Cuando tus ojos de miel, me miran como abrazándome,¡Pienso! – seré abeja de este panal, o simplemente un cariño.
Tus manos como azucenas, de una delicadeza extrema, como perfume de extracto de la flor más codiciada.
Tu piel de suave blancura, como de terciopelo y armiño, mostrando una lozanía como la de un virtuoso niño.
Tu cabellera abundante de espesor supremo, de un color azabache, como de un tinte inigualable coronado de un negro coral.
La boca anacarada como la expresión más aguda del alma, bordada por tus labios de pétalos de Rosa, con hilos de oro brillante, mostrando tu excelente talante del corcel más elegante de excelsa belleza varonil.
