Intento desde este ángulo, el casero, el de muchos conocidos, el de las calles por las que transito, y siempre, claro está, el mío de persona normal y corriente, expresar lo que siento frente a lo que ocurre en el escenario político del momento.
Estoy muy contento con los resultados de las europeas, no porque los de mi voto hayan conseguido uno, dos, tres, cuatro, cinco o seis diputados (a los otros no les he votado). Estoy contento porque esta sociedad ha comenzado a decir que ya está bien. Contentísimo de que (A+ B) tengan menos votos que el resto del alfabeto. No importan los calificativos que, en un afán equivocado de supervivencia, están prodigando. Que si extremismos, antisistemas, perro-flautas oportunistas, fenómenos mediáticos, etc, etc. Se percibe, o por lo menos me parece, que lo que están diciendo es que tienen el miedo muy metido en el cuerpo.
Creo y presiento que se abre un panorama difícil pero esperanzador. Creo que en este país va a haber muchos cambios antes de lo que se pensaba. Es verdad que el alfabeto, cuya misión es posibilitar la escritura y la lectura, tendrá que aglutinarse, que formar sílabas y palabras. Tendrán que concretar, sintetizar, reformular, racionalizar, y temporalizar objetivos, pero en el horizonte veo dos partidos batiéndose en retirada victimas de su prepotencia, sus mentiras, sus corrupciones, y en suma, de su desprecio hacia los ciudadanos. Veo unos nacionalismos (el nuestro también en retirada) y tres o cuatro palabras que irán tomando fuerza progresivamente.
Y por último, estoy contentísimo que se vislumbre una salida democrática y pacífica de esta situación, porque si que da miedo actitudes como las de hace poco, donde los exaltados justifican lo injustificable como salida.
¿Ingobernabilidad? Se tendrá que llegar a fórmulas de consenso donde el ciudadano sea más respetado, las promesas electorales se cumplan o se dimita si no pueden cumplirlas, y la corrupción, si aparece, en lugar de poner las manitas en el fuego por ellos, negarse a abrir comisiones de investigación o cerrarlas en falso por tener mayoría, se denuncie, se persiga, se intente por todos los medios recuperar lo expoliado, y los responsables sean expulsados de los partidos y presentados ante la justicia.
Máximo Pérez Tejera, nacido en Mazo aunque vive en Tenerife, es maestro jubilado y licenciado en Pedagogía.
Últimas noticias
Lo último en blogs
Indiano
El partido de los hombres, el partido de las mujeres y el partido del centro
Leer más
cojolo
La verdad que nunca viene mal una curita de humildad para algunos pero yo no creo en los que creen saberlo todo y ganan a las masas con el discurso de lo malo que son los otros. Toda la gente esta espectante a ver que pasa con el nuevo partido pero viendo lo que prometen creo que tienen unas ideas un poco radicales, no?.
Leer más
PedroLuis
Don Máximo, estoy contento de que usted lo esté. Sinceramente, se lo transmito.
Ojalá lo ocurrido sea un revulsivo, y genere una catarsis en el seno de los partidos que usted no votó. La necesitan, y mucho. Al menos en eso estamos totalmente de acuerdo. Me resisto, sin embargo, a descartar que esos “dos partidos grandes” (llamarlos ahora mismo “grandes partidos”, no lo merecen), que nos han convertido en víctimas de sus “abusos y prepotencias”, no sean capaces de hacer autocrítica y, condicionados por la necesidad, volver a la senda de la honestidad, cada cual con su credo y praxis política.
Sinceramente es lo que deseo y me llevaría a compartir, además, su contentura. Ya sé que los deseos, son sólo eso. Pero a veces, sólo a veces, se cumplen. Ojalá.
Leer más