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Opinión
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Cuidemos nuestra isla (reflexiones sobre turismo e isla-escaparate)

En varias ocasiones he escuchado a nuestros mandatarios insulares hablar de distintos bienes culturales o naturales de nuestra isla como un “recurso turístico”. Bien mirado resulta algo terrible, cuestiones que deberían ser un bien por si mismo, tanto para la isla y sus habitantes, como para el conjunto de la humanidad y el planeta (y no olvidemos que por algo somos Reserva de la Biosfera) es contemplado como un recurso del cual sacar una rentabilidad económica, en términos de economía monetaria (la economía también es la planta de da sus frutos para consumo de las personas aunque no entre en los circuitos mercantiles, es algo que suele olvidarse, el dinero es sólo una parte de la economía).

Esta concepción es la que termina atentando contra nuestro patrimonio cultural y natural, así vemos como centros de interpretación arqueológicos pasan a ser gestionados por el área de turismo en vez de cultura, lo importante es lo que pueda ser atractivo para el turismo, en vez de contribuir a que los palmeros y palmeras conozcan su cultura y realidad. Y por supuesto que es mejor que las personas que vengan de turismo a conocer la isla se imbuyan de su realidad, la conozcan, a que se limiten a tomar un par de fotos y se quemen al sol en complejos hoteleros que igual podrían estar aquí que en cualquier otro territorio del mundo con similares condiciones climáticas, pero para ello es necesario que quienes vivimos en la isla apreciemos lo que tenemos, que apreciemos lo que tenemos no con el fin de enseñarlo y mostrarlo al turismo, no a fin de convertirnos en bufones y extras para alegrar la visita de quienes aquí llegan por unos días, sino a fin de que cuidemos la casa donde vivimos y la leguemos a las futuras generaciones.

Mientras, se proponen Zonas Comerciales Abiertas, es decir, peatonalizaciones, sin un plan de movilidad y orientadas no a mejorar la vida de las personas que habitan o trabajan en los cascos urbanos, sino en generar ciudades postales o escaparate. No estoy en contra de que se peatonalicen calles, todo lo contrario, pero esto debe tener un enfoque completamente diferente al actual. En la actualidad lo que pueden generar las Zonas Comerciales Abiertas es la gentrificación de nuestros cascos.

Se nos pide que cuidemos nuestra isla, que ofrezcamos una buena imagen y, cuando los responsables hacen algo mal, se nos culpa a quienes lo denunciamos por judicializar proyectos frenando “el progreso de la isla. No, la culpa no está en quienes denuncian proyectos urbanísticos o de infraestructuras que no cumplen con toda la legalidad vigente, el problema está en quienes no la cumplen, en quienes siguen un camino que nos han advertido que no es adecuado, pero he aquí que quienes tienen la responsabilidad nos ofrecen una solución absurda: en vez de adaptar los proyectos a la ley, cambian la ley para adaptarla a los proyectos. Es precisamente este modo de actuar el que lastra el avance de la isla.

“Cuidemos nuestra isla”, ofrezcamos una buena imagen de la misma, pero luego no se reponen los paneles informativos que se encuentran completamente deteriorados.

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