo así que como ella lo expone en su Informe- que el ordenamiento actual de los grandes capitalistas es una pirámide. En cuya base habría unos 11 millones de personas, con un efectivo equivalente a 42,7 billones de dólares. De media, una de cada 636 personas posee una liquidez de 3,9 millones de dólares. Ésta sería la clase de los ricos o millonarios.
De éstas, 103.000 tienen un valor de conjunto de 15,4 millones de dólares (una de cada 68.000 personas posee una fortuna media de 150 millones de dólares). Ésta sería la clase de los multimillonarios.
De éstas, 1.100 tienen un valor de 4,5 billones de dólares (una de cada 6.400.000 personas posee una fortuna media de 4.100 millones de dólares). Estos serían los archimillonarios. (Pag.125 de Informe
Lugano II).
De la lectura de esta fuente se deduce que más abajo de los millonarios estarían gentes con dinero, con algo de dinero, con poco dinero y naturalmente los que tienen muy poco y en este último renglón estaría la mitad de la humanidad. Esto no es de recibo en un planeta equilibrado.
El capitalismo tiene a sus espaldas unos siete siglos de existencia, que van desde el siglo XIV a la época actual. En el siglo XVIII Adam Smith fundó la ciencia económica. A finales del siglo XX Margaret Thatcher afirmaba "que la sociedad no existe. "Únicamente hay personas con necesidades y deseos individuales" y Ronald Reagan quien decía que el estado era el problema no la solución. Ambos pusieron en práctica un movimiento económico viejo desde el principio por eso hubo que llamarlo neoliberalismo económico. El estado cuanto menos intervenga, mejor, porque casi todo lo hace mal.
De alguna manera se retrocedió 60 años en las conquistas de los trabajadores de manera alarmante. De aquí parten esas enormes diferencias sociales, que han contribuido a la polarización social de los últimos años generando conflictos sociales y a su vez esta crisis en la que estamos metidos, por más que las macrocuentas y la prima de riesgo mejoren, pero sin creación de empleo que es lo que el pueblo valora.
En el momento actual a la humanidad se le presenta una fuerte crisis alimentaria y de agua, no conocida hasta ahora. Por ejemplo, en China, el río Amarillo casi no llega con agua hasta su desembocadura.
Hay una carrera entre las compañías multinacionales para hacerse con los recursos que quedan, ya sea energía, comida, tierra, agua, metales, oro… La conciencia ecológica existente hace diez años,
parece haberse abandonado. Gracias a alguna ONG como Greenpeace se intentan frenar locuras como buscar basura negra de petróleo en el Ártico. ¡Qué importa que se derrita el hielo ártico, que se mueran lososos blancos, las belugas, las focas y que desaparezca la fauna del ártico con tal de seguir amontonando dinero! ¡Qué importa que se desbrocen los bosques ecuatoriales y tropicales que quedan, para la expansión de los cultivos. El mundo es grande y eso no importa aunque traiga erosión a los suelos y graves alteraciones en los ciclos de lluvias o aumento y frecuencia de las grandes tormentas tropicales.
Los hielos de Groenlandia están generando ríos de agua dulce como no había ocurrido hasta ahora, al tiempo que se elevan las temperaturas. Un groenlandés le comentó a Susan George que había venido a Europa en busca de frío porque la temperatura está allí a 7 grados y el proceso deshielo es imparable.
Los grandes banqueros y los millonarios hacen cuanto quieren. Están por encima de los gobiernos y nadie controla el sistema financiero internacional. Los gobiernos controlan a los ciudadanos de a pie a quienes no se nos perdona nada. Este sistema funciona para una exigua
minoría y esa minoría ha decidido que debemos tener desempleo, austeridad, sufrimiento de la población, recortes y pérdida de lo conseguido en lucha durante más de 50 años.
Luego, la propia ideología neoliberal crea ideas que la gente acaba creyendo como por ejemplo: "Hemos vivido por delante de nuestras posibilidades". Y eso ya sabemos que no es cierto. Por ejemplo, el Estado español no pidió prestado para mejorar la educación, la sanidad, la cultura, o cosas que beneficiaran a la población en general; pidió para salvar el sistema bancario tras la crisis inmobiliaria. España no estaba tan endeudada antes de la crisis. El Propio FMI dijo que "nos equivocamos en el rescate griego", porque de los 200.000 millones de dólares (153.000 millones de euros) que se entregaron a Grecia, el 77% al menos fue a parar a los bancos. Todo esto funciona así, por lo dicho más arriba: El sistema financiero internacional hay que ponerlo bajo control. Ellos son los que tienen el poder político real; de modo que podría haber carteles publicitarios que dijeran: ¡Vote Apple, Acer, Dell! ¡Elimine al intermediario! La banca es demasiado grande para quebrar, demasiado grande para que encarcelen a sus responsables. Y así va este barco. ¿Quién dará el necesario golpe de timón?
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PedroLuis
¡Coñooo… don Máximo, Ave María purísima… qué sorpresa me he llevado! Alabado sea el Señor, jamás lo imaginé.
Vamos, por instantes me he sentido dinosaurio apedreado: Se acabó el desarrollo, se acabó el crecimiento, fuera el progreso, al carajo el desarollo… a partir de ahora, a "errar" por el Universo cual polvo de estrellas…
¿Qué hacemos?
Los problemas de solución difícil yo siempre te los preguntaba a tí ¿No lo habrás olvidado?
Y, por lo que yo recuerdo, siempre los resolvimos sin llegar a la "violencia". Justo es reconocerlo, no a todos fuimos capaces de encontrarles solución. Algunos nos quedan pendientes.
En cuanto al "lado"…¡Ay Señor! con lo bien que se camina por el centro de la vereda, qué necesidad de asomarse a los riscos que la bordean… Y, sin embargo, nos asomamos, a los de la derecha y los de la izquierda. Así es la curiosidad (o la condición) humana.
Un placer reconocerle, querido amigo, y maestro.
P.D.- Binevenido a "la casta", a ver si ésta espabila.
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unpalmeroerrante
Cuando uno entra en un foro de opinión tan elevado, debería pensarlo dos veces para no hacer el ridículo, pero como creo que la opinión la gente de andar por casa también se necesita, uno se anima.
Estoy totalmente de acuerdo con la base del artículo: “Estamos dominados por esa cúspide de poderosos que nunca pierden, y si pierden, sus esbirros pasan la factura a la sociedad en general”
Pero claro hay cosas que se me escapan. Como es que se afirma que crecemos globalmente si en nuestro país uno de cada cuatro niños ha quedado últimamente bajo el umbral de la pobreza.
Tengo cierta confusión entre los términos progreso, desarrollo, y crecimiento. Para mi progreso supuso el descubrimiento del fuego, de los metales, de la agricultura, de la manufactura, de la organización gremial, de la revolución industrial, de la producción en cadena, de la agricultura intensiva, de las posibilidades de los transgénicos, de las nuevas tecnologías etc. aunque cada paso tuviera y tenga su problemática. Desarrollo sería la medida en que un país por sus propios medios va asimilando el progreso, y crecimiento sería la medida positiva o negativa de la producción de bienes “propia” de un país y en una etapa considerada.
¿El capitalismo acelera el desarrollo y crecimiento de un país? Puede ser opinable y siempre se contrapone como argumento contrario el comunismo. ¿Progresa y crece China? Porque parece que está hablando fuerte en la economía mundial.
El capitalismo o forma en que el capital se aprovecha de la producción para hacerse con los mayores beneficios posibles, no está tan claro que genere desarrollo, así redes de multinacionales buscan países pobres, con sueldos de miseria, para producir los bienes que vende en los países desarrollados. Van a por los beneficios y no les importa nada ni el progreso ni el desarrollo de los países en los que se establecen ni donde tienen sus centrales, sólo buscan beneficios y exenciones fiscales.
Estoy de acuerdo que a los dinosaurios se les acabó el dolor de cabeza, pero mientras llega esa pedrada ¿Qué hacemos?
La pregunta clave es: ¿Quién dará el necesario golpe de timón?
Yo diría: ¿Es necesario un golpe de timón?
Y ¿Con violencia o sin violencia?
Y ¿A que lado sería conveniente?
Me niego rotundamente a quedarme con los brazos cruzados. Me parece inmoral, impresentable inhumano, injusto, vergonzoso, humillante, tirano, avasallador, y todos los adjetivos parecidos del diccionario, que el BCE dé créditos a los bancos al 1% para que luego se los den, y como favor, a los pobres del sur y algunos del norte. Si esa es la ayuda de Europa, me sobra Europa y también me sobran los callos de los dioses de los que dependemos. Yo mantengo la esperanza de encontrar pies más saludables..
máximopt. unpalmeroerrante
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PedroLuis
Por lo expresado en mi anterior comentario, estimado "Unoqueyaemigro", sobre todo malthusiano, sí.
Los otros dos calificativos, encajan también, pero en tono menor, como simples edulcorantes preventivos.
Saludos, también cordiales, por supuestos.
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Unoqueyaemigro
Después de un tiempo sin hacer ningún comentario por aquí, encuentro a Don Pedro Luis entre críptico, socarrón y malthusiano… Espero no haber pisado yo ningún callo.
Saludos cordiales.
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PedroLuis
¿Quién dará el necesario golpe de timón?
Quizás los virus o alguna bacteria rebelde a los antibióticos. O la locura de alguien que controle el arsenal nuclear. Tal vez un meteorito descarriado… En definitiva, una catástrofe que revierta el desmesurado crecimiento poblacional de la especie humana y reajuste de nuevo la sostenibilidad de La Tierra como planeta.
Ya, esa es una visión catastrofista y, desde luego, impopular. Ya sabemos que eso es así, pero los prohombres no pueden ni deben aceptarlo. Eso sería simplemente acelerar el proceso.
Además, aceptar eso, entraña reconocernos seres irracionales, ambiciosos y torpes, incapaces de generar un modelo justo que reparta con equidad e inteligencia los recursos finitos con los que contamos. Aceptamos, con ello, nuestra incapacidad para gobernarnos, y eso choca de lleno con la soberbia de la autodenominada Homo sapiens sapiens, dominada y llevada al desastre por el Homo sapiens ambiciosus. La ambición del poder, del dominio de todo y de todos, pero sobre todo de los semejantes. En definitiva, llegar a ser UNO y sentarse solo en la cúspide de la “pirámide”. En otras palabras, ser como DIOS, omnipresente y omnipotente.
Tiene razón “Pintao”, este foro es libre… y admite todo. Todo lo referente al ámbito global. Si decidimos descender a la escala local, hemos de ser más cuidadosos para no pisar “callos” sensibles, y de los que depende la sostenibilidad del medio generoso que nos acoge. Dioses, mayores o chicos, hay en todas partes.
Un cordial saludo.
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Pintao
Dado que estamos en un foro libre, me permito dar mi humilde opinión acerca del comentario de "Unoqueyaemigró"
Hace Vd. una descripción del sistema capitalista en general que gústenos o no, es el que tenemos a mano y sin duda siendo una herramienta de crecimiento de la economía de los pueblos, también es cierto que a muchos pueblos del planeta les pone las cosas cuesta arriba.
Sin embargo, permítame que diga que creo que el artículo de Don Guillermo a lo que se refiere es a la crisis económica actual, que fue motivada por la avaricia del mismo sistema financiero, que bastante libre de normas que regularan su funcionamiento en cuanto al crecimiento desmedido del mercado de créditos, se pasó tres pueblos, dando lugar a que aparecieran unas tremendas crisis de deuda en muchos países occidentales, produciendo tremendos agujeros en los activos de las entidades, a causa de la disminución del valor de los activos prestados, al no poder recobrarlos por la falta de mesura a la hora de inflar burbujas crediticias (como la inmobiliaria española), que dieron al traste con sectores enteros de producción.
Que para arreglar el desaguisado la manera haya sido de que los estados hayan tenido que tapar los agujeros de los activos bancarios con el dinero de todos, convierte al ciudadano de a pié en pagador de la avaricia del sistema financiero, con dos tremendos inconvenientes que a algunos países ha perjudicado más que a otros.
Por un lado, han tenido que restringir el presupuesto público para poder pagar la deuda y sus intereses, y por otro, al haber menos actividad económica y recaudar mucho menos, los más perjudicados han sido las las clases populares que en muchos casos se han quedado sin trabajo y en otros la caja social del estado no alcanza para socorrerlos y sin haber contado con ello, muchas personas han dado con sus huesos en la calle por no poder pagar la hipoteca, además de no poder dar de comer a sus hijos.
Otros muchos, sobre todo jóvenes, se han quedado sin perspectivas laborales y malviven gracias a la solidaridad familiar.
Así que Señor mío, el capitalismo también puede causar mucho dolor y si que a la vista de lo que hay, necesitaría grandes reformas de tal manera que de una vez en este valle de lágrimas, se ponga a las personas delante del capital y no al revés.
Sin duda también es cierto que es más fácil cantar las excelencias del capitalismo cuando uno vive sin mayores restricciones económicas. Es aquello de ver el mundo de color del cristal por el que se mira.
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Unoqueyaemigro
Vamos a ver, Don Guillermo, intenta usted hacer una aproximación a la crisis económica citando solamente a Susan George y a Serge Latouche y claro, lo que le sale es una diatriba contra el capitalismo, las multinacionales y el sistema financiero internacional que me va a permitir que califique de poco rigurosa y extremadamente populista.
La verdad es que usted ya avisa en el subtítulo ("Los grandes banqueros y los millonarios hacen cuanto quieren") y nadie le podrá culpar de haber leído el artículo esperando una cosa y haber encontrado otra distinta.
Supongo que para la señora George y para el señor Latouche, desde sus confortables vidas parisinas (en un país donde la ocupación de intelectual todavía merece respeto, sobre todo sí es "à gauche") es fácil predicar el decrecimiento y el cambio de sistema económico, a favor de una alternativa por cierto nunca precisada.
Desde una chabola en la India es posible que se vean las cosas de forma diferente, y pongo el ejemplo de la India porque siendo la mayor democracia del mundo acaba de votar masivamente por una esperanza de crecimiento y desarrollo económico.
¿Qué le parece si intentamos dar otra visión de las cosas? Yo no le conozco pero admiro su profesión y me gustaría pensar que si habla de estos temas con sus alumnos les avisará de que existen distintas opiniones, argumentos a favor y en contra del capitalismo, del crecimiento y del decrecimiento, para que un día puedan formarse ellos sus propias opiniones.
El crecimiento ha sido la principal medida del éxito económico (no la única) desde que inventamos la agricultura hace 10.000 años y pudimos aumentar "artificialmente" la cantidad de alimentos que se podían extraer de un mismo territorio.
La búsqueda del crecimiento es por tanto muchísimo más antigua que el capitalismo y nunca le ha sido exclusiva.
Si dejamos a un lado la catastrófica locura de los jemeres rojos en Camboya, los países comunistas intentaron competir en crecimiento con las economías capitalistas.
La propaganda soviética hacía héroes de los obreros que podían producir un mayor número de ladrillos y en Cuba nos regalaron el simpático mito de la vaca Ubre Blanca que podía dar más de 100 litros de leche en un sólo día.
El crecimiento de los países en vías de desarrollo, impulsado en las últimas décadas por la liberalización de mercados y la globalización del sistema financiero (es decir, ese denostado capitalismo) ha permitido en las últimas décadas un éxito espectacular en la lucha contra la pobreza, aunque queda mucho por hacer como para permitirnos el lujo de volver atrás.
En el mundo quedan unos mil millones de pobres. Pobres de verdad, personas que viven con menos de un dólar y veinticinco centavos al día, lo que se acepta por consenso internacional como el umbral de la pobreza extrema.
Sin embargo hace apenas 20 años había el doble.
¿Se acuerdan de los objetivos de desarrollo del milenio?
Los formuló la ONU con la vista puesta en el año 2015. Desgraciadamente la a crisis ha traído consigo otras prioridades y ya nadie habla de ellos. La mayoría no se van a cumplir, pero el primero, relacionado con la pobreza extrema y el hambre, se cumplió ya en el año 2010, es decir, con cinco años de adelanto (el objetivo estaba formulado como reducir a la mitad el número de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza extrema entre 1990 y 2015, de 2.000 millones a 1.000 millones).
El crecimiento de los países en vías de desarrollo que lo ha hecho posible no ha resultado gratis para los países desarrollados. Se han perdido muchos puestos de trabajo que considerábamos seguros. Nos hemos visto obligados a competir con países que no contábamos.
Los puestos de trabajo más vulnerables han resultado ser los de cualificación media y eso perjudica a las clases medias.
Se ha creado la percepción de que aumentan las desigualdades, aunque está demostrado que a nivel global se reducen.
Todo esto ha hecho que en los países desarrollados, y en particular en esta Europa envejecida y acomodada, proliferen los movimientos hostiles a los mercados y favorables a revertir el curso de la globalización.
Sería un error. Si juzgamos por los recientes resultados de las elecciones en India, los que todavía son pobres lo saben.
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Grisa
Artículos como éste y comentarios como el de Pintao… dan CALIDAD a este medio….
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Pintao
Su artículo nos reafirma en las verdaderas razones que produjeron la crisis actual. Es de agradecer que cada vez sean más personas que manifiesten la verdad de este drama.
Pero dudo mucho que una mayoría de ciudadanos termine por profundizar en los argumentos y sólo se quede con la propaganda oficial de los poderosos y quienes los representan, que aunque burda y hecha de falsas premisas, la gente le duele la cabeza cuando piensa y prefiere quedarse sólo con lo último que oyó por la tele.
Las verdades teologales son: La crisis (se evita lo de mundial) es causa del despilfarro y mal gobierno de Zapatero.
El PP, cuya especialidad es crear trabajo y repartir bienestar a la ciudadanía, como siempre ha sido, el que lo dude que recuerde a Aznar que cambió el rumbo de este país hasta ser la envidia de todo el mundo.
Hay que aguantar un poco más los inconvenientes de la terapia que con sabia mano nos administra Rajoy, hombre honrado y de altas miras donde los haya, pues toda curación conlleva algunos dolores.
El futuro está a la vuelta de la esquina, porque realmente ha hemos salido de la crisis, gracias a Dios, y ya por la calle se ve otro semblante en las gentes.
Aparte de todas estas "grandes verdades", he leído a algún sociólogo que afirma que en tiempos de penurias, la gente se suele agarrar "a los de arriba", por dos razones. Cuando la clase media empieza a flaquear, hay un sentimiento de autodefensa que hace que a bote pronto uno se quiera identificar con los de arriba. Y dos, España es un país donde hemos hechos progresos, pero todavía en las raíces de la sociedad, existe una manera de pensar profundamente franquista, pues no en vano hubo un adoctrinamiento muy bien llevado a cabo con la inestimable ayuda de la Iglesia, que nos hace confiar en la autoridad sobre todo si se muestra firme y repitiendo las mismas consignas con determinación, y esto el PP sabe hacerlo muy bien.
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