Pedro Higinio Álvarez Rodríguez, Economista.
Después de varios años paralizada, desde hace algunos meses, se viene ejecutando la obra que se conoce como circunvalación del casco urbano de Tazacorte. Una obra pública, como otras tantas en La Palma y en Canarias, innecesaria, despilfarradora de recursos públicos y justificada por los responsables políticos con unos argumentos infundados, superficiales y plagados de palabras vacías.
Si cerrásemos los ojos y nos trasladáramos al año 1987, estaríamos oyendo los mismos argumentos que esgrimía el Grupo de Gobierno del Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane, cuando defendía con uñas y dientes el proyecto denominado “Aridane Golf”, que en sus primeras propuestas planteaba la construcción de un número de camas turísticas que casi doblaba a la población del municipio en esos años.
La construcción de dicha carretera, al igual que otras muchas infraestructuras que salpican el Archipiélago, como el mismo muelle del Puerto de Tazacorte, el anillo insular de Tenerife o el Puerto de Granadilla, reflejan y forman parte del paradigma de crecimiento económico que hace muchos años deberíamos haber abandonado definitivamente en Canarias y La Palma y que se caracteriza por la construcción de infraestructuras y obra pública de gran escala, que sirven de apoyo a la creación de nuevas camas turísticas, con graves consecuencias en el consumo irracional de agua, energía y suelo, así como una creación de empleo vulnerable y mal remunerado.
Esta obra pública de la circunvalación del núcleo urbano de Tazacorte, forma parte de una estrategia más amplia, que es la urbanización completa del litoral entre el Charco Verde y el Faro de las Hoyas, así como del entorno del Puerto de Tazacorte, objetivo deseado por gran parte de la clase política y empresarial de La Palma y que no se ha materializado aún, entre otras razones, porque la alta rentabilidad del cultivo del plátano en esas zonas ha hecho inviable las necesarias operaciones urbanísticas, pero que nadie ponga en duda que desde que el precio de compra de los terrenos lo permita se volverán a poner sobre la mesa multitud de proyectos turísticos en unos suelos que son de los de mejor calidad agrícola del Archipiélago.
Es el mismo modelo de crecimiento económico que nos ha llevado a tener unas tasas de desempleo, pobreza, exclusión y desigualdad social más altos que la media de España, ya de por sí gravísimas e inaceptables en el marco de la Unión Europea.
Un modelo que despilfarra recursos naturales y que destruye de manera irreversible suelos de gran valor agrario. Una estrategia que se basa en la falsa idea de que la gran obra pública genera empleo de calidad y estable en el tiempo y que muchas veces va unido al surgimiento de prácticas de corrupción política y empresarial, constituyendo un eslabón más de un modelo económico vulnerable a las recurrentes crisis económicas del sistema y a las dramáticas consecuencias de las alteraciones del clima.
¿Hay alternativas? Sí. Las alternativas existen y las conocemos desde hace mucho tiempo, pero no son sencillas de ejecutar y necesitan condicionantes previos.
A finales de los años 80 y principios de los 90 del siglo XX, impulsado por la llegada de los primeros fondos europeos para las medianías, mediante el programa Leader, un personal técnico de las corporaciones locales y entidades sociales comprometido, la colaboración de la Universidad de La Laguna y la sintonía política de los ayuntamientos implicados, se pusieron en marcha proyectos de desarrollo económico de ámbito local y que han sido una referencia fundamental en La Palma, para el desarrollo posterior del turismo rural, la puesta en valor del patrimonio, la formación para el empleo o el surgimiento de pequeñas iniciativas en el sector agroalimentario.
Debemos retomar con urgencia este modelo. Es un modelo pegado al territorio, que implica activamente a la población y nos hace protagonistas de nuestro propio desarrollo. Una economía que pivote en torno a la prestación de servicios a los ciudadanos, la pequeña industria ganadera y agroalimentaria, el turismo rural o las energías renovables.
Este desarrollo a escala local constituye un antídoto eficaz, que nos hace menos dependientes del exterior y amortigua los efectos negativos de “shocks externos”, como han sido la caída de Thomas Cook o la crisis generada por el Covid 19 y sobre los que muchos analistas afirman, que cada vez van a ser más frecuentes e intensos a lo largo del siglo XXI. Es decir, aunque parezca paradójico, el desarrollo a pequeña escala puede proteger a la isla y al archipiélago frente a “tsunamis externos”.
Este giro de 180º en la economía insular, necesita de algunos condicionantes previos y necesarios. Por un lado, el cambio social y colectivo debe generarse a partir de la conciencia individual de los ciudadanos. Por otro lado, se hace necesaria una nueva forma de gestionar y establecer prioridades por parte del conjunto de las Administraciones Públicas en la isla y que se vaya generalizando, entre las empresas, un comportamiento donde prime la cooperación en lugar de estrategias de confrontación y rivalidad.
Es necesario un liderazgo social y político que involucre al conjunto de los agentes de la isla y que haga ver que los ciudadanos debemos ser los protagonistas de nuestro desarrollo y de esta manera ir dejando atrás el papel de meros espectadores de la realidad.
No nos podemos permitir, como sociedad, vaciar de contenido, la recurrente expresión de que Canarias necesita un cambio en su modelo productivo, que venimos oyendo desde finales del siglo XX y que volvemos a escuchar en estos días, a raíz de la tragedia humanitaria que estamos sufriendo y la debacle económica ocasionada.
Esta vez, no nos podemos defraudar de nuevo o seguiremos caminando por una senda que nos llevará al abismo económico y social, donde constantemente nos veremos obligados a elegir entre lo malo y lo peor y donde los realmente afectados, desgraciadamente, van a ser nuestros hijos y nietos.
Pedro Higinio Álvarez Rodríguez
Economista
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EstudianteUni
Ivan4, en la Palma no cabe un km mas de asfalto de manera “sotenible” esa capacidad ya la hemos roto hace tiempo, dejemos de proponer mas obras por favor…
En cuanto a lo que dices de la agricultura:
-El que tiene nisperos en su casa no los compra de fuera, y el que los tiene cerca y no los coge facil, estan “bichados”.
-En la Palma no se producen suficientes almendras para la demanda de esos productos, ya casi no llueve y por ello tampoco se puede producir como se producia antes. En la Palma muchas zonas de medianias no tienen agua, y muchas de las que tienen la desperdician.
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Ivan4
¡Muy respetable tu opinión, Pedro! Lo cierto es que los palmeros no aprendemos de nuestros errores, como tú bien has expuesto. La clave de todo está en diversificar la economía para que no nos pillen con el culo al aire, como ha pasado en esta “Emergencia de la COVID-19”. Sigue siendo triste ver las medianías abandonadas y situaciones paradójicas como la de ver a personas comprando nísperos foráneos enormes y sin sabor en las fruterías, dejando secar y pudrirse los que tienen en sus huertas. Es una situación que nunca he llegado a comprender y que la achaco a las modas de comprar en fruterías y copiar lo que ven en las series de TV o por la gandulería de no cogerlos del árbol (por dar alguna explicación simplona). Garafía, por ejemplo, era la huerta de La Palma y de parte de Canarias. Las medianías de El Paso, Las Breñas, Los Sauces y Los Llanos surtían de papas y verduras a toda la isla y parte otras. Hoy llegamos a situaciones tan lamentables como la elaboración de puros con tabaco procedente del “quinto coño” (Extremadura o Sumatra) y la producción de postres de almendra con el fruto seco procedente de California…¿Pero es que nadie ha reparado en esto? ¡Tanta admiración por el “almendro en flor”…y no recogemos las almendras!
En cuanto a la circunvalación de Tazacorte, yo sí la veo necesaria en el caso de que se proyectara bien. Incluso un proyecto de autovía por el sur de La Palma, siempre y cuando sea respetuoso con el medioambiente y al paisaje (túneles y túneles); pero no para favorecer el turismo en las costas de Tazacorte, Los Llanos y Fuencaliente; sino por el simple hecho de acortar tiempo entre una banda y otra de la isla y, sobre todo, combustible. Este último tema no ha sido tenido en cuenta por los ecologistas, porque no es lo mismo ir de Los Llanos a Santa Cruz en sexta velocidad por una autovía, que meterse la paliza de la Cumbre, cambiando constantemente de marchas, forzando al motor y quemando gasolina o gasoil por un tubo.
¡Gracias por tu artículo, Pedro!
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kronos
El sentido y el bien común no es algo que abunde en general ni que se contemple especialmente en temas urbanísticos por estos lares, el tema de la soberanía alimentaria ni lo menciono, ya nos comeremos el cemento cuando llegue el momento. Lo único que han hecho bien; hay que reconocerlo, es procurarse la dependencia y el servilismo de un electorado sumiso, temeroso y acomodado a las compritas del mes o el efímero contrato temporal barriendo que le proporcionan en el consistorio para asegurarse su permanencia en los mejores aposentos del cortijo, sin recordar el proverbio árabe que dice: “La mano que da, siempre estará encima de la que recibe”. En este caso tan evidente no es difícil imaginar que intereses pueden haber detrás.
Tazacorte serviría sin duda como ejemplo de libro en Canarias, de como se aprovechan de su gente ciertos “políticos” (por llamarlos de alguna manera) sabiendo que no son más que ejemplares de lengua bífida, encantadores de serpientes y nula capacidad de gestión administrativa usurpando de manera negligente e irresponsable papeles que no les corresponden. En este caso es como si un peón de albañil asumiera responsabilidades de arquitecto. Así nos va…!!!
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GALVA
Olvídate;el COVID se cargará el Turismo basura…
Las Hoyas la quieren urbanizar pasándose por el arco del triunfo la Ley de Costas y otras…
Ya se les paso el arroz….
El consejero del Cabildo quería y no podía;el de planificación territorial…
Que entre RLR;él ya perdió espereranza en ese dislate….
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MONTE
Excelente artículo!. Cuanta lucidez entre tantas ideas perniciosas que se leen por aquí…
Yo pienso que de los políticos no debemos esperar nada, son rehenes de sus votantes, y una sociedad ignorante y fácilmente manipulable es el caldo de cultivo ideal para sus ambiciones de poder. Dicho lo cual, no quiere decir que no se pueda hacer nada, desde la sociedad civil, las universidades, los trabajadores públicos, etc., pueden tratar de sensibilizar a la población y concienciar sobre los problemas ambientales que estamos sufriendo, y para los que nos tenemos que preparar en el futuro. Es como cambiar de rumbo, vislumbrar otros caminos al margen del egoísmo, la competitividad, el dinero, etc., valores que están totalmente impregnados en nuestra educación.
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Reflexionando
La vuelta a la construcción de infraestructura, sin plantearse su utilidad ni necesidad, fue, en gran medida, el reflejo de España entera para intentar salir de la crisis de 2008-2009. Nos cuesta cambiar. De acuerdo en que no conviene despilfarrar los limitados recursos de la isla, empezando por el agua, que va a menos debido al cambio climático, y siguiendo por el buen suelo agrícola.
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