A tener en cuenta en la transición agroecológica alimentaria de La Palma
Plataneras en las que se está utilizando el té de compost del método SEFEL. Finca Econogales.
Está claro y cada vez, mucho más claro, que la agricultura tiene que desarrollarse en suelos sanos, vivos, porque es la salud de los microorganismos de la tierra los que dan garantía a una agricultura pensada para la alimentación y la salud, y no productos para un mercado que solo piensa en el negocio de los que no trabajan la tierra. Donde la comercialización kilómetro cero representa el mayor grado de sostenibilidad del sector.
Estamos hablando de gestión ecológica de los sistemas agrarios, de agroecología que es la agricultura con futuro. Sobre todo, ahora, que la pandemia nos ha enseñado que los cuidados son importantes y una alimentación sana y nutritiva es uno de los pilares de esos cuidados, no solo desde el punto de vista de la salud sino también económico, pues la Fundación Española del Corazón que colaboró en el estudio multidisciplinar “Alimentación, factor de salud y sostenibilidad”, nos dice que una buena dieta ahorraría unos 14.000 millones de euros al Sistema Nacional de la Salud (pág. 50, revista Buena Vida, nº 75, septiembre 2020).
Por eso, en La Palma, tenemos que poner rumbo en esa dirección, sin olvidar que es imprescindible la recuperación de la autonomía de los agricultores en la gestión de los sistemas agrarios. Máximo aprovechamiento de los recursos del entorno para una mayor independencia de insumos externos y control del ciclo agrario, para evitar que sean los últimos de la cadena alimentaria. La única manera de recuperar la dignidad y la viabilidad de una de las actividades más importantes de la economía de un territorio insular.
Hay tantos modelos de agricultura ecológica como agricultores y todos válidos, en tanto en cuanto, obtienen una producción que cumple con los criterios de este tipo de cultivos, pero, en este momento, nos queremos referir al nivel de dependencia de insumos externos que cada uno de ellos genera y, desde esa perspectiva, hacer una reflexión de cara al futuro de la gestión de los sistemas agrarios en La Palma.
Por lo tanto, nos interesa el criterio de reducir la dependencia de insumos externos, es decir, que al pasar de la agricultura convencional a la ecológica no se produzca la sustitución de los fitosanitarios químicos por los compatibles con la ecológica, porque poco gana el agricultor si una dependencia sustituye a otra. Por eso nos parece interesantes los procedimientos de cultivo donde el productor gana autonomía y reduce costes.
En el seguimiento técnico que desde el Cabildo se hace, periódicamente, en el programa de desarrollo de una agricultura sostenible, hemos tenido la oportunidad de visitar, recientemente, algunas fincas de Mazo, Breña Baja y Puntallana, que están utilizando el té de compost obtenido a través del “sistema de elaboración de fertilizantes ecológicos líquidos”, SEFEL, desarrollado por Ildefonso Acosta. Donde hemos observado la satisfacción de los agricultores porque están obteniendo buenas cosechas, desde el punto de vista de la productividad, ahorro en el consumo de agua, una media del 30% que no está mal, en tiempos de sequía y, especialmente, reduce la dependencia de insumos externos y, por lo tanto, los costes.
Y lo que nos parece ya más extraordinario del método SEFEL, es que son los subproductos ganaderos, purines y sueros de las granjas, la materia prima de partida para la elaboración del té de compost. Resolviendo uno de los problemas más graves que tienen las explotaciones ganaderas para su legalización. Ya sabíamos de las bondades del estiércol como fertilizante orgánico y de que la agricultura no puede prescindir de la ganadería, pero con el SEFEL se va más allá, haciendo una gestión sostenible completa de todos los residuos ganaderos, convirtiéndolos en recursos para una agricultura para la alimentación y la salud.
Cuando los residuos se van transformando en recursos avanzamos hacia una isla residuos cero, como recoge el Plan Insular Especial de Residuos y el manifiesto de una Isla limpia y sostenible, suscrito por los catorce ayuntamientos en el 2017 y, también, un paso más en la rueda de la economía circular en la que nos queda, todavía, un largo recorrido.
Este té de compost no solo tiene el aval de los agricultores, sino también, el respaldo científico del Instituto de Productos Naturales y Agrobiología (INPA) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Que lo ha certificado como insumo de alta calidad, porque aporta microorganismos y nutrientes que dan vitalidad a los cultivos y los prepara para hacer frente a enfermedades y plagas, evitando el uso de pesticidas, fertilizantes químicos y plaguicidas.
No estamos hablando de un producto nuevo que hay que comprobar, sino de una realidad ampliamente contrastada en las fincas y el laboratorio, por lo tanto, está claro que, entre otros procedimientos de elaboración de fertilizantes ecológicos, el SEFEL refuerza el vínculo con el sector ganadero y, por lo tanto, desde una perspectiva más amplia, debe ser tenido en cuenta en la transición agroecológica en la isla.
La experiencia y el conocimiento contrastado de este fertilizante ecológico que, a su vez, resuelve la gestión de los residuos de las explotaciones ganaderas, nos obliga a pensar que el Cabildo en su programa de agricultura sostenible y en coordinación con los ganaderos y agricultores, debe estudiar el futuro de este insumo en la perspectiva de ir más allá, de cara a generalizar su uso en la isla, dando la oportunidad a otros agricultores para que puedan avanzar en la sostenibilidad de sus cultivos. Con el objetivo de acercarnos a una isla 100% ecológica que, además, reduce a la mínima expresión la huella de carbono en el sector, contribuyendo a la mitigación del cambio climático en una isla donde se ha declarado la emergencia climática.
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laverdaduele
Con solo ver lo q dura sin ponerse malo un plátano ecológico y lo q dura uno q no lo es … Supongo q dentro de unos 20-25 años empezarán a salir los estudios científicos q demuestran la relación de comer comer esos productos con la aparición de diferentes tipos de cáncer pero claro… Saldrá cuando ya prácticamente todas las plantaciones sean ecológicas… Ahora se mueve demasiado dinero como para investigar” sobre el tema
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Clavo
007 mucho criticar y poco trabajar
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RIVER4
Felicitaciones a todos, por avanzar en preservar la salud del suelo que nos da de comer, para hacerlo bien y sano.
Cuidando la salud y también la economía individual por ahorro, y colectiva por ser un elemento positivo que la dinamiza.
Que se cree la sinergia necesaria para que lo que se desecha sirva y se reutilice en positivo para mejorar lo que producimos es espectacular.
Igual que el Hierro es punta de lanza en generación de energía limpia, a lo que espero podamos llegar aquí también, La Palma como Reserva de La Bioesfera debe ser referente en producción sostenible y ecológica, que además genere economía con la elaboración de productos y nutrientes verdaderamente ecológicos para la tierra.
Que con el tiempo se logre certificar que la mayor parte de los cultivos y la ganadería palmera tienen ese recorrido, cuidado y cuidando de quienes consumen, es además un plus cara a la promoción de la Isla como el destino que es por su naturaleza.
Que llevamos años presumiendo de ser Reserva de La Bioesfera, y está muy bien, pero si además queda certificado, con producciones eco verdaderas, supone un valor añadido extraordinario en un mundo tan industrializado y globalizado.
Ganamos todos, en consumo y siendo destino para consumir de este modo, ofreciendo al turista lo que cuidamos y tenemos, y mostrando que se pueden hacer bien las cosas desde casa y con gente de casa.
Felicidades al creador del fertilizante, ánimo a seguir esta senda a instituciones y entidades públicas, ganaderos y agricultores, haciéndolo extensivo también a nuestra pesca.
Alegra leer cosas así, ojalá la progresión sea ascendente.
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Pues hace bastante tiempo que ya no compro plátanos porque los que compraba estaban en mal estado, medio podridos.
Compraba plátanos medio verdosos en los supermercados y cuando maduraban se quedaban blandos, molidos, como podridos, pasados y además con una hebra negra amarga por dentro. A veces, antes de madurarse, se abrían, la piel se rasgaba sola.
No sé qué pasa, si es que ahora cultivan el plátano con productos químicos raros, si es que los maltratan durante el transporte y empaquetado, si es que cortan las piñas y las dejan abandonadas a los rayos solares, si es que los clientes de las tiendas los aprietan para ver si están maduros y los estropean (esto último no creo porque compré plátanos que venían envasados y también estaban podridos), si es que están muy mal conservados en cámaras frigoríficas, no sé.
Dicen que el plátano canario tiene la característica de tener manchas en la piel. Si tiene manchas es que algo raro pasa, no te digo. Yo si veo una manzana o cualquier otra fruta manchada no la compro.
Ahora el dinero que destinaba a comprar plátanos lo gasto en kiwis de Nueva Zelanda que están muy buenos y son de buena calidad. Los kiwis que no son de Nueva Zelanda no los compro, los dejo en las tiendas para que los compré otro o se los coma el dueño del comercio.
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