Fue el profesor Jaime Vicens Vives quien publicó hace ya bastante tiempo una célebre aproximación a la Historia de España. Se trata de una obra en la que se rompían casi todos los mitos que la historiografía del franquismo había mantenido.
Para aproximarnos a la Historia de España de nuestros días tenemos que llamar la atención sobre un hecho muy particular de la Historia Moderna de nuestro país que ha sido la falta de burguesía con espíritu crítico, hecho que subraya D. Claudio Sánchez Albornoz cuando escribe: "¡ Gran derrota para España! Mucho mayor de la que cabe deducir a primera vista, de la frase que sirve para consignar esa realidad histórica del pasado español. Porque el espíritu burgués implicaba algo más que una devota pasión por los tratos y los cambios, el medro y el enriquecimiento, la industria, la banca y el comercio. Significaba desde hacía siglos, una negativa a seguir proyectando el anhelo vital únicamente hacia los problemas del más allá, una disidencia cada vez más clara frente a la concepción teocéntrica de la vida humana, una atracción vivaz por el complejo engranaje de vivir de tejas abajo, una renovación del gusto por la
observación de la naturaleza, una devoción creciente por la experimentación y la técnica, una necesidad de libre juego en el pensar y en el querer" (pág. 556 de España un Enigma Histórico, vol. II). Nuestra muy compleja Edad Media dificultó la aparición de un espíritu burgués en línea con lo que acabamos de enunciar. La torpe política iniciada por Carlos V, luego desorbitada por su hijo actuando sobre la herencia temperamental de nuestro Medioevo, lanzó a los peninsulares a enfrentar la gran marejada en la que naufragó la modernidad española. España llegó a hallarse agotada y al borde del colapso ante el esfuerzo a que se la había sometido. Y los españoles no pudieron seguir a nuestros hermanos europeos en la segunda y decisiva navegación de los nuevos tiempos.
Ahora bien, los españoles no estamos incapacitados para la ciencia y el conocimiento. Pero no olvidemos que el cuajar de una ciencia y de una técnica exige una lenta y peligrosa gestación, un sereno clima psíquico y social de iluminadas esperanzas colectivas, celosa atención por parte de las instancias centrales del Estado y el trabajo duro y sin desmayos de los estudiosos. (Elaborado a partir de la misma obra del profesor Sánchez Albornoz).
Es cierto que en líneas generales, hubimos de pasar un siglo XVII de enorme esterilidad creativa en lo científico. El siglo XVII es el siglo del despegue científico moderno y durante él nuestro país se enquistó y no se proyectó prácticamente nada que ayudara a sacar al país del atraso. En el siglo XVI, Carlos V y Felipe II, gastaron todo cuanto vino de América en metal precioso en combatir el rabo del diablo por toda Europa, dándose la circunstancia de que nuestros maravedíes llegaron hasta China. Si analizamos detenidamente lo que nos dice Ramón Carande-máxima autoridad en este tema- y el propio
Sánchez Albornoz sobre la actividad financiera de Felipe II, la conclusión es que no alcanzaba la sal para el agua con tanto gasto, razón por la cual Felipe II hubo de decretar cuatro veces la situación de bancarrota del Estado al no poder hacer frente a los enormes gastos de la política exterior. Dado que lo fundamental era mantener a toda costa la hegemonía en Europa, no quedaba dinero para cuestiones interiores como las sociales, sobre todo cuanto hace referencia a la educación del pueblo. Los austrias del siglo XVI, dejaron un país agotado para que en el siglo XVII pudiera hacer frente a los graves problemas que se plantearon durante toda la centuria. Siglo éste calamitoso en todos los aspectos. Solo las grandes personalidades de las artes salvaron la situación. Pero en general, la decadencia -también en la creatividad- se hizo notable sobre todo en la segunda mitad del siglo. Y parece mentira que con el pobre Carlos II mejorase un poco la situación política y social con la puesta en práctica del neoforalismo.
El siglo XVIII lo iniciamos con un conflicto largo. La Guerra de Sucesión a la corona española, que nos tuvo en vilo los primeros catorce años del siglo. El pretendiente francés se alzó con la victoria y acabó con los fueros y privilegios existentes en algunas regiones del país. A eso se le llamó Nueva Planta de la monarquía o Decretos de Nueva Planta. Este proyecto lo había intentado sin éxito el Conde-Duque de Olivares en el S.XVII. Los Borbones se plantearon transformar el país. Había que trabajar mucho y duro, porque el atraso era muy grande. Todavía al llegar Carlos III, Madrid era una ciudad de ¡"agua va"! lo que hacía imposible la salida a la ciudad por la noche. Puso orden en este estado de cosas iniciando las obras de alcantarillado y otras bastante interesantes vinculadas al pensamiento ilustrado. Pero al más capaz de los reyes de la casa de Borbón del XVIII, en su batalla por las mejoras en el país, le faltó el haber
logrado alumbrar un texto constitucional, que realmente pudo haberlo conseguido con el equipo de ilustrados que tenía a su servicio. Hubo que esperar a 1812-si no contamos con el estatuto de Bayona de 1808 que nunca estuvo en vigor- para poder hablar del primer texto constitucional de nuestra historia. La constitución gaditana se elaboró en medio de circunstancias muy difíciles. Me perdonarán los lectores la nota erudita, pero es interesante tenerlo en cuenta. Entre los diputados reunidos en el teatro San Fernando de Cádiz había 90 eclesiásticos , 56 abogados, 30 militares, 9 marinos, 15 catedráticos de universidad,14 miembros de la nobleza, 8 comerciantes, un médico, un arquitecto, un bachiller, dos escritores, 49 funcionarios y 20 sin profesión determinada. La mayoría eran partidarios de la monarquía absoluta y a pesar de ello salió elaborado un texto liberal. Es verdad que es un texto extenso, a veces prolijo, con aspectos mejorables como es todo lo que se refiere a la emisión del sufragio. ¿Contaba con apoyos sociales el texto gaditano? Contaba con el apoyo de la minoría ilustrada: afrancesados, ilustrados carloterceristas, liberales y poco más. La mayoría de la población quería el regreso a España de su rey secuestrado y que lo fuera de acuerdo con los cánones del antiguo régimen. Es aquí donde echamos en falta esa burguesía culta de la que hablaba al principio del texto. Y en este forcejeo de proclamar el texto o suprimirlo estuvimos hasta el año 1833 en que murió Fernando
VII.
En Santa Cruz de La Palma, hay que contar con la personalidad del sacerdote liberal Manuel Díaz, que en el curso de la misa mayor del 11 de junio de 1820 dijo:" La experiencia de todos los siglos ha demostrado que sea cual fuere la necesidad de reforma que haya en un gobierno, la empresa de reformarlo con una revolución siempre es muy costosa y arriesgada. Esta verdad, aplicable sin duda a cualquier gobierno, lo parecía mucho más al de nuestra España. Entre otras razones fue muy grande el agravio que se hizo a una nación tan heroica, mandándola a retroceder al año 1808, que fue como decir al siglo XIV. Este agravio encerraba en si tantos otros que parecía preparar, desde entonces, una venganza tal que el corazón vacilaba entre sufrir el mal o repararlo". Esta fue la apuesta del padre Díaz-sin duda un hombre de fe- a la causa del progreso.
El siglo XIX nos lo pasamos en la inacabada e irresoluta lucha entre moderados y progresistas, haciendo y derogando constituciones. No se hizo reforma agraria, tampoco se hizo gran cosa en materia de instrucción pública, salvo la Ley Moyano, que estuvo en vigor hasta bien entrado el siglo XX, que venía a escolarizar un poco la población, pero con una dotación presupuestaria exigua. La educación estuvo mayoritariamente en manos de la Iglesia. No podía ser de otra manera, ante el descuido del Estado. Apenas se hizo algo en materia de revolución industrial. Piénsese que ya en 1712 Newcomen tenía en marcha una máquina de vapor, que luego perfeccionó él mismo y luego James Watt.
Ya mediado el siglo XIX toman fuerza los movimientos sindicales anarquista y socialista. Pablo Iglesias funda el PSOE el 1879, con un equipo de colaboradores entre los que estaba el médico Jaime Vera. Luego, en 1888, pero esta vez en Barcelona, se funda la UGT. Y ya en el siglo XX la CNT. A partir del Sexenio cobran fuerza el republicanismo y los movimientos nacionalistas. Pero La Restauración: 1874-1923, ignoró todo esto. Este régimen consolida un sistema de estabilidad política, pero oligárquico y caciquil. No era propiamente representativo de la voluntad del pueblo. Ni Alfonso XII, ni Alfonso XIII, ni los políticos del llamado turno pacífico tuvieron nunca en cuenta las demandas sociales que ya canalizaban los sindicatos, los grupos republicanos y el propio PSOE. Por esta razón, ha dicho Felipe González, el Partido Socialista tuvo que hacerse republicano. La Restauración recibió tres avisos sociales fuertes en sus casi 50 años de vigencia. En 1898, con motivo de la pérdida de las últimas colonias tras una guerra en la que el Estado gastó más de mil millones de pesetas de la época y envió unos 200 mil hombres. Todos de familias pobres. Los hijos de los ricos no iban a la guerra. En 1909, segundo aviso, con la Semana Trágica de Barcelona. En 1917-año importante en la historia de la humanidad- recibió el tercer y fuerte aviso: Asamblea de Parlamentarios excluidos del turno político, Huelga general conjunta CNT-UGT y creación de las llamadas Juntas de Defensa. Esta crisis se resolvió mal para no variar el curso de nuestra historia. Siguen los problemas en Marruecos. Aquel nido de víboras proporcionó grandes y graves disgustos a la Nación. Dictadura de Primo de Rivera y agotamiento de la monarquía. A Alfonso XIII, le hubiera gustado ser un buen rey, pero no supo. Le gustaban demasiado las intrigas palaciegas, los desfiles militares vistosos, las excursiones de cacería y la política de mangoneo. En sus casi 30 años de reinado, jamás se le vio hablar seriamente con un intelectual, o con un artista, o con un líder obrero, o con una persona que no perteneciera a su corte de aduladores y paniaguados.
Juan Pablo Fusi, nos ha recordado que a la altura de 1930, la monarquía era el problema. La república era la solución, pero para otra España. Ni al ejército, ni a los terratenientes, ni a los capitalistas, ni a la iglesia le interesaba. Terminó en una enorme tragedia. Querían que se mantuviera en España el estado de injusticia profunda vigente desde hacía mucho tiempo y lo consiguieron. Y lo mantuvieron durante toda la dictadura. En 1975, la monarquía no podía ser sino democrática, pero ¿cómo lograrlo? Hubo que hacerlo con mucho tiento y apelando al concurso de todo el país. Se logró. Nadie quedó conforme del todo, pero el texto constitucional de 1978 ha sido una herramienta útil para modernizar a España. ¿Se lograrán los nuevos retos? Creo y espero que sí. No podemos volver a nuestro pasado truculento, de resolver nuestras diferencias a tiros. Hay que hacer un nuevo esfuerzo de raciocinio. Tengo la esperanza fundada de que lo lograremos.
Archivado en:
Últimas noticias
Lo último en blogs
maximopt
Completamente de acuerdo.El ejemplo de Venezuela me perece clave. Fatal inadmisible, esperpéntico igual que el de los sobres, de los bancos en Suiza, las preferentes.de los Eres y de los indultos Etc. Etc. Los caminos nuevos no se copian y si se hace fatal.
Pero hay algo de lo que no hablamos; de los orígenes. Ahora el 20% e los acaudalados de Venezuela clama porque no encuentra leche para comprar, pero les importó …….. que los niños del 80% del resto no la pudieran comprar desde hace tiempo.
Leer más
Pintao
Siempre hemos de tener una actitud permanente de cambiar las cosa en pos de que vivamos todos con una mayor justicia y por ende un mayor bienestar general.
Esa actitud se llama progresismo.
Hay una actitud más egoísta que mira más el que se mantengan mis privilegios sin pensar demasiando en el bienestar general.
Esa actitud no es de recibo, y muchas veces al quedar una mayoría en una situación de desheredados, toda la sociedad paga amargas facturas como pasa en Venezuela.
Cuando me pregunto porqué existen en el mundo Venezuelas y tambíen Nueva Zelandas o Canadás, no dudo en que el fallo está en los principios en que sus sociedades han basado su desarrollo.
La Biblia que entre otros libros nos da consejos sabios, nos habla de la parábola de "los talentos" que recibimos y del diferente resultado que obtenemos según los invirtamos.
Una manera simple de entender un asunto, seguro que mucho más complejo.
Muchos saludos.
Leer más
maximopt
Sr. Pintao. Creo que tenemos más acuerdos que desacuerdos. Sólo un apunte más : lo que hemos sufrido y sufrimos en política es inaceptable, y los ciudadanos tenemos que cambiarlo. ¿Como? Encontremos las formas.
Un cordial saludo y continuamos.
Leer más
Pintao
Don Máximo, lejos de calificar ninguna de sus opiniones de piedras de molino, mes gustaría decirle que lo "radical" no deja de ser cierto, aunque a veces se le pueda encontrar algún argumento que las haga más llevaderas, que siempre es discutible.
Le diré más, hacer comulgar a la gente con piedras de molino es por ejemplo algo que he leído hoy referente a la nueva ley que Montoro prepara para según él, "racionalizar el gasto" de los ayuntamientos, y se trata de quitarles cualquier competencia de tipo "social".
De este modo, concentrándolas todas en las Comunidades Autónomas, se reducirá el gasto y por ende los servicios a unas cifras mínimas,
Las consecuencias de la crisis en España han sido tremendamente duras en tanto a cargar la mano sobre las clases menos favorecidas. Si a esto le añadimos el paro y la pobre oferta laboral que va aflorando, las diferencias sociales en este país serán de record y la gente que las va a pasar canutas seguirá aumentaqndo a cifras millonarias,
Este país necesitaría un verdadero plan de rescate de personas en la indigencia y al borde de la misma, cosa que según una parte importante de la clase que nos gobierna, piensa que eso da mala estampa exterior y perjudica la "marca España".
Hay gente tan inculta entre los que nos gobierna que piensa que la marca España son los toros y la sangría, y es porque no leen la prensa internacional y tiene mentalidad de señorito andaluz de las comedias costumbristas de toda la vida.
A mi juicio, el gran fallo de la Transición, es que las mentalidades han cambiado pero no lo suficiente, y habiendo tenido unos años de bonanza económica, no hemos tenido la sabiduría de invertir más en economía productiva y por ende más sostenible y menos en economía especulativa y pelotazos además de despilfarro de nuevos ricos y lo peor, a base de endeudarnos ad futurum.
No hay nada más efectivo para mantener al rebaño acobardado que convencerlo de sentimiento de culpa, que hace que una pobre limpiadora de hotel pagando una hipoteca de veinte años confiese que "hemos vivido por encima de nuestras posibilidades". Increible pero este caso es bastante frecuente, porque de niña su familia hacía la zafra de los tomates y vivian en una cuartería.
Leer más
maximopt
Sr.Pintao. Le eniendo perfectamente. De "dos pasitos palante y uno patrás siempre queda uno palante. Pero la vida no siempre funciona así. No pretendo nunca dar de comulgar, nada mas lejos de mi postura, y menos con ruedas de molino. Hemos vivido una época dura y de
progreso, pasando de la vela a la informática de última generación, pero eso se ha vivido en general.
Lo que no es admisible es que algunos compraron su seiscientos con Franco y ahora han perdido su BMW y su chalet porque quiebran las bases de la sociedad con muchos pasitos "patras"-
Es evidente que se necesitan cambios. ¿rápidos, violentos, profundos, viscerales utópicos ?, o ¿pausados , organizados, racionales y posibles. Me inclino por los últimos, pero o mucho me equivoco o ya vera usted como la sociedad no se queda impasible ante lo que está pasando.
EStimado amigo PedroLuis: muchísimas gracias por el concepto que vierte de mí y por la seguridad, compartida, de la firmeza de nuestra amistad.
No sé si me adelanto al tiempo o es el tiempo el que me adelanta. no sé tampoco si soy listo o torpe, pero hay cosas que a veces presiento, y ,con todos las posibilidades de equivocarme, claro está, intuyo que algo va a ocurrir y espero que ese algo este canalizado por la vía de los cambios.
Salud y suerte.
Leer más
PedroLuis
Le entiendo perfectamente "Pintao". Que conste, en usted valoro mucho su peregrinaje laboral internacional, del cual yo carezco por completo. La distancia, además de la cultura y el conocimiento, amplía las perspectivas y, con frecuencia, ayuda a encuadrar y comprender mejor las cosas.
En cualquier caso, respeto y acredito a don Máximo, más por lo que ha hecho, hace y, estoy convencido, haría…, que por sus "encendidas críticas", por otra parte, cargadas de razón.
Saludos cordiales. Si le dedicamos tiempo a estas cosas, es por dos razones fundamentales, y complementarias: podemos (esto le gustará a don Máximo); y no somos unos pasotas ninguno de los tres. No faltarán los que nos tilden de "coñazos". Tal vez tengan razón… o no.
Leer más
Pintao
Gracias por sus consideraciones Don PedroLuis. No crea Vd. que todo lo que relumbra es oro, por lo general a partir de los sesenta sí que sin duda alguna me convencí que los españoles teníamos que caminar por la senda de la democracia, cosa que nuestros vecinos hacían y nos fastidiaba bastante que nos miraran por encima del hombro, al menos en los ambientes en los que siempre me gustó moverme.
Pero no crea, yo he sido más radical a nivel de opinión, que en las formas y maneras, donde pienso que muchas veces ayuda al buen entendimiento el tomar las cosas con calma.
Lo cotidiano hace que haya que de vez en cuando tengamos que tragarnos algún sapo, pero lo que sí que no debemos hacer es, permitir que nos quieran hacer comulgar con piedras de molino.
Verá, hay una cosa que sin pretenderlo influyó en mi modo de ver las cosas, y eso fue unos años que por motivos laborales anduve por el Africa Occidental y sin duda esto ayuda mucho a trazar unas coordenadas para saber donde estamos y a donde vamos, sobre todo a la velocidad que vamos, pues hay que encontrar un camino intermedio que nos permita ir avanzando, algo parecido a como hacíamos antes para subir al Teide, "dos pasitos pa lante y uno pa atras".
Cordiales saludos a todos.
Leer más
PedroLuis
Sí, Sr. Pintao, vivió (vivimos) esa España, y la sufrió; y, sobre todo, la trabajó, hasta extremos admirables. Siempre con rabioso entusiasmo, siempre hipercrítico con la injusticia, siempre mirando adelante, persiguiendo el progreso hasta la utopía, porque don Máximo, siempre fue listo, a veces mordaz y, siempre, adelantado a su tiempo. Ayer como hoy. También, como mañana, porque su inconformismo es rebelde y permanente. Y es, además, firme, como nuestra amistad.
Un abrazo para ambos. Los dos argumentan sus posturas. Y a ambos, en mi opinión, les asiste la razón.
Leer más
Pintao
Como estamos en un foro abierto, seguro que no le importará Sr. "maximopt", que añada mi punto de vista a su comentario al artículo de Don Guillermo Cáceres.
Ese mismo dilema estuve yo por varios años haciéndome acerca del "fenómeno" de la famosa Transición.
Me ayudó a comprender el fenómeno el hecho de que durante algunos lustros estuviera viviendo en la Europa del Norte, y fruto de ello me empeñé en comparar la divergente opinión que se tenía del fascismo al menos en los primeros años de nuestra evolución hacia la democracia.
El hecho que Franco muriera en la cama con todos los honores y que por un par de años no se supiera a las claras en este país a que quedarnos, pues "los principios del movimiento eran inamovibles", recordará Vd. que ponía el convenio, hizo que mucha gente que no tenía muy claro "la bondad o maldad" del régimen anterior, hacía de contrapeso a los muchos demócratas que ya bien de viejo por influencia familiar, ya bien sobrevenido en los años sesenta, nos fastidiaba bastante el tener que tragar.
En Alemania o Italia u otros países las cosas estaban claras porque el fascismo había perdido la guerra y los perdedores corrieron con ese estigma. En España, fue todo lo contrario y durante cuarenta años se nos adoctrinó en que los pincipios fascistas del movimiento nacional eran la doctrina única y verdadera junto con el nacialcatolicismo que la Iglesia de aquellos tiempos tanto se empeño en propagar,
A pesar de sus imperfecciones, que toda obra humana sin duda tiene, La Transición, fue un camino del medio que nos vino de perlas, pues era el único posible y en esta vida, no se en la otra si existe, todo hay que hacerlo de acuerdo a las posibilidades.
No se si Vd. vivió la España de los cincuenta o sesenta, pero yo le puedo asegurar que este es otro país, aun contando con todos los fallos propios que haberlos haylos.
Leer más
maximopt
Sr. Guillermo Cáceres : Mis conocimientos de historia creo que me alejan bastante de su bien hilvanado resumen. Veo que su posición en todo el relato lo coloca en un punto de vista determinado, con el que estoy de acuerdo. pero no puedo estar de acuerdo con su conclusión de lo que ocurre entre 1975-1978. El proceso constituyente, no fue un proceso normal en ese sentido, se convocó bajo una normativa del régimen anterior con la limitación básica de no poner en entredicho la forma de gobierno del constituyente anterior, es decir el franquismo. Se apeló a todo el país sólo para votar lo ya hecho, no para consultar las bases sobre lo que hacer.
De acuerdo con que se logró un texto constitucional. ¿Ha modernizado España? depende por donde se mire. Lo evidente es que hoy se considera un texto caduco. que ha propiciado unos modos de hacer inaceptables desde el punto de vista, no sólo democrático, sino de desarrollo humano. El texto hace aguas por muchos frentes, donde posiblemente la forma de gobierno no sea el más importante. Conforme con su reto de que las cosas no se resuelvan a tiros, pero tendrán que resolverse, entre otras cosas porque los ciudadanos lo están exigiendo cada día con mas fuerza. saludo.
Leer más