En La Palma coincidiendo con la festividad de la Cruz del 3 de mayo en un escenario preparado al efecto tenía lugar antiguamente la representación de las muy populares “aparecidas de cruz”. Lamentablemente hoy son un vago recuerdo y falto de una decidida recuperación. Mientras tanto la programación cultural de la isla está cargada de ofertas foráneas a las raíces propias y a “golpe de talonario” o “mandamiento de pago”, es más cómodo y rápido.
La “aparecida de la cruz” era el gran momento esperado por los asistentes a los festejos que tenían lugar en el entorno, mayoritariamente rural y al borde de caminos, a la cruz bellamente enramada el 3 de mayo.
En nuestra opinión semeja al momento culmen de los barrocos “carros alegóricos y triunfales” de la Bajada de la Virgen cuando llega el momento, cargado de emoción, de que entra en escena la Virgen de las Nieves. La tramoya de la aparecida de la imagen era preparada por los relojeros de la localidad, conocedores del movimiento que podía realizar la maquinaria dentada y con la menor potencia o fuerza. Cada cinco años en los festejos lustrales se sigue representando, ahora en escenario fijos.
En este caso en un determinado momento, cuando el guión lo exigiera, por medio de curiosos artilugios mecánicos hacía su “aparecida” en el escenario la “cruz bendita”. Todo se preparaba con sigilo y cuidado exquisito y siempre sorprendiendo al espectador.
Hoy se conservan algunas loas y prácticamente ha caído en desuso la aparecida de la cruz, que ha sustituida por lo que en La Palma llamamos “cuadro plástico”, representación a modo de estampa estática de personajes bíblicos o costumbristas, cada año con temática diferente y en los que suele leerse algún texto alusivo.
Los poetas locales, de un año para otro, preparaban sus trabajos literarios de “cruces de aparecer”, un auténtico libreto de teatral, destinados a ser interpretados por actores aficionados a la declamación. A este peculiar teatro popular se dedicaron numerosos escritores repartidos por toda la geografía de la isla.
Lamentablemente, pocas son las obras que han llegado hasta nosotros —al menos de lo que se conoce hasta el momento—. La mayor parte ha pasado con autoría anónima y por transmisión oral parcial a través de las voces de quienes en su día fueron sus intérpretes y de ellos a sus descendientes. Con todo, sin embargo, conocemos trabajos a la “cruz de aparecer” de los poetas y escritores palmeros Manuel Henríquez Hernández (1923-1993), Pedro-Martín Hernández y Castillo (1885-1963), Gumersindo Galván de las Casas (1885-1981) y Eugenio Pérez Galván (1900-1975).
En el término municipal de Breña Alta y en los limítrofes, y también en otros municipios palmeros, se desarrolló, a principios y mediados del siglo XX, la vieja tradición de las conocidas “aparecidas” y loas a la Cruz. Legado cultural que hoy los podemos considerar como auténticas muestras del riquísimo teatro popular de La Palma. Se hace necesario un mayor y detallado estudio, y posterior publicación, por su valor literario. En la mayoría de los casos los que se conservan y conocen han sido recogidos por transmisión oral y evidentemente adolecen de la autoría, de la tramoya que se desarrollaba y la fecha de la representación.
Por suerte hemos encontrado en el archivo parroquial del templo de San Pedro de Breña Alta varias “aparecidas de cruz”. Libretos que contienen los textos de los personajes, e incluso describen el escenario y el movimiento de los protagonistas, es decir un auténtico libreto de teatro. Su autor es el maestro Eugenio Pérez Galván (a. el francés). Nació en Santa Cruz de La Palma en el año 1900 y falleció en Santa Cruz de Tenerife 1975.
Eugenio Pérez Galván hace constar que estas copias son Regalo de su autor a la Parroquia de San Pedro de Breña Alta, para su archivo siendo cura párroco de la misma D. Luis Vandewalle y Carballo.
Se conservan dos documentos. Uno de 24 folios, perfectamente cocidos y en gran parte manuscritos y otros mecanografiados que contienen obras dedicadas a diferentes y años y cruces del término municipal de Breña Alta y una loa al San Miguel de Breña Alta representada en el acto de la procesión de San Miguel Arcángel en la plazuela de su nombre, año de 1936. El otro libro consta de nueve folios manuscritos con el título Representación alegórica para la aparición de la Santa Cruz de “La Palma”, en el pago de Miranda de la Villa de Breña Alta. Año 1945, y fechado, por el autor, el 2 de mayo de 1945
En el primer libreto, donado a la parroquia de Breña Alta en 1936, figura la representación de 1933 en la conocida Cruz de Miranda. Los personajes que conducen el acto esta formado por: Alma errante, Alma creyente, La Fe, y el Coro, que apunta que debió tener acompañamiento musical. No conocemos la partitura de esta representación, aunque muy bien debió corresponder al conocido poeta y compositor, primo de Pérez Galván, Gumersindo Galván de las Casas, músico y poeta muy activo por esos años.
El espacio escénico se representa, según su autor, sobre una peña que rematada por una alta y erguida palmera, aparece, por su lado izquierdo, el Alma Errante. Mientras habla este personaje habría muy poca luz, para representar el estado de oscuridad en que vive sumergida. La peña debía estar adornada con “profusión de flores”, representando un rincón de la villa de Breña Alta. Por el lado derecho y lugar más elevado, el Alma Creyente, se daría al especio toda la luz disponible.
La Fe aparecerá, según Pérez Galván, representada tal como personifica esta virtud el catecismo de la doctrina cristiana y la Cruz, “que traerá en la mano”, será fijada al terminar la representación en un lugar previamente designado al pie de la palmera. La representación concluye, entre luces de bengala, con la intervención del coro cantando o recitando:
Cruz Santa de Miranda,
Cruz bella de la Breña,
llegamos venturosos
tus plantas a besar.
Gran dulzura destila
tus brazos generosos
y a tu sombra se siente
un dulce bienestar.
Bendita Cruz gloriosa
que al borde del camino
indicas con tus brazos
la senda del amor.
Inspírales fé pura
a los fieles devotos
que siempre te consagran
rendida adoración.
En otros casos mientras se escenificaba la “aparecida de la cruz” con artilugios mecánicos artesanos, accionados por tramoyas de cuerdas, ruedas, raíles, cortinajes, rodillos, trampillas, luces de bengala y jachos encendidos, una potente voz, o varias, leía versos alusivos. En este caso Eugenio Pérez Galván dedicó en 1936 los siguientes versos a la aparecida de la Cruz del Barranco de Breña Alta, con la intervención de dos ángeles.
ÁNGEL 1º
¡Oh Dios de la bondad inmensa,
esencia divina y pura,
que de toda criatura
eres Rey, Padre y Señor!
En este santo madero
cruel pasión padeciste
muerto cual vil pecador
A tus plantas, Cruz bendita,
Agradecida me postro
Con la vergüenza en el rostro
Pidiéndote mi perdón.
Que tus tormentos sufridos
como inocente cordero,
con cariño verdadero
hoy siento en mi corazón.
que rindes cultos a esta Cruz,
manantial de eterna luz,
de la fé faro brillante.
Sigue las huellas hermosas
del justo que en ella quiso
no quitarte el Paraíso
que hoy te brinda en lo distante.
A todos en devoción
os una con lazo estrecho
para que al cielo derecho
ir pueda todo mortal.
Símbolo del Dios eterno,
es el talismán divino
que nos enseña el camino
do está en Edén Celestial.
El valor literario de estás obras forman parte del amplio repertorio patrimonial de la isla canaria de La Palma. En nuestra opinión bien podrían ser rescatadas del olvido en que están sumergidas e incluso ser adaptadas a los tiempos y técnicas del siglo XXI y vueltas a ser representadas e incluso redactar nuevos libretos teatrales.
Sin lugar a dudas la antigua y justa aspiración de los cruceros y anteriores Corporaciones Municipales de Breña Alta del reconocimiento de las Fiestas de la Cruz como Bien de Interés Cultural se vería fortalecido, entre otras y peculiares consideraciones, con esta recuperación y más cuando desde hace años el municipio cuenta con un grupo de aficionados al teatro.
Nota: La foto que acompaña este trabajo corresponde a “una aparecida de cruz” en El Paso de Abajo. Entiendo que la “aparecida” se debió producir cuando el sol o gigante flor abrió los rayos o pétalos, dejando al descubierto la cruz de mayo enramada. Por la indumentaria que llevan, especialmente pajizo el caballero y sombreros las jóvenes, bien podría corresponder a principios de los años 20 del siglo pasado. Foto que me ha facilitado, lo cual agradezco, el buen amigo pasense Andrés Carmona.
* Cronista Oficial de la ciudad de Los Llanos de Aridane (2002), miembro de la Academia Canaria de la Lengua (2009) y de la Real Academia Canaria de Bellas Artes San Miguel Arcángel (2009)
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