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Opinión
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Margarita, la abejita retozona

Aurora Maurena.

Érase una vez una abejita que no le gustaba trabajar, ni tan siquiera las tareas de la casa, aún pudiendo hacerlo.
Mientras las compañeras libaban flores para llegar a hacer un sabroso panal de miel, y así buscar el equilibrio biológico con la polinización de las flores. Margarita jugaba al escondido entre las flores y arbustos.
Un día se le apareció un cruel y justiciero abejorro que le dijo: Tú que eres de una especie de ser tan trabajadora, ¿por qué te pasas el día holgazaneando y sin ninguna utilidad y provecho para los demás?
A lo que la abejita respondió: Soy muy joven y necesito jugar y mis padres trabajan por mí.
El abejorro contestó: ¡Ingrata, no ves que tus papás se pasan el día trabajando para traerte el sustento a tu hogar, deberías cooperar!
Margarita replicó: Mis padres lo hacen por mí.
El abejorro al ver la obstinación de esta, en un instante de arrebato la empujó para que se incorporara a trabajar junto a las otras compañeras.
Al escuchar el fuerte sonido que provocó el cruel y justiciero abejorro
La reina salió de su trabajo, y expresó: Margarita me sustituirás en esta tarea porque ya soy vieja y ya no tengo fuerza para seguir trabajando y dirigir este oficio
A lo que la joven abeja contestó: Es cierto Abuelita, de ahora en adelante trabajaré con ahínco, entusiasmo y con fuerza par ayudar a mis padres, y para sacar adelante este hermoso proyecto.
Gracias por darme esta oportunidad de ser útil a los demás. Con fuerte emoción dijo la agradecida abejita y el abejorro partió arrepentido de haber utilizado un método tan cruel…pero orgulloso de haberle dado esa lección tan sabia a Margarita, la pequeña abejita.
Cuento para niños, de Aurora Maurena.

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