El Grupo de Agroecología de la isla de La Palma está formado por personas que desarrollan distintas actividades profesionales cuyo nexo es la sensibilidad por conservar y propiciar un desarrollo sostenible, en armonía con el medio ambiente y aspirar a conseguir una mayor soberanía alimentaria y energética. No en vano, este Grupo se creó inicialmente a partir de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético y después de La Palma Renovable. Como grupo de acción viene trabajando desde hace ya dos años, con un paréntesis público obligado por la pandemia de la Covid-19.
Se trata de una organización abierta, a la que se puede sumar más gente con la misma inquietud, y pretende ir despertando a la sociedad para así tener más apoyo y lograr su objetivo, que no es otro que aumentar al máximo posible la Soberanía Alimentaria en La Palma y en Canarias.
Por esa razón, el Grupo se dispone, entre otras funciones, a participar, en la medida de lo posible, en todo lo que tenga que ver con la consecución del reseñado objetivo principal; de ahí que aproveche la oportunidad para darse a conocer a más gente, en este momento opinando sobre la reciente presentación del programa Ecolocal 2021, Por un sistema alimentario sostenible en Canarias. Esta iniciativa pública fue presentada el pasado 23 de abril por parte de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno de Canarias, junto al Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria (ICCA).
Las personas con alguna inquietud y/o preocupación por la agroecología, se dediquen o no a la agricultura y la ganadería, deberían estar de enhorabuena, ya que al leer el documento antes indicado es difícil no estar de acuerdo con él e incluso sentir algo de entusiasmo por ver que la Administración pública es sensible a tan justificada estrategia y ha sido capaz de plasmarla una vez más.
Pero luego llega la bajona cuando se ponen algunas cuestiones en perspectiva, pues un documento de ese tipo, a estas alturas, está bien para ser hecho y presentado por una organización agraria o por el mismo Grupo de Agroecología, pues, en el caso de la Consejería de Agricultura, del Gobierno de Canarias, se debe ir más allá. La razón no es otra que, además de tener el presupuesto, el boletín y la iniciativa política, es quien puede y debe ser coherente al llevar a cabo esos propósitos. Ya llegan con un retraso mínimo en esta legislatura de dos años menos cien días.
Vamos a analizar lo concreto, siguiendo el mismo esquema del citado manifiesto:
1) Es necesario y urgente dejar de repetir obviedades biensonantes para entretener al personal y hacer que se hace algo. Ya hay que pasar a los hechos.
2) Sí, en efecto, la agricultura y la ganadería ecológicas pueden ser más rentables económica y medioambientalmente hablando, que es de lo que se trata, pero hay que crear las condiciones para ello y no ver solo los ingresos o los precios de una manera aislada. Cualquier negocio tiene ingresos y gastos, y de la diferencia salen los beneficios. La ganadería ecológica en Canarias no se puede desarrollar de una manera sostenible y real, a no ser que se vaya a Bruselas y se cambien los reglamentos, las normas comunitarias. Los criterios de regulación son continentales, y aquí, en Canarias, son prácticamente imposibles de cumplir, sobre todo por la limitación de suelo, lo que no quiere decir que no podamos hablar de ganadería con alimentación ecológica o en semi-intensivo. Entretanto, la Administración no debe vender quimeras en Canarias, a no ser que ellos trabajen por cambiar los criterios de los reglamentos.
3) El rendimiento de los cultivos ecológicos es directamente proporcional a la cantidad y calidad de la materia orgánica que se puede aportar y la rentabilidad final, también. Si la Administración quiere desarrollar la agricultura ecológica en Canarias ha de poner a disposición de los agricultores materia orgánica en cantidad y calidad suficientes, aparte de a precio razonable. Para ello ha de tocar como mínimo tres patas:
-La gestión correcta de los residuos orgánicos provenientes del mismo sector.
-La apuesta real por la ganadería local, lo que implica, entre otras cosas, tocar profundamente el Régimen Específico de Abastecimiento (REA), que sigue haciendo competencia desleal, con ayudas de la UE a la importación a Canarias, a las producciones locales, haciendo imposible el desarrollo general de éstas; en particular, del vacuno. Por ejemplo, conviene resolver el problema de las granjas avícolas, que tienen residuos valiosos para hacer un buen compost y, por la falta de acuerdo entre las administraciones, tienen un problema, en vez de un recurso. Es algo contradictorio.
-La gestión medioambiental correcta, lógica, según los buenos usos forestales a escala local con criterios insulares no continentales.
4) Para poder luchar contra la agricultura que usa transgénicos y pesticidas, lo más eficiente es prohibir su uso y perseguir a quien los aplique. Hace muchos años que Canarias se declaró libre de transgénicos por parte de la Administración. Fue un canto al sol, ya que nunca se legisló para evitar que se introdujeran especies o semillas transgénicas, de la misma manera que no se ha prohibido tajantemente el uso de algunos pesticidas como, por ejemplo, el glifosato.
5) No se entiende por qué un programa que puede ser tan beneficioso para la actividad agraria y para la sociedad en general, como es el de Eco-Comedores, aún siga sin despegar en La Palma. No parece tan complicado organizar la demanda; es decir, saber todo lo que consumen los comedores que dependen de las administraciones públicas (colegios, hospitales, residencias de mayores…) y hacer contratos con los productores locales que ya estén en ecológico y así fomentar la reconversión de los que no lo sean, que al fin y al cabo es de lo que se trata. Tampoco se comprende a que está esperando la Administración para introducir criterios económicos y de contratación singulares para los cultivos al aire libre, que tanto benefician, colateralmente, al turismo, como además debe hacerse para las explotaciones en ecológico. Esto debe plantearse tanto en las ayudas del POSEI como en la contratación, para proveer a todos los centros con comedores que dependen de la Administración pública.
6) Como parte de la sociedad, se quiere poner de relieve que, mientras aquí se sigue diciendo que se hace sin hacer nada o muy poco, aprovechando modas, términos y discursos bien sonantes, el mundo sigue girando. Por ejemplo, la Unión Europea cada vez exige más para dar ayudas directas, por ejemplo, cumplir con los criterios de condicionalidad laboral, social y medioambiental. La realidad es que, hoy en día, las personas se siguen marchando a zonas urbanas, vaciando las zonas rurales al no existir posibilidad de desarrollo. Este hecho es justamente el contrario de lo que debería estar ocurriendo.
Por todo ello, el Grupo de Agroecología de la isla de La Palma llama la atención de las administraciones públicas en general y de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca de Canarias en particular para que se actúe ya, con carácter urgente, y así se concreten acciones que la sociedad pueda palpar de una vez. Se trata de acciones que supongan un desarrollo y mejora reales para las personas que aún viven en el medio rural y para las que consumen lo que éstas producen o puedan producir.
La voluntad del Grupo de Agroecología es ayudar, bien sea criticando la inacción o las incoherencias, como son el caso, o bien haciendo propuestas constructivas. Desde luego, este documento no puede ni pretende contener todas las propuestas e inquietudes del Grupo. Tan solo se intenta dar respuesta y llamar la atención respecto a lo que viene siendo la tónica general de esta Administración. Es hora de cambiar, de espabilar, de actuar… Ya tienen que saber qué hacer. Lo han escrito varias veces, por el bien de todas y todos, actúen.
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