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Opinión
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Máximo Pérez Tejera

La televisión...¿Ficción o realidad?

  • Lo malo del invento es que vende ideologías con defensa descarada de las mismas

Por esa caja, ya aplanada, a la que a veces parece que rendimos culto, nos entra diariamente, en la mayoría de las casas, una gran cantidad de información y desinformación que nos confunde y nos perturba . No cabe la menor duda de que es una ventana para mirar al mundo, pero también que es una ventana para falsear el mundo y presentarlo del color que les gusta a los gobiernos o a las empresas que controlan lo que entra por ella.

Se ha demostrado que la tele es una poderosa máquina de vender, de ahí el precio de las cuñas publicitarias, especialmente en los programas de mayor audiencia, pero la tele no vende solamente productos materiales, lo malo del invento es que vende ideologías con defensa descarada de las mismas, vende formas de vida, y vende ficticios modelos de felicidad. Todo ello lo podríamos comprender cuando la información llega desde el campo privado que sirve a los intereses económicos de empresarios y anunciantes, poro se convierte en perverso y cicatero, cuando proviene del campo público, pagado por todos, donde cada vez se manipula más, siempre negándolo, claro, pero tan evidente que ya nadie duda lo más mínimo de la carencia de libertad para tener una pluralidad y una neutralidad informativa en las televisiones públicas.

Cuando la tele llegó a nuestras vidas, más que la radio, quizá por la fuerza de la imagen, nos dejó una multitud de anécdotas de personas habituadas a percepciones sensoriales de la realidad que no pudieron asimilar la percepción de la ficción. Hoy está ocurriendo lo contrario, acostumbrados a percibir una visión del mundo hecha desde la ficción, no podemos percibir por la tele el mundo de la realidad dada nuestra carencia de credibilidad.

Tuve una tía-abuela que fue una de esas personas que no pudieron asumir que algo perturbara su visión de la realidad. Persona anclada en el pasado, quizá de no muy alto coeficiente intelectual, fue de esas personas que en trayecto de de f-j-h, se quedaron en la j y con muchos portuguesismos de nuestros primeros colonizadores. A esta pobre, o rica mujer, vaya usted a saber, la tele no le influenció para nada, pues no pudo sacarla de su realidad, motivo por el cual fue causa de nuestras frecuentes carcajadas.

No pudo con el vocabulario.
.- Se somó la maga al vidrio y jabló, jabló, jabló, pero yo no entendí nadita de lo que dijo.
No pudo con la técnica fotográfica
.- Semejante cara de la maga era tan grande como el aparato.
Y no pudo con sus sentidos.
.- Mimadritas salió antes un volcán por esa tele que tuve que salir pa fuera porque la peste a azufre te tumbaba patras.
¡Cuánta inocencia sobre ese aparato del diablo!

Hoy, sin embargo, muchos miramos el invento con otra idea y los cables se nos cruzan con el sentido contrario.
Sin ir más lejos, hace unos días, con motivo de la convención del Partido Popular, Rajoy se asomó largo tiempo al vidrio, con una cara que llenaba el aparato, y jabló, jabló, jabló… y jabló, pero yo no entendí nadita de lo que dijo.

¿Será cuestión de la genética?

Continuamos.

 

 

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