El odontólogo Antonio Gómez Felipe nació en Los Llanos de Aridane en el año 1900, hijo de Antonio Gómez Wangüemert y Juana Segunda Felipe de Armas. En 1930 contrajo matrimonio con la maestra y escritora [firmaba con el seudónimo de María de la Encina y María del Valle] Magdalena Carballo Fernández, sin descendencia. Por sus méritos la Corporación Municipal le otorgó el título de Hijo Predilecto y Medalla de Oro. Murió el 2 de marzo de 1966.
La noticia de la designación del nombre de Gómez Felipe al parque municipal fue acogida en la prensa. Diario de Avisos el 20 de junio de 1958 en un artículo firmado por Barbuzano con el título Aquel Parque urbano… refiere: “Según nos informaron, la iniciativa de este parque partió del Odontólogo-poeta don Antonio Gómez Felipe, ejemplar en su patriotismo y de iniciativa fecundas, por cuya razón llevará su nombre este parque por acuerdo del Muy Ilustre Ayuntamiento con el beneplácito de todos los ciudadanos”. Sobre Manuel Pereyra dice que se abrirá, en las fiestas de La Patrona, “este parque logrado ya, de diferentes especies de árboles, bien distribuido en largas calles y bien seleccionados y cultivados por este magníficos e incansables jardinero honorario, que es el bueno, buenísimo, Manolo Pereyra”.
El periodista palmero Pedro J. de las Casas Pérez el 2 de julio de 1958, en un trabajo titulado Por mi tierra, en Diario de Avisos, nos dice: “Y es Gómez Felipe el nombre del Parque que se abre. ¿Quién como Gómez puede aparecer en esa lápida? Él, que jamás ha tenido aspiraciones personales, conociendo únicamente el orgullo que le produce la grandeza de los otros”. Meses después, el 18 de septiembre, la escritora, y hermana del anterior, María de las Casas Pérez (1891-1969) dedicaba otro artículo titulado Merecida justicia dedicado al parque Antonio Gómez Felipe.
Por el manuscrito (inédito) Efemérides Locales, insulares y Nacionales y apuntes míos de los hechos de nuestro pueblo Llanense, escrito por el que fuera agente judicial de Los Llanos de Aridane, Anastasio León Capote (1905-1988) sabemos que en el año 1957 se construyó la muralla en el barranco de Tenisca y “se siembran árboles en el parque Antonio Gómez Felipe”. Esta nota se confirma por una fotografía Manuel Rodríguez Quintero (24 de mayo de 1957) en la que vemos la procesión de San Isidro Labrador hacía su entronización en el barrio aridanense de La Laguna, a su paso por el parque en construcción. Se observa que ya se encontraban sembrados una populosa arboleda protegidos por una muralla, delimitándolo del barranco de Tenisca.
El 2 de julio, día de la Patrona, del año 1958 se inauguró oficialmente el parque con asistencia de las primeras autoridades, lectura por parte del secretario del acuerdo plenario, palabras de Pedro Hernández y Hernández sobre los sobrados méritos del homenajeado y lectura por parte de Rafael Arroyo Felipe, familiar de Antonio Gómez, de unas cuartillas escritas por Antonio Gómez Felipe, en agradecimiento y excusa por la imposibilidad por enfermedad de asistir al acto.
El discurso pronunciado por alcalde, y más tarde presidente del Cabildo Insular, Manuel Pérez Acosta (1919-2005) expresaba el respeto y cariño al homenajeado:
“Es tan justo este homenaje, tan sincero y tan unánime deseado, que la pobreza de mi verbo y la insignificancia de mi persona quedan relegados al olvido ante la unánime latir de los corazones de los hombres y mujeres del Valle de Antonio Gómez Felipe. Porque Antonio ha sido siempre el hombre del Valle. Sin estrechez localista, con amplitud de visión, su enhiesta melena y su ágil oratoria se debatían con los problemas de Aridane doquiera se encontrará. En su profesión, derrochaba eficiencia a manos llenas. Su caridad se expandía por toda la isla y su figura exquisita fue siempre el más sutil paladín de la justicia.
Nada simboliza mejor la figura que hoy rendimos homenaje que esta vegetación que ya surge con pujanza. Antonio sembró con su palabra fácil infinitas ideas en sus oyentes y su recompensa, para él inmensa, era ver surgir a su alrededor, prohijadas por los hombres que él elegía portadores, estupendas realidades. Que estos árboles de savia joven, llenos de vigor y lozanía sean símbolos imperecederos del mundano hacer de Antonio Gómez. Este parque incipiente ha sido una de sus hazañas. A pesar del entusiasmo y laboriosidad del teniente de alcalde don Manuel Pereyra García-Felipe, aún queda mucho que hacer, pero, con la ayuda de Dios, estamos seguros, cualesquiera que sean los hombres que nos sustituyan en el quehacer municipal, Antonio Gómez Felipe tendrá aquí adecuado marco. Dentro de la sencillez que él siempre ha deseado, se completarán las instalaciones y las generaciones venideras, al igual que nosotros lo hacemos ahora, honrarán a un hombre de clara inteligencia y gran patricio, que no tuvo enemigos, que nos enseñó a todos a ser correctos y afectuosos con nuestros semejantes y que en el arte de la oratoria, del cual fue maestro, nos legó un principio fundamental: la brevedad. He dicho”.
Terminó el acto con el descubrimiento de una lápida de mármol que daba nombre al nuevo parque municipal. Lápida estampada en una estructura de mampostería, con un chorro de agua, que lamentablemente no fue respetada en la remodelación.
Como apuntaba el alcalde en su discurso las obras continuaron. En 1962 se efectuaban trabajos de acondicionamiento y mejoras en el parque llegando a tener, para deleite de grande y pequeños, un espacio dedicado a fauna: patos, monos, palomas, pavos reales etc. Durante muchos años el parque continuó bajo el cuidado de Manuel Pereyra, que recaudó dinero entre partidas municipales y donantes destinadas a las obras necesarias y mantenimiento, e incluso aportó recursos de su pecunio particular según nos consta.
La prensa y revistas de esos años recogen interesantes artículos sobre la belleza del parque destacando la colección de diferentes y extraños rosales, atractivo para visitantes. En el Archivo Municipal consta la adquisición a la empresa Camprubí Nadal (Rosalista) de Barcelona, en 1958, de “…rosales adquiridos para los jardines de este Municipio” por un valor de 1.267 pesetas, un dineral en esos años. La total factura fue de 46 plantones, desglosados en 20 de fuera serie, 10 serie A; 10 C. Poly y 6 M (novedades). Su destino debió ser el parque Antonio Gómez.
El parque era un lugar de juegos y visitas de propios y foráneos. Allí se instaló el primer parque infantil, con toboganes y columpios, que tuvo Los Llanos de Aridane por donación de la desaparecida Caja de Ahorros Insular de La Palma. En 1965 el ya por ese entonces alcalde Manuel Pereyra declara a Diario de Avisos (número extraordinario de Bajada de la Virgen) que entre los atractivos municipales se encontraba “…el Parque A. Gómez Felipe, muy visitado diariamente por numeroso público de todo el Valle”. Como ejemplo de la belleza de este parque y su repercusión fuera de La Palma valga el artículo publicado por Juan Pablos Abril, quien fuera Gobernador Civil de Tenerife, en el desaparecido periódico tinerfeño La Tarde, el 14 de septiembre de 1972, titulado: Un jardín tropical.
Han pasado más de 65 años de aquellos inicios y hoy vecinos y visitantes pueden descubrir y disfrutar, adaptados a los nuevos tiempos, de este emblemático espacio verde urbano de Los Llanos de Aridane.
*Cronista Oficial de la ciudad de Los Llanos de Aridane (2002), miembro de la Academia Canaria de la Lengua (2009) y de la Real Academia Canaria de Bellas Artes San Miguel Arcángel (2009).
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