Partida de bautizo de Salvador, 12 de septiembre de 1625.
«Sucedió en treinta de enero, allá en la remota etapa de mil seiscientos veintiocho un hecho que al orbe pasma», relata el romance de las manifestaciones sobrehumanas del Alma de Tacande.
Ana González, el Alma de Tacande, está enterrada desde 1625 en el suelo sellando de “ladrillos” de madera, de pino de tea, en la parroquia de N.S. de los Remedios de Los Llanos de Aridane.
Por esos años los templos eran al mismo tiempo cementerios de los fieles de la demarcación eclesiástica. A la vecina de Tacande, hoy término municipal de El Paso, le correspondía ser enterrada bajo el piso de madera de tea de la parroquia de N.S. de los Remedios, la única parroquia que existía en esos años en el Valle de Aridane, en la isla canaria de La Palma.
El relato de lo sucedido en la Hacienda de Tacande durante siglos el pueblo lo memorizó repitiendo los versos entre la incredulidad de unos y el temor de otros.
Cuentan que durante ochenta y siete días el Alma de Tacande deambuló su pena y su pecado. Se presentaba en la casa de Tacande a arrullar a un niño y la cuna se movía sola, se oían dulces cantos y voces que procedían de persona no visible… y los desconocidos lloros de un niño recién nacido. Otras noches se escuchaban tamborcitos, panderos y castañuelas y cantaban voces de decenas de mujeres invisibles al son del ancestral villancico a lo divino: «María lo envuelve, José lo arrulla; por ser carpintero, el niño no tiene cuna. | María lo envuelve en sus lindos cantares».
Pasaron los siglos y lo que teníamos por leyenda pasó a tener visos de realidad, al menos entre sus protagonistas directos. En los índices parroquiales que se guardan en el Fondo Lorenzo Mendoza, del Archivo Municipal de Los Llanos de Aridane, se encuentra la inscripción del bautizo de Salvador, el hijo de Ana González (el Alma de Tacande) por lo que deducimos el año de su fallecimiento. El bautizo tuvo lugar el 12 de septiembre de 1625, figurando ser hijo de Juan Pérez y Ana González. De igual manera aparece en el libro correspondiente de la parroquia de Nuestra Señora de los Remedios. Unos tres años después Ana “volvió”, entre los vivos, a manifestar “su pena y su pecado”.
Por suerte para la cultura y patrimonio de La Palma la parroquia de los Remedios, y espero sea para siempre, conserva el suelo de madera de pino de tea, cuando en otras iglesias de la isla ha sido, equivocadamente, sustituido.
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Pintao
Creo que he de hacer una aclaración. Si desde que lo descubrí me cautivó la exposición de los puntos de vista del profesor Piñero, fue precisamente el exponer sus investigaciones buceando en el amplio mar de escritos bíblicos del antiguo y nuevo testamento es precisamente por hacerlo desde un punto de vista de un agnósticismo confesado. También a los escritos bíblicos se les puede aplicar el mismo rigor científico que a cualquier otro texto de la antigüedad. Quien pretenda leer al profesor Piñero desde el punto de vista de la fe, supongo que pueda hacerlo, pero teniendo en cuenta que sólo va encontrar fríos datos contrastados por la investigación histórica. Quien pretenda algo más, ha de ponérselo de su propia cosecha, cosa en la que Don Antonio Piñero con sumo respeto siempre advierte.
Saludos y buen fin de semana.
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Andromaco
Muchísimas gracias por las sugerencias e indicaciones, pero estaremos de acuerdo en qué, para responder a una pregunta de tal magnitud, una explicación u opinión que arroje una concepción bien distinta a la que nos intentan dar por conclusión y asunción de tan delicada aceptación, lo más indicado no es preguntarle a San Pablo, o alguien que está vastamente informado y es un sesudo estudioso del cristianismo. Eso equivale a preguntarle a mi párroco por su opinión.
Estas creencias sabemos tienen un profundo componente emocional-afectivo que sin más está basado en lo que se ha aprendido o experimentado en el grupo social al que pertenece su cultura, en que nacido y desarrollado. Habitualmente son una forma muy particular de mirar, observar y construirse su realidad, principalmente y como única razón se fundamentan en la fe. La fé que es esa creencia incuestionable que le favorece, le ayuda en la interpretación de un contenido cognoscitivo de un hecho que a todas luces es muy abstracto, o concreto, al cual no se le pide ninguna demostración, ni se le va a exigir justificación, o el clásico fundamento racional. Por lo tanto, todo esto son una forma del conocimiento muy anterior al pensamiento racional.
La influencia de la religiosidad, es la que ha determinado de alguna manera importante en la historia del conocimiento, construyendo una subjetividad y realidad que debe ser enjuiciada críticamente a la luz de la ciencia y la razón. Siempre estamos con lo mismo, pero no hay más, y así a lo comentado en post anteriores, incluso al que profesa una fe ciega, también necesitaría en ciertos momentos una aportación a su pensamiento más acorde con los tiempos.
Si pertenecieramos a una tribu nativa, alejada de todo contacto con la civilización, lo aquí cuestionado probablemente no existía, pero estaríamos temerosos ante cualquier acontecimiento de la naturaleza que amenazara peligro y grave riesgo, atribuyéndole a esas manifestaciones, tratamientos de castigo de algún, o algunos dioses que estarían molestos por algún hecho atribuible quizás a sus desmanes.
No sabemos si siendo torpes, en cuanto al conocimiento de la vida, es decir totalmente legos, ignorantes, lejos igualmente de toda la urdimbre, el entramado social que a veces nos desquicia la felicidad que por momentos tendría que invadirnos, no sería más y mejor forma de existencia, a fin de cuentas de vivir.
Pero de otra parte, están esos invisibles y a veces molestos cordones umbilicales que atan, amarran y unen de manera “invisible” llamados afecto, cariño, amor si quiere. La madre tiene más que el hombre, está el que le une a la vida con su embrión, cuando nace lo pierde, pero le quedan los comentados y eso crea lazos que son indestructibles, tratándose simplemente de sentimientos.
Veamos como ejemplo: hablando del primitivismo tenemos qué, la vida en cualquier caverna y en la seguridad que les brindaba, (no había otro medio u hogar) me imagino a nuestros antepasados entretenidos en la confección, a su manera, del día a día, las mujeres junto a sus niños, mientras los hombres se enfrentaban de nuevo a un duro y largo día, todo en busca de alimentos, sea en la selva, en la sabana de cualquier continente. Los niños jugando salen a recibir a sus padres que regresan con su comida, pero vaya, uno de ellos que juega junto al resto, advierte de la llegada de los mismos, pero también que su padre, el suyo no llega, no ha venido, así, entre la mirada apagada, muy obscura y triste de su madre, ambos ya comprenden que no volverán jamás a ver a aquel hombre fuerte, cuyos brazos lo tomaban y abrazaban fuertemente, brindándole seguridad, que ha sido desde siempre y a partir de ese momento no va a estar más. Una sentida y pequeña lágrima resbala en su rostro, el corazón se le aprieta y aparece una nueva sensación, cual es la soledad e incertidumbre que comienza a inundar su joven vida. Quizás habría que explicarle, que comprendiese qué, su creador, su dios, le había llamado, que estaría feliz junto a él, que “su alma” vivirá eternamente, que no hay motivo de aflicción. Esto es algo que el no entiende, no por su joven existencia, su limitada capacidad de deducción, su escasa o nula cultura, pues para tan simple explicación no necesita mucho más, pero…, eso es algo que no solo desde las cavernas, tampoco hoy día podemos dar una explicación válida con la rotunda afirmación que requiere quien lo pregunta. Tal vez y como se suele decir, una mentira piadosa que mitigase su dolor hubiese sido suficiente. ¿Quizás es este el bálsamo que se ha empleado siempre al sufrimiento “inexplicable” de por qué desaparece el cuerpo? Y con el los afectos y otros valores.
Bien, no es algo que me apasione sobremanera este tema en particular, solamente la curiosidad innata en todo hombre por el conocimiento y lo más exacto posible de cuanto le rodea. Si su deseo es no comentar nada más, según afirma, pues lo que desee hacer, sin más.
Cordiales saludos y buen fin de semana.
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Pintao
Me tomo la libertad de recomendar, abundando sobre el entronque con el mundo helénico, que en los primeros siglos fue tomando el cristianismo en el asunto referente al “alma”, recomendar los bien documentados vídeos que en you tube podemos encontrar del catedrático de historia neotestamentaria de la U, Complutense, Don Antonio Piñero, sin duda el filólogo clásico e historiador más eminente con el que podemos contar en España.
El cristianismo, principalmente por medio de Pablo de Tarso, fue tomando cuerpo a finales del siglo I principalmente en el mundo helénico y con gran influencia de la filosofía en auge en la época.
Sin duda la doctrina de Platón y Aristóteles fue determinante en buscar un enfoque más novedoso del judaísmo que andando tres siglos fue muy exitoso en el mundo romano y por ende en la formación de la cultura occidental.
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Andromaco
Continuar con un tema a debate donde, todos tenemos un conocimiento exacto de lo que existe y sus herramientas para una cuestión que es muy sencilla, si no se profundiza no tendría ese mayor interés, solo si se trata, como hemos dicho, de un tema de “vital importancia”como es si existe realmente o no el alma y pudiese arrojar alguna luz la parte de las ciencias que podrían hacerlo y, que sepamos, hasta ahora no ha ocurrido.
Volviendo a esa parte de los primeros filósofos, uno de ellos, el mismísimo Platón, (con el tan traído y llevado dualismo) el alma pertenecía al mundo divino que eran las ideas, mientras que el cuerpo pertenecía al mundo sensible y físico sujeto a los cambios en el mismo y destinado al finalizar su vida a la corrupción, a la desaparición de todo rastro de lo que fue. De esa forma, así de simple le asigna al alma y al cuerpo naturalezas distintas, por lo que ante esa separación o dualismo cuerpo y alma es lo que ha influido fuertemente en el mundo cristiano y la filosofía moderna.
De ahí qué, la esperanza de trascendencia, es la que ha sentado las bases de creencias relacionadas con la muerte y, algún tipo de inmortalidad que podrían explicar la existencia del concepto del alma. Así, la creencia en esa alma inmortal es la más difundida y, la que más ha sido defendida por los creyentes. Es más, tan convencidos están de ello, que estos preferirían renunciar a la existencia de un Dios único antes que a la inmortalidad del alma, que viene a decirles, con la enorme convicción de su creencia o fé que radica en su valor explicativo ser, su enfoque argumental tranquilizador, quien les resuelve y le da esa gran esperanza a uno de los mayores problemas a los que se ha enfrentado el hombre durante toda su historia, como es o será su encuentro con la muerte, su hora final o bien, en todo caso la “partida” de un ser querido y el miedo a la soledad, si no existiese esa paciente y resignada espera que le llevará a la gloria y posible reencuentro.
Ha sido tal la influencia de la religiosidad, de tal magnitud, que se ha hecho sentir a todo lo largo de la historia y que ha estado permanentemente construyendo una subjetividad, casi una realidad que debería ser enjuiciada y muy críticamente a la luz de la ciencia y la razón actuales.
Cordiales saludos.
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Pintao
No era mi intensión ayer continuar con ningún comentario mas acerca del tema que nos ocupa y que sin duda es un asunto apasionante, y eso se debe a que yo poco nuevo tengo que aportar que pudiera tener algún interés.
He de manifestar mi admiración por este último comentario de Andrómaco, pues además de ser igual de erudito que los anteriores, refleja un postulado racionalista que coincide con la opinión de gran parte de los autores que traje a colación en mis comentarios anteriores, principalmente con Richard Dawkins o Jesús Mosterín, y en fin, con casi todos ellos.
El hecho de que yo me decante más por Spinoza, se debe a que en mi caso, en cierto modo, soy todavía rehén de los conceptos en los que gran parte de la juventud de mi época se formó, y parece como si a Spinoza le pasara lo mismo, que sin dejar de ser racionalista, sublima la naturaleza, el amor y los buenos sentimientos de los que el ser humano es capaz de sentir, para exhortarnos a disfrutar de ellos mientras podamos, pues lo demás hasta la fecha no deja de ser un espejismo.
Yo por mi parte no siento ninguna animadvesión por ninguna creencia mientras respeten los derechos humanos, y es más, entiendo que dependiendo de en qué país uno viva, debe de comprender que por lo general las manifestaciones religiosas suelen formar parte de la cultura popular y de la vida social de la gente y por lo tanto contribuir a la convivencia respetándolas.
Respecto a la existencia del “alma”, sería interesante averiguar en que punto de la evolución se le infundió al individuo. Si fue en el estadio del homo erectus, o quizá en el de eñ homo habilis, o tal vez fue ya el australopitecus el afortunado. Supongo que el homo sapiens del que hoy formamos parte ya contó col alma espiritual, pero lo que está todavía por determinar es donde esta el momento luminoso en el cual se le infundió, pues no me parece verosímil que todos los primates hayan contado con alma espiritual desde el principio de los tiempos aunque ramas de ellos se hayan extinguido o permanezcan en los árboles. Tengo la curiosidad de saber que clase de alma tenía el hombre de Neanderthal durante los docientos mil años que habitó la tierra, casi hasta antes de ayer.
Muchos saludos y perdonen las posibles incorrecciones, pues el interés por participar con mi opinión no exime que se me pueda escapar alguna tontería. No es mi intensión molestar a los respetables lectores.
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Andromaco
Vaya, pues no se puede decir cristianofobo a cualquier opinión contraria a las suyas, así como tampoco ningún sentimiento de odio, rencor por el simple hecho de no ir a corriente con las convicciones y fe de cada cual.
Todo esto surge como tema interesante de debate, el que quiera hacerlo, de cómo ha sido el planteamiento en principio de este hilo. “Manifestaciones sobrehumanas del Alma de Tacande” y son bastantes las opiniones de no creerse esta leyenda-cuento- teatro, por los motivos que se enumeran al principio.
Sencillamente y no es nada nuevo bajo el Sol, surge la tan conocida e inquietante pregunta sobre ¿Qué es el alma? Y habría que hacerla a los que defienden afirmativamente su existencia, siendo además complicada la enunciación, pues ya se acepta una existencia qué, a priori de algo que es intangible e inmaterial y denominamos Alma. Pienso que la pregunta debería ser más tajante: ¿Existe o no el Alma?
Aquí, la situación ya cambia muchísimo, pues, nos pone ante la cuestionable duda sobre la existencia o no de un concepto sin categorizar que podamos afirmar de antemano su realidad.
La noción de alma ya aparece, como hemos comentado en toda la gran historia del pensamiento humano y, sabemos igualmente que está presente en mayor o menor grado en casi todas las culturas que ha dado lugar a nuestros orígenes, hasta en el antiquísimo continente africano hasta nuestros días.
Sabemos igualmente que gran parte de muchos pueblos primitivos, tales son: muchos aborígenes australianos, tribus del amazona o hasta pueblos de Groenlandia, quienes mantienen viva sus tradiciones, teniendo claro siempre un pensamiento animista. Son esas particulares cosmovisiones de otra parte muy singulares las que atribuyen al hombre un alma, y extienden este “conocimiento” a todos los fenómenos naturales, que además realizan o administran un comportamiento muy parecido al del hombre, por tanto, igualmente, para ellos, están dotados de vida, sentimiento y voluntad propia.
Si acudimos a los viejos filósofos, incluso presocráticos o no, nos dicen más o menos lo mismo, y no sabemos si hemos aprendido algo de ellos los contemporáneos. Para el gran Aristóteles, todos los seres vivos sin excepción tienen siempre su correspondiente alma, y nuestro gran Aristóteles la entiende como parte y forma de su cuerpo, que es a su vez materia igualmente perteneciente a su alma, dentro de su concepción hilemórfica. Es decir, para Aristóteles la forma del alma es la del cuerpo. Por ello para este filósofo, y tantos otros, como Platón a quien Aristóteles le admiraba y era un fiel seguidor, la psicología es una parte importante de la biología. El alma es la parte inteligente que puede separarse del cuerpo. Las facultades psicológicas son atributos de los cuerpos y en los cuerpos mismos se encuentra.
Frente al dualismo de Platón, con su mente siempre tan calenturienta, Aristóteles, su fiel discípulo mantiene su preferencia de un monismo de cuerpo y alma, sentando ya las bases del dualismo y monismo que se convertirán eternamente en el viejo problema mente-cuerpo que desarrollaría posteriormente el amigo Descartes.
Así resulta curioso como llegan afirmar que el Alma, con mayúsculas para ellos (lo mismo será la psique) aparece como una especie de aliento, y este es capaz de mantener la vida o el cuerpo inanimado (Soma) y que se retira al mundo del Hades cuando el hombre muere. ¡Casi nada para nuestros días! Y digo nuestros días, pues habría que pensar en la idea de la existencia del alma en pleno siglo XXI, ya que todos los avances modernos en el mundo que han y están ocurriendo con las ciencias biológicas, como por ejemplo la más importante en el caso que nos ocupa: la obstetricia, la neurología y otros vastos campos nos vienen a demostrar que es totalmente innecesario seguir manteniendo el gran mito del alma como fuente de explicación para entender al hombre plenamente.
Vista así las cosas siempre pensamos que la vida, su base fuese un “soplo divino” que se otorga en la fecundación, y , sería completamente imposible lograr nuevos seres humanos, pues la vida es un “Don de Dios”.
La refutación de esto baste explicarlo con esos avances científicos, tecnológicos y la técnica de la clonación, que han podido y “permitido crear un organismo nuevo” a partir de cualquier célula del cuerpo, simplemente a través de las ya conocidas células madres y la modificación de su ADN, el cual ya posibilitan esa creación de vida partiendo de otro organismo vivo, pero, eso si, se está muy lejos aún, de crear vida a partir de materia inerte, por lo menos en este momento. Tendremos que esperar a los ya mencionados sesudos científicos en un futuro y sus opiniones.
La bioquímica, por otro lado nos aporta evidencias más que contundentes contra la concepción y aceptación de ese alma. Si vamos a ponernos a considerar qué, el alma es el mismísimo conductor, un piloto que está guiando nuestro cuerpo, ningún proceso bioquímico podría alterarla. Sólo ya podríamos pensar que intervendría una respuesta de nuestro cuerpo ante nuestra voluntad espiritual.
Por lo tanto, nuestro pensamiento, la conciencia y todos los millones de nuestros procesos psicológicos, incluyendo la parte afectiva, estos no podrían alterarse. Las evidencias nos demuestran siempre que muchas sustancias químicas como: el alcohol, las drogas, principios de algunas plantas y no menos algunos psicofármacos generan estados en que la conciencia queda alterada, en mayor o menor grado, por lo que la distinción entre el alma y el cuerpo ya le vemos muy, pero muy corta. Lo que viene a decirnos que esa supuesta alma, siempre continuará en entredicho y será, evidentemente motivo de cuestionarlo continuamente.
No se trata de ser cristianofobo, ya que una cosa es la biología, la vida en si misma, y otra muy distinta las religiones, en este caso la cristiana. Exponer a consideración una opinión, no es ir de manera agresiva, y mucho menos de convencimiento que los practicantes sí están convencidos de ese paraíso esperado. En otras, esa muerte en sacrificio y función del deber, eliminando al infiel, le tiene reservado un paraíso y un harén pletórico de bellas damas que le harán muy feliz, ya consideramos que su fé es quien le hace tirar de la anilla, qué en un pis-pas le pondrá en el mismo. Eso si, no sabemos ni conocemos el lugar. Lo que tampoco sabemos es que hacen tantas bellas damas esperando pacientemente llegue su valiente al que aún no conocen. No lo sabemos, ni nunca tendremos noticias del mismo, ni el jolgorio de tal recibimiento. Y pensar que tenemos medios de comunicación para hacerlo bastante fácil.
Cordiales saludos y tengan un buen día.
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GALVA
Cierto Vejeke; los cristofobos son hipócritas…
Y profundamente resabiados; por eso no tienen continuidad.
Ningún niño quiere ser un resabiado; ningún niño quiere ser un anatema humano.
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Pintao
Concluyendo por mi parte, debo de decir que me parece muy positivo que también utilicemos las páginas de “El Apurón” para que de vez en cuando tratemos temas que como los califica Andrómaco, son de “vital importancia”, pues a todos en un momento dado nos ha preocupado el tratar de buscar respuestas a este tema de la trascendencia.
No creo que seamos pocos, el menos los que ya peinamos canas, que en nuestra trayectoria vital y utilizando un símil, partimos de Troya, allá por los años cincuenta, bajo unas determinadas circunstancias, y tenemos la sensación a estas alturas de la travesía y después de haber cambiado de rumbo varias veces, que nunca vamos a llegar a Ithaca.
Al menos yo, observando las vicisitudes de esta odisea, he llegado a la convicción de como decía Kavafis, que lo importante es el viaje y no tanto llegar a Ithaca, pues su existencia es harto improbable.
He tratado, a partir del momento en que uno se atrevió a dudar, que todo toma su tiempo, de buscar certezas, siempre teniendo como punto de partida algo que aprendí leyendo a los filósofos presocráticos, “todo ha de tener un origen explicable racionalmente”.
Convencido de que todos los homo sapiens tenemos bastantes limitaciones, naturalmente unos más que otros, entre los que sin duda me encuentro, hoy contemplando el panorama, como me siento mas cómodo y a gusto con migo mismo, (que al fin y al cabo es lo importante), es con la idea que de este asunto podemos encontrar leyendo a Baruch Espinoza, por ejemplo.
No saco la misma conclusión que leyendo a Richard Dawkins, pero admito que ambos tienen razón, aunque parezca paradójico, que para mi no lo es, sólo ver la cuestión con una perspectiva diferente.
De lo que si que hemos de huir por salud mental, es de todo dogmatismo, pues en mi opinión acudir al dogma es una manera de sustraerse al razonamiento, facultad a la cual, en este punto de la evolución, todo homo sapiens tiene derecho inalienable a ejercitar. Cordiales saludos.
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Andromaco
Volvemos al tema mi querido amigo, volvemos al tema y, bien, me parece muy bien que el dueto GALVA- Pintao , con todo el respeto y cariño que merecen, expongan abiertamente sus tesis, sus distintos puntos de vista, es lo que hacemos todos, se lleve razón quienes la lleven o bien cada cual estemos en posesión de administrar muy diferentes puntos de vista, o de ver una cuestión ya arcaica y, que ha tenido al hombre, civilizado o no, entretenido en una cuestión, que para algunos es y ha sido crucial, diría que de “vital” importancia.
Evidentemente se puede ser ateo, creyente, o simplemente indiferente, que no agnóstico. Ser agnóstico es dejar la puerta entreabierta para que entre a convencerle con métodos racionales, la ciencia sin ir más lejos y, le convenza de su error.
El Homo sapiens, sapiens, cada vez menos sapiens, si se ve tentado a realizar los actos que comenta, pues sencillamente se trata de una mala persona, ruin, amoral, sin sentimientos, no ya de cristiano, que muy poco tendrían de ello, sino por deducción propia. Nin, Yaüe o el “carnicero de Badajoz,” Mola, (a éste había que preguntarle por García Lorca) Queipo y tantos otros, sus actos más viles se ejecutaron en nombre del bien de La Patria, como excusa para causar tanta barbarie y dar rienda suelta a sus instintos animales. Actualmente no es necesario buscarlos con las mismas características, incluso más refinadas.
En cuanto a no joder al prójimo, pues estaremos de acuerdo. Eso bastaría ya para llevar una existencia casi católica; católica y no cristiana, para darle un sentido más universal a la fé que manifiesta. Sin embargo, y cambiando de tercio, y dado el tema de los sanguinarios que Ud. me comentó, ahí tenemos a la figura de San Miguel Arcángel, cortándole la cabeza al infiel y, creo no es así, o ¿No debe ser?. Según Jesús, en todo caso se trata de convencerlo, sin violencia, traerlo al redil de los justos, hacerle ver de su error. Fue el mismo Jesús quien le dijo a Pedro cuando éste le cortó con su espada la oreja al soldado romano que le iba apresar:” Pedro, guarda tu espada, que el que a hierro hiere, a hierro muere”. Se entiende que fue en defensa de “Su Maestro”sin embargo Éste no se lo permitió.
Tampoco se dice que los autores que se mencionen sean o hayan sido unos cantamañanas, sin embargo esas respuestas razonadas siempre se hacen esperar. Hasta ahora, afirmo, todo queda en balbuceos incoherentes ininteligibles, adornados y campanudos, pero vacíos de contenido.
Si, La filosofía sabemos que profunda o no, nace como necesidad para dar respuestas a las grandes preguntas de la vida, la existencia, y dato curioso, sea dicho de paso, casi todos los filósofos son ateos convencidos.
“Pienso que es cruel tratarle de quitar a alguien la esperanza de trascender al paraíso, pues pudiera ser lo último que le queda.”
Ciertamente podría estar de acuerdo, pero no es así, creo, nadie empuña ningún arma homicida, física o verbal para convencer a nadie que está en un error. No creo qué, un católico, cristiano convencido, leyendo cualquier texto que contradiga su fé le haga tambalear, perderla, y si es así, desde luego, estaremos de acuerdo que no era muy fuerte ni buena su convicción, ni de Jesús, Su Salvador, ni que le espera una “Vida Eterna,” así como en la resurrección de la carne.
Con respecto a su comentario, me viene a decir, más o menos, y pongo un ejemplo pueril, que si una pareja lleva una vida pletórica de amor, pasión y felicidad, de fe ciega entre ellos, si uno de los miembros comete un acto grave, p.e. de infidelidad, por qué razón vamos a comentar nada que pueda enturbiar tanta felicidad con tan malsano comentario. Dejémosles tranquilos. ¿Cierto?
Si un cristiano tiene a un ser querido victima de una grave enfermedad, que acabará con sus días, casi contados, y le pregunta por su estado, le responderá que “El Señor lo ha querido así”, es feliz poniendo a su familiar en manos ajenas, la de su Señor, que lo ha planificado de esa manera. Pues no es así, no lo veo de esa manera, y es que ni comentandolo me da la impresión que intento convencer a nadie que no es así, que es un error. Si es como dicen, pues sea.
Esto, mis queridos amigos da para mucho, tal vez “To be continue”
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vejeke
Menudo hipócrita.
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