La de Miguel Hernández Ventura no es solo la muerte de quien fue un deportista, un empresario de élite; es también la muerte de un mito
Miguel nos ha dejado para siempre y pretendo con estas palabras rendirle un modesto tributo a un amigo fallecido. No se trata de una despedida, sino que, al contrario, estas letras demuestran una unión emocional que no se rompe con la muerte.
Pero la muerte no entiende de nombres ni de fechas; el querido amigo Miguel, hombre del deporte palmero, nos ha dejado.
La amistad es un tema extensamente tratado y, con frecuencia, utilizamos el término a la liguera. Pese al uso masivo del término, lo lamentable es que la amistad se ha convertido en un bien que cuidamos poco, ya sea por egoísmo excesivo de los seres humanos o por su actitud pasiva e indiferente. Por eso, ahora, aprovecho la oportunidad que se me da para decirle a un amigo:
Amigo Miguel:
A estas alturas en las que estamos, déjame que te diga que uno se va acostumbrando a la idea de la muerte, a la propia me refiero. Es una idea triste, sí, triste e incómoda; fea, o de tener que morder una fruta que sabe muy amarga. Pero a lo que no me acostumbro, es a despedir a los allegados, a los amigos, porque no me conformo con la idea de perderlos y por eso te escribo en primera persona.
Me considero una persona muy afortunada por haberte conocido en el mundo del balompié, viéndote jugar primeramente en el Club Deportivo Norte de Santa Cruz de La Palma, filial de tu querida Sociedad Deportiva Tenisca, en la Temporada (1964-65), en el Estadio Municipal de Tazacorte, cuando en aquella época informaba para el periódico Diario de Avisos, también para la Emisora La Voz de La Isla de La Palma. La clave de la verdadera amistad es amar al amigo “tal como es”.
¿Recuerdas Miguel? La primera vez que nos conocimos, éramos tan jóvenes… Cuántas charlas tuvimos sobre el fútbol en nuestra Isla de La Palma. Fuiste por derecho propio uno de los elegidos para la gloria de tu Sociedad Deportiva Tenisca, como aficionado, jugador, seguidor, simpatizante, socio, entrenador, vicepresidente y también primer dirigente.
Su peculiar carisma, plasmado en las proezas “sobrenaturales” que era capaz de protagonizar en la construcción del Estadio “Virgen de Las Nieves” y demás instalaciones, junto a la Carretera de Mirca.
Ya no te encuentras presente físicamente porque la vida es efímera y frágil, pero los sentimientos son imperecederos y tu huella, imborrable. Aunque con nuestra llegada al mundo tenemos implícita la seguridad de marcharnos algún día, sin embargo, nos cuesta gran esfuerzo el momento de la partida de los seres queridos.
La de Miguel Hernández Ventura no es solo la muerte de quien fue un deportista, un empresario de élite; es también la muerte de un mito, de un hombre que vivía rodeado con la gente del balompié y de la construcción y reformas. Nadie, absolutamente nadie, podrá llenar el hueco dejado en el tenisquismo por Miguel Hernández Ventura.
Ahora, amigo mío, tras una vida fecunda y una obra perdurable, has cruzado ya ese límite que a todos nos espera para toda la eternidad. También te digo estas palabras, noto que estás en mi corazón y veo que nuestro lazo de unión sigue fuerte.
¡Hasta luego, querido Miguel!
ESCRIBE: Miguel Pérez.
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talabe
En una época en verano iva mucho con unos amigos a jugar a las cartas en unos apartamentos de los Canajos y más o menos decía, y encima casi todos estos amigos aparte de aguantarlos del Mensajero.
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Panycirco
No se si es verdad pero se comentó en su momento que al nuevo campo del Tenisca en Mirca le quisieron poner su nombre pero el se negó rotundamente, un detalle que deja claro la sencillez y honestidad de este señor, mis condolencias a la familia y a la S.D. Tenisca de parte de un Mensajerista.
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Garfield
Se fue uno de los nuestros.
Alguien que dio por los demas, mejorando nuestras fachadas, dando cancha a las ilusiones de generaciones pasada y futuras, y dando pie a que la musica sonara en santa cruz. Seguro que se le pueden adjudicar infinidad de otros logros mas, pero Miguel no pedia protagonismo y no hacia publica su aportacion…
Ojala haya dejado huella en muchos vecinos de la isla, que por su parte encuentren formas de dar continuidad a su legado.
D. E. P
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