¿Quién pensaría que un gran evento deportivo, la final de finales, excluiría a las personas con movilidad reducida? ¿Qué pasa? ¿Qué no tenemos derecho a disfrutar del deporte? Pues sí, así ha sucedido, el pasado fin de semana, sábado 13 de julio, en la final Liga Disa, Gobierno de Canarias, Primera Categoría, celebrada en el Terrero de Lucha Municipal de Vencindario en la Isla de Gran Canaria. Y todo ello en el marco de un terrero rodeado de autoridades políticas y deportivas, que parecen hacer la vista gorda ante las nulas e inixistentes condiciones de accesibilidad del lugar. Se acude con la máxima ilusión de disfrustrar de un gran espectáculo deportivo como un miembro más de la afición. Una vez en el terrero nos encontramos con múltiples barreras arquitectónicas, escalones, escalones y más escalones…….¿y ahora? ¿Dónde nos ubicamos?¿Qué hacemos nosotros aquí?
Nos invade un sentimiento de frustración, impotencia y rabia, al darnos cuenta de que no nos encontramos en igualdad de condiciones que el el resto de público asistente. Y peor aún, que en el siglo en que vivimos no se cumpla la normativa vigente de accesibilidad en recintos deportivos suprimiendo todas aquellas barreras físicas para un disfrute colectivo de dichos eventos. Seguieremos con nuestra lucha, esta vez una lucha en los terreros……
