Desde la antigüedad clásica muchos son los relatos que se ocupan de los servicios prestados a la sociedad por medio de palomas mensajeras, tanto humanitarios, amor, comerciales y también en los frentes bélicos.
La afición de la cría y suelta de estas aves en la isla de La Palma es destacada con la existencia de seis asociaciones colombófilas: dos en Santa Cruz de La Palma, dos en El Paso y una en Los Llanos de Aridane y Tazacorte que agrupan a un numeroso grupo de aficionados y sus familias. La afición de la cría de palomas en la isla incluso se recoge en la toponimia, ejemplo de ellos el lugar de Los Palomares en Los Llanos de Aridane.
De ese cúmulo de anecdotario y relatos de la actividad de las palomas mensajeras nos ocupamos de un concreto hecho acontecido en el lejano año de 1904, hace 117 años, entre los municipios de Puntallana y Santa Cruz de La Palma.
El periódico La Opinión, Santa Cruz de Tenerife del 6 de junio de 1904, reproducía la nota titulada Palomas Mensajeras del rotativo palmero El Heraldo de La Palma, manifestando que, desde el palomar de Pedro Castro López, vecino de Santa Cruz de La Palma, llevaron una paloma a Puntallana para “que sirviera de correo para una consulta médica”. Continua el periódico relatando el hecho: “Hallándose en el pago de La Galga, en Puntallana, enfermo un artesano de esta ciudad y, en prevención de que pudiera agravarse, llevaron dicha paloma a aquel lugar y, en efecto, a los pocos días la soltaron con un papel que contenía una consulta para el facultativo que recetaba al enfermo”.
La curiosa noticia concluía con un comentario recomendación: “Como pudieran utilizarse estas palomas para análogos servicio, damos al público la noticia”.
La paloma mensajera en cuestión tenía su origen y procedencia, antes de ser traída a La Palma, del afamado palomar de Juan Villavicencio, en Tenerife. Curiosamente el Heraldo de La Palma el 18 de marzo de 1902, dos años antes del hecho que nos ocupa, informa que Puntallana fue el lugar elegido por una paloma mensajera perdida de Juan Villavicencio recogiendo el siguiente corto: “En la hermosa finca que en Sta. Lucia (Puntallana) posee nuestro muy apreciado amigo D. Pedro Lugo García, apareció el 14 de los corrientes una paloma mensajera marcada con el nº 33 de D. Juan Villavicencio de Tenerife. La paloma la conserva el Sr. Lugo García a la disposición de su dueño”. Posiblemente Pedro Lugo tendría un palomar en su finca de Santa Lucia.
En 1903 Juan Villavicencio, comandante de caballería, era presidente de la Real Sociedad Colombófila de Tenerife, un reputado aficionado a la cría de palomas mensajeras y que debió tener muy buenas relaciones con los aficionados en La Palma. Al menos desde el año 1905 la Sociedad Colombófila en Santa Cruz de La Palma (1904) hacía sueltas deportivas desde Tazacorte y, por el entonces, Los Llanos.
Evidentemente la paloma-correo que se había llevado a la casa dónde se encontraba el enfermo en La Galga volvió a su palomar-hábitat en Santa Cruz de La Palma con un mensaje escrito en el papel superpuesto a una de sus patas.
Eran tiempos que nuestros antepasados, y en este caso en 1904, tenían el ingenio de utilizaban palomas mensajeras para comunicar consultas médicas urgentes. Realmente ahorraban mucho tiempo ante el panorama de una intrincada geografía sin carreteras y en la que aún no había llegado el progreso del vehículo a motor, teléfono y menos, ni soñado, WhatsApp.
Muy poco tiempo debió emplear volando, menos de 15 minutos, el animal en el retorno a su casa-palomar en Santa Cruz de La Palma, tiempo que ayudaría considerablemente la urgencia médica.
Damos por entendido que el facultativo respondería de inmediato, ante la llegada del contenido del estado de salud del paciente, con un tratamiento y medicamentos, o su propio traslado al lugar. En este caso debieron llegar a La Galga por tortuosos caminos de herradura o por vía marítima en un pequeño barco o en una falúa que ya prestaban servicio regular por la costa del naciente palmero.
Bien podría el pago de La Galga, Puntallana, dar a conocer y divulgar este hecho de alguna manera, que por lo sencillo y la peripecia no deja de aportar un bello “cuentito” que no nos deja de asombrar.
La sociedad canaria a finales del siglo XIX clamaba por el establecimiento de palomas mensajeras en las islas, el ejército establece dos palomares oficiales en las islas de Tenerife y en Gran Canaria. Ese movimiento social de demanda de comunicaciones incorpora a La Palma y el periódico Diario de Tenerife, el 28 de junio de 1898, publica una nota en la que dice: “que también se establezca un palomar de palomas mensajeras en la isla de La Palma, para asegurar las comunicaciones con aquella importante isla en caso de interrupción del cable”. Ese “cable” corresponde a la línea telegráfica submarina establecida entre los puertos de Los Silos y Santa Cruz de La Palma en 1883.
La existencia y antigua tradición de la cría de palomas en la isla viene de siglos. Por las particiones de las Haciendas de Argual y Tazacorte de 1613 y 1621 sabemos que en Llano de Argual se hallaban en la casa del hortelano, el llamado árbol del Paraíso y un palomar de tea, sobre un esteo poblado de palomas”.
Este temprano gusto y tradición por la crianza de palomas en La Palma debe proceder de costumbres del antiguo condado de Flandes (Países Bajos) y el establecimiento en La Palma de numerosas familias de esta procedencia dedicadas, en principio, a la explotación de caña de azúcar. Hoy permanece esta costumbre de crianza de palomas en esos mismos lugares de centro Europa y especialmente en lo que hoy es Bélgica, considerada la “capital mundial” de las palomas mensajeras.
Nota: Las reseñas del periódico La Opinión, Santa Cruz de Tenerife 6 de junio de 1904; Heraldo de La Palma, 18 de marzo de 1902 y Diario de Tenerife, 28 de junio de 1898 se encuentran en la magnífica Hemeroteca Digital Jable de la Universidad de Las Palmas.
Aprovecho este artículo para demandar, una vez más, medidas políticas efectivas tendentes a que las numerosas hemerotecas digitales existentes no cuenten con algunos periódicos con “candados” que perjudican e imposibilita el acceso público y abierto a la sociedad y sea sólo exclusivo para unos pocos. En mi opinión es discriminatorio ante el derecho constitucional de acceso público a la cultura, a la información y otros derechos que ampara la Constitución.
* Cronista Oficial de la ciudad de Los Llanos de Aridane (2002), miembro de la Academia Canaria de la Lengua (2009) y de la Real Academia Canaria de Bellas Artes San Miguel Arcángel (2009).
Archivado en:
Más información
Últimas noticias
Lo último en blogs
GALVA
En Tazacorte aún hay afición…
Pero mucha menos.La vida moderna.
Ver bandadas de palomas surcando el cielo son parte de mi niñez…
Ver los palomeros ansiosos por las sueltas en otras Islas; hasta el Tan Tan africano….
Recuerdo que en las Riñas de Gallos entre Tazacorte y Los Llanos soltaban palomas para adelantar el resultado.
Eran los 80.No había móviles….
Leer más